La fórmula Furlani

Estados Generales Rossoneri presentes y alineados: presidente Scaroni, consejero delegado Furlani, vicepresidente honorario Baresi, jefe de scouting Moncada, nuevo director general D’Ottavio, embajador Massaro. Es normal cuando llega el primer día de clase, pero esta vez en Milanello no es que todo sea tan normal entre apellidos pesados que -en el campo y detrás de la mesa- ya no están, un entrenador reforzado -aunque él, cuando se le pregunta por el tema, se encoge de hombros y manda el balón a la grada- y un mercado dirigido por un tándem que, en estos términos, nunca había trabajado junto.

Es un Milan que está cambiando profundamente, en la cuarta planta de Via Aldo Rossi y sobre el terreno de juego, pero Giorgio Furlani afirma con rotundidad: “Oigo hablar de un año cero, pero esto no es una revolución. En todo caso, es una evolución”. Lo que suena más elegante y de alguna manera enlaza con la pancarta que la Curva Sud colgó en la valla del campo de entrenamiento: “Hay que reforzar todos los departamentos, cerramos todos los objetivos de mercado. Adelante así”.

Por otra parte, poco antes había sido el propio Pioli quien había dejado claro sin ambages que “ha llegado el momento de hacer algunos cambios, soy el artífice de algo en lo que hay que remodelar algunas áreas. Buscamos jugadores de calidad e inteligentes”.

Al término del entrenamiento, Furlani hizo un breve balance de la situación: “Los objetivos son los mismos de siempre desde que estoy en este club, es decir, ser competitivos tanto en Italia como en Europa. Ahora nuestro trabajo es centrarnos en el mercado, pero también está el organizativo, de infraestructuras”.

“Tenemos que hacer crecer al Milan de varias maneras y le aseguro que estamos trabajando duro. ¿Año cero? No, este es el año 124 para este club. Empezamos hace cinco años y seguiremos trabajando para mejorar el club y conseguir cada vez mejores resultados”.

Detrás de él, el equipo regresa a los vestuarios tras el primer entrenamiento de la temporada bajo temperaturas inhumanas, con los ultras haciendo sonar la carga frente a la entrada del polideportivo (“Hemos venido a honraros y animaros, creemos. Dadlo todo, como nosotros”).

Calabria invitó a compañeros y aficionados a un aplauso en memoria de Silvio Berlusconi, Pioli apareció bastante severo, muchos aplausos de la afición para los recién llegados Loftus-Cheek (sustituido por el “tutor” Florenzi) y Romero (que apareció en excelente forma) y, en resumen, fue la clásica sesión de entrenamiento para empezar a trabajar.

Hubo carrera, estiramientos, ejercicios de posesión de balón, keepball a un toque en grupo, acciones orientadas a la finalización y el partido final de entrenamiento en la media cancha en el que el primer gol del nuevo año lo marcó Origi. El delantero falló en su primer intento y le encantaría tener una segunda oportunidad.

INTERÉS DEL MILAN POR SINGO

Por un lado el equipo del Torino se está reuniendo, por otro el director del área técnica Davide Vagnati está ocupado en varios frentes para garantizar al club liquidez para reinvertir con el fin de mejorar el grupo. Entre las prioridades -subraya Tuttosport- está la situación de Simone Verdi: al trequartista, en la última temporada cedido en el Verona, aún le queda un año de contrato con los granata.

También está en venta -pero en este caso sería una plusvalía- Wilfried Singo, al que aún le queda un año de contrato pero no tiene intención de ampliarlo. En el papel, el Torino ya ha comprado a Raoul Bellanova al Cagliari por 7 millones de euros y se prepara para decir adiós al marfileño.

La petición del Cairo ronda los 15 millones, pero la impresión es que con una oferta de 10-12 millones Singo podría ser vendido. Existe interés del Milan por él y podría formar parte de las habladurías sobre un posible regreso granata de Tommaso Pobega.