El plan B es Jovic

Un punto de apoyo podría provenir de los colores. Si nada más, porque con los rossoneri sobre Luka Jovic se encontró más que cómodo en la época del Eintracht Frankfurt. La edad de oro alemana había servido para revivir un paréntesis inconsistente en el Benfica.

Esta vez, la combinación cromática podría mantenerlo en Italia y hacerlo volver de Milán, después de un año regular en la Fiorentina. Hipótesis que podría convertirse en un discurso concreto sobre los días más calurosos del mercado, aunque hay que decir honestamente que Luka no está en el primer lugar de los pensamientos sobre via Aldo Rossi. Una opción, sin embargo, sí.

Unos pasos atrás ayudan a esbozar su historia. Luka creció en Batar, un pequeño pueblo no muy lejos de Bijeljina, Bosnia, escenario de una de las masacres más violentas de la guerra en los Balcanes. Su infancia no fue despreocupada y para olvidarse del resto eligió el camino del fútbol.

La primera puerta corredera llega en 2004: con 8 años encanta a todos en el Mini Maxi, un torneo para jóvenes promesas menores de 12 años. Regatear, correr, anotar. Y sobre todo, asombra a los mayores. Incluso Toma Milicevic, cazatalentos histórico del Estrella Roja, que en un momento le pide a su padre que se lo lleve con los gastos de viaje pagados.

Hay aprobación, pero de Batar a Belgrado hay 150 kilómetros: la solución al problema, un poco incómoda, es dormir en el coche. Así que Luka se va y sigue haciendo de las suyas, incluso llevándose el apodo de “Pequeño Falcao” (“Al principio me enorgullecía, pero luego me dolía”, dirá). La culpa es de las presiones y de las muchas expectativas. También se adelanta el Partizan, que pese a la rivalidad ofrece 200 euros al mes a la familia para que se lo lleve a casa. Nada hecho, el destino lleva a otra parte.

Con el Estrella Roja, Jovic llegó al primer equipo y -con 16 años y 5 meses- se convirtió en el goleador más joven del club, superando a un tal Dejan Stankovic. Otros cuatro meses y se convierte también en el debutante más joven en el eterno derbi con el Partizan. Es 2014, ya ha despegado.

El siguiente salto lo traslada a Portugal, al Benfica: juega en el equipo B durante la temporada 2016-17, pero las cosas no van bien por la dificultad de adaptarse. Debutó con un larguero desde 30 metros y marcó unos cuantos goles, luego acumuló 4 apariciones entre los grandes y se despidió sin demasiadas decepciones. Para darle otra oportunidad está la Bundesliga: el Eintracht es el lugar indicado para empezar de cero. Allí renació, diciendo que corría más en un mes en Alemania que en un año en Portugal.

La primera temporada es una fuga de 9 goles y 4 asistencias, con la joya de la Copa de Alemania puesta en el tablón de anuncios tras la final ganada al Bayern. Mérito de la atención de Kovac y un fenomenal sentido del gol, combinado con notables habilidades técnicas. El segundo año es aún mejor y cuenta con 27 goles, que valen la convocatoria de la Real en 2019.

Los blancos lo aseguran por 60 millones, pero en el Madrid la estrella vuelve a desvanecerse. En tres temporadas (interrumpidas por una cesión al Eintracht), acumula 51 partidos y 3 goles. Fotografía de un fracaso, vínculo directo con los últimos meses con la Fiorentina. Jovic llegó a Italia el pasado verano con una fórmula particular, liberada a cero por los españoles con un porcentaje del 50% de cualquier futura reventa. Si nada más, una señal de esperanzas no del todo archivadas hacia él.

Después de todo, la cosecha en Florencia es un poco una síntesis. Altibajos, buenas actuaciones junto a carreras para olvidar. Todo lastrado por una declaración que hizo el año pasado en el campo de entrenamiento de Moena: “¿Cuántos goles prometo? Quiero hacer 30”. Un lastre que luego complicó la experiencia, cerrada de todos modos en doble dígito (6 centros en Serie A y 6 en la Conference League).

Ni siquiera en la Toscana se combinó la técnica con ese plus de ritmo y ganas de dejarlo todo en el campo. En definitiva, su indolencia ha resurgido las más de las veces, lo que se ha traducido en las críticas más frecuentes hacia el jugador por parte de la afición de Viola.

La próxima oportunidad podría llegar con el Milan (al que ya se ha acercado en el pasado el serbio), buscando un suplente Giroud. Broja y Ekitike se mantienen en primera fila, pero hoy hay algunos pensamientos sobre él. Jovic podría representar un plan B para el departamento, en caso de complicaciones en otras pistas. En Milán, al fin y al cabo, volvería a vestir de rossoneri.