El problema de las jugadas a balón parado

Los signos positivos de las dos salidas a Estados Unidos dejan algunas ideas en la cabeza de Stefano Pioli. El Milan es una obra en construcción, un equipo en proceso de ensamblaje. El técnico rossonero trabaja para dar un nuevo enfoque al juego de su equipo, pero mientras tanto puede lanzarse con las primeras reflexiones post-Juve al análisis de un viejo-nuevo problema: los goles encajados a balón parado. Un elemento de nuevo a la orden del día tras el enfrentamiento americano con los bianconeri.

Las primeras señales de alarma sonaron a la media hora del clásico de ultramar contra la Juve: córner insidioso de Chiesa, que atravesó el área y, tras varios rebotes, Danilo fue el más rápido en perforar a Maignan para el 1-1. Defensa inmóvil.

En el minuto 48, tras la nueva ventaja de Giroud, fue otro lanzamiento de falta de Chiesa el que creó algunos problemas: el disparo, rozado por Rugani, se convirtió en el 2-2 con el toque decisivo del delantero francés. Seguía siendo fútbol de verano, pero incluso aquí los rossoneri podrían haber hecho algo más en la gestión de la situación.

Stefano Pioli comentó el partido con la conciencia de quien sabe que el camino hasta el inicio del campeonato aún es largo: “No es un paso atrás en comparación con el desafío con el Real. Los que han empezado hoy el partido llevan sólo siete días entrenándose. En la elaboración intentamos leer los espacios que nos dejan, variar para dominar el juego”.

Así que para la fase ofensiva, en la que el Diavolo explotó -como ya se vio con los blancos- los balones inactivos para hacer daño, gracias a la inyección de calidad que le dio el mercado. Sin embargo, para que la fase defensiva se convierta en uno de los escudos de la temporada, la puesta a punto sigue en curso.

El problema de encajar goles a balón parado sigue siendo una asignatura pendiente para Pioli, en la que el técnico centrará parte de su atención en la fase final de la gira y a su regreso a Italia. También porque los goles encajados durante la noche traen a la memoria algunos fotogramas de la temporada pasada: el Milan 2022/23 encajó 43 goles en la Serie A: de ellos, 16 fueron concedidos a balón parado (a título comparativo, el Nápoles, campeón de Italia, encajó 5).

Un problema que no sólo surgió en la liga: el derby con el Inter en semifinales de la Liga de Campeones fue desatascado en la salida por Dzeko, a la salida de un córner de Calhanoglu, comprometiendo de inmediato uno de los partidos más importantes de la temporada.

En resumen, las estadísticas encienden la luz y sugieren los próximos movimientos: el Diavolo ganó el decimonoveno Scudetto blindando la portería de Maignan y, para volver a ponerse por delante, el balón tendrá que ir (también) a la defensa.