En el vuelo Milán-Roma se registraron turbulencias, exactamente poco después de las 18:30 horas. Desde la torre de control se anunciaba el sorteo de la Liga de Campeones: el Milan (que volaba a la capital, esta noche en el Olímpico como invitado de Mou) contra el Paris Saint Germain, el Borussia Dortmund y el Newcastle.
La tripulación informó al capitán (del equipo) y fue entonces él, Pioli, quien informó al equipo y a la plantilla. No hubo signos particulares de consternación por parte de los jugadores, a pesar de que el grupo era objetivamente difícil, mientras que Pioli se había expresado antes del sorteo: “El año pasado hicimos una gran Liga de Campeones. Este año volveremos a ella con gran motivación y entusiasmo. Al estar en la tercera división probablemente nos toque un grupo complicado, y eso es normal. No siempre consigues lo que quieres, sino aquello por lo que quieres luchar. He aprendido que nunca hay que perder la fe en los jugadores, pero siempre hay que ser positivo y flexible”.
El Milan necesitará ambas cosas: positividad y flexibilidad, es decir, capacidad para adaptarse a las distintas situaciones. Los rivales son duros, el encuentro de Champions formará parte de un calendario liguero igualmente duro: los rossoneri llegarán a su estreno europeo después de enfrentarse al Inter en el derbi y antes del partido a domicilio en Verona.
El segundo partido de la ronda llegará a principios de octubre, después del partido A contra otro grande, el Lazio. La tercera jornada de Liga de Campeones incluso entre la Juve en casa y el Nápoles a domicilio. Último esfuerzo europeo tras enfrentarse al Atalanta.
Esta es la razón por la que Pioli se ha pronunciado a favor de una plantilla amplia y rica: hace un año el doble compromiso era agotador porque lo llevaba a cabo un grupo definido de titulares y muy pocas alternativas de nivel.
Más allá del aspecto técnico, el emocional también es relevante: el sorteo de Champions traerá de vuelta a Gigio Donnarumma al Milan, tras su cuestionado adiós en el verano de 2021, como agente libre. El recibimiento no será positivo: de Gigio, mientras tanto, ninguna señal social.
San Siro se reabrirá también para Sandro Tonali, recién vendido al Newcastle: los ochenta millones cobrados permitieron financiar un rico mercado estival. Por eso y por el todavía fuerte sentimiento rossonero, el estadio debería recibirle con afecto.
Para no sobrecargar la expectación Tonali se limitó a publicar una historia de Instagram con los próximos compromisos europeos del equipo, sin destacar ninguno en particular Otro desafío “familiar” es el que enfrenta a los hermanos Hernández, Theo y Lucas, rivales en el Milan-Psg.
Hasta aquí las dificultades a las que se enfrentará el Milan: Franco Baresi, vicepresidente honorario del Milan, invierte la perspectiva: ‘Empezar desde la tercera división siempre es difícil. Es un grupo exigente y competitivo, pero creo que es bonito jugar contra estos equipos, tener esta aspiración. El Milan es el Milan, podemos competir con todos: siempre debemos ser ambiciosos y creer que podemos vencer a estos rivales.
El Milan tiene un equipo que sin duda puede jugar contra ellos: saldremos al campo sin olvidar quiénes somos, debemos tener siempre confianza y creer siempre. Tenemos experiencia, jugadores de calidad y no debemos olvidar lo que hemos hecho en los dos últimos años, no faltarán estímulos y San Siro nos ayudará. Es una eliminatoria difícil, pero no creo que los demás se alegren de tenernos en la vuelta…”.
Los números también apoyan la tesis. Los rossoneri están invictos en competición europea contra el PSG: cuatro enfrentamientos, todos en Liga de Campeones, con dos victorias milanistas y dos empates. Junto con el Arsenal, los rossoneri son los que más veces se han enfrentado a los parisinos, sin ganar nunca.
Los precedentes con el Borussia también son favorables, mientras que el duelo con el Newcastle no tiene precedentes. No es culpa del Milan, habitual de la competición: los ingleses no escuchan música de Champions desde la temporada 2002-03, cuando fueron eliminados en la segunda fase de grupos.
NEWCASTLE
Sandro Tonali contra el Milan. Parecía escrito y la urna de Montecarlo lo ha confirmado puntualmente, entregando la comparación con el pasado muy reciente a los azzurri. Y dando al Milan el peor de los cuatro primeros equipos posibles: el Newcastle también volverá a la Liga de Campeones después de 20 años, pero tiene toda la intención (y los medios) de ser protagonista. Aunque en la Premier, tras la victoria en el estreno, perdieron los dos siguientes partidos ante City y Liverpool.
Tonali ya parece haberse asentado perfectamente en el seno del Newcastle. Él y los brasileños Bruno Guimarães y Joelinton deben aportar cobertura en defensa, el punto fuerte del equipo la temporada pasada, y creatividad en ataque.
Tonali aún está aprendiendo cómo funciona la Premier League: nadie en St. James’s Park espera que sea decisivo de inmediato, pero la idea es que el rossonero ayude al equipo a crecer. Como ha hecho el Newcastle en los últimos años: en noviembre de 2021, cuando el fondo árabe completó la compra e instaló a Eddie Howe en el banquillo, el equipo luchaba por no descender; ahora se encuentra en la Champions, después de haber adelantado tareas.
