
1- LOS LATERALES INTERIORES
La certificación de calidad más importante quizá proceda de Juric, un hombre que no suele ser especialmente prolífico en elogios sobre sus rivales: “No hubo partido, una diferencia abismal entre los dos equipos. Es la primera vez que mi Torino juega un partido así: una diferencia abismal de piernas, de velocidad, de fuerza”.
Así describió el técnico granata al nuevo Milan de Pioli, que ha cosido a su equipo en un conjunto muy diferente al de la temporada pasada. Entre las novedades más evidentes, lo que se pide a los laterales: ambos muy metidos en el campo.
Algo que, por su parte, Calabria y Hernández ya hacían en el pasado. Pero no con esta frecuencia y, sobre todo, no simultáneamente. Con Krunic cayendo entre los centrales, Davide y Theo en la fase de posesión se convierten a todos los efectos en centrocampistas adicionales.

2- LOS VOLANTES-MEDIAPUNTAS
Los laterales que suben por el centro tienen un efecto cascada: los mediapuntas, a su vez, tienen licencia para insertarse. Uno de los dos, siempre. A veces, dependiendo de las circunstancias, ocurre con ambos. Con Reijnders gravitando hacia el centro-izquierda de los tres cuartos y Loftus-Cheek hacia el centro-derecha. Una situación ofensiva que no es inmediatamente descifrable para los adversarios, como demostraron los partidos contra el Bolonia y el Torino.

3- LA VERTICALIDAD
Tras analizar las características de los nuevos fichajes, es algo que se viene diciendo desde julio: será un Milan mucho más vertical. Y así es. No hay más que pensar en el gol de Pulisic en Bolonia, o en los del jugador de la selección estadounidense y Hernández ante el Toro: es un Diavolo que mete la cuña en profundidad, menos proclive al pase horizontal. En esta dinámica, Loftus-Cheek y Reijnders (pero también Musah) son perfectos intérpretes.

4- LOS UNO CONTRA UNO
El Milan ha subido el listón en algunas áreas clave. En la parte superior derecha y central izquierda del mediocampo, por ejemplo. Mérito de Pulisic y Reijnders, pero también Loftus-Cheek de otra manera, con intimidación y sabe saltar al hombre.
En este sentido, el fútbol no necesita inventar nada: quien consigue ganar duelos y ganar superioridad numérica aumenta exponencialmente sus posibilidades de marcar goles. Y en el banquillo, de momento, siguen Chukwueze y Okafor, otros “titilantes” del carcaj de Pioli.

5- CAMBIO DE NIVEL
Si, de hecho, nos fijamos en el banquillo rossonero, hay más profundidad. Segundas opciones que no son tan segundas. El año pasado era una limitación evidente. Ahora en lugar de Leao puede entrar Okafor, mientras que Chukwueze es el alter ego de Pulisic.
Romero, de indudables cualidades técnicas, es también un arma excelente en el juego de carrera. En el centro del campo, Musah puede dar un respiro a Loftus-Cheek, sin olvidar que a finales de año Pioli tendrá de vuelta a Bennacer.