Además de la defensa granítica y los tiros libres de Trippier, en ataque, ojo con Isak, el delantero centro sueco fichado hace un año por 70 millones de la Real Sociedad, que sabe ser malo en la zona de gol. Dos defectos: les falta experiencia en la Liga de Campeones y, pese a Tonali, Harvey Barnes y demás injertos, no parecen tener una plantilla profunda para soportar el doble compromiso con los fondos ilimitados de los árabes, mantenidos a raya por el Fair Play Financiero. El Milan tendrá que aprovecharse de ello.
PARÍS SAINT-GERMAIN
Es un Psg diferente al que se enfrentará el Milan. Menos frívolo, menos bling bling, ciertamente sin Messi ni Neymar, pero no menos feroz con Mbappé, fan rossonero desde la infancia. Pero el jugador estrella, que se ha quedado en París a pesar de la expiración de su contrato y de la tentación del Real Madrid, no se pondrá sentimental.
El contrato se discutirá más adelante. Mientras tanto, el club del Emir de Qatar ha confiado en Luis Enrique, que ya ha dado una fuerte identidad al equipo francés, reforzada con el gasto de 300 millones de euros. Una cifra que podría elevarse a 400 con los últimos fichajes. Para el presidente Al Khelaifi, sin embargo, el Psg “está preparado”.
También porque se acabó la época de las estrellas compradas a precio de saldo sin gran lógica deportiva. El mundo del fútbol al menos disfrutó durante un par de temporadas de un ataque de ensueño que resultó ser un fracaso. Con el tridente Messi, Neymar y Mbappé, el Psg cayó dos veces en octavos de final de la Liga de Campeones.
El último año se vio minado por las disputas, las polémicas y los continuos escándalos. Así que en Doha decidieron iniciar una revolución, con la idea de construir un verdadero equipo que trabaje duro, produzca buen juego y vuelva a apuntar alto, con las ideas claras.
Las que ya forjó Luis Enrique para su 4-3-3: posesión dominante, agresividad en la recuperación del balón en todo el campo y una fuerte identidad colectiva. El nuevo Psg también se ha construido para potenciar al máximo el talento de Mbappé, y quizás convencerle para que renueve.
Al bombardero de Bondy se han unido su amigo Dembélé, por el que el Barça ha pagado una cláusula de rescisión de 50 millones, y el delantero-pivote Ramos, ex del Benfica, por 80 millones. Si para el exterior barcelonista el anuncio oficial ha llegado tras el acuerdo de 50 millones con el Lyon, el PSG también espera arrebatar al Eintracht de Frankfurt al otro nacional francés Kolo-Muani: una operación de 100 millones.
También se ha renovado el centro del campo, renunciando a Verratti, al que se ha pedido que encuentre acomodo entre Catar y Arabia Saudí, para dejar sitio al joven Zaire-Emery, titular con 17 años, y al director Ugarte, pagado 60 millones en el Sporting.
Regeneró la defensa con Skriniar, cedido por el Inter, que vivirá un derbi muy personal. Será un partido especial para el ex-rossonero Donnarumma, pero sobre todo para Lucas Hernández, pagado 50 millones en el Bayern de Múnich, dispuesto a desafiar a su hermano Théo.
BORUSSIA DORTMUND
¿Nos meterán en el grupo de hierro? Pues compremos otro delantero, el máximo goleador de la última Bundesliga y único integrante de la selección alemana que se ha salvado en el Mundial: Niclas Füllkrug. Poco antes del sorteo de Montecarlo, el delantero centro del Werder Bremen llegó a Dortmund para pasar reconocimiento médico. Luego, tras el sorteo, se hizo oficial su compra.
Pagado en 13 millones, Füllkrug se une a Felix Nmecha (30 millones en el Wolfsburgo) y Marcel Sabitzer (19 en el Bayern): en total, 62 millones gastados, pero esto es sólo la mitad de lo que el Real Madrid cobró por Jude Bellingham.
Como cada año, el Borussia se las ha arreglado para hacer pagar caro a uno de sus jugadores estrella, basta pensar en los precedentes de Sancho y Haaland. El ataque, sin embargo, es un departamento muy rico para Ediz Terzic.
Haller como delantero centro titular, Adeyemi, Malen, Brandt, Moukoko, Reus como otros hombres ofensivos. Con Can, Sabitzer y Nmecha en el centro del campo, el departamento más frágil es, como siempre, la defensa, donde especialmente Süle y Hummels dan menos garantías que Schlotterbeck.
Palabras y traumas “Serán buenos desafíos, pero eso no significa que disminuyamos nuestras ambiciones”, dijo ayer el entrenador Edin Terzic. El Dortmund tiene que superar el trauma de un título tirado a la basura en la última jornada de la pasada Bundesliga, cuando con una victoria en su catedral ante el tranquilo Maguncia habría roto la tiranía del Bayern (ya son 11 títulos consecutivos), en lugar de eso empató y fue superado en el minuto 89 por diferencia de goles. Quizá Europa ayude a olvidar.