Todo el mundo se está divirtiendo y, al fin y al cabo, eso es lo más importante. Se está divirtiendo el entrenador, que al verlo en el campo parece un veterano del Milanello y no un recién llegado del mercado. Se divierte el entrenador, que ha encontrado a alguien a quien confiar las llaves del equipo. Diversión para el club, que ha embellecido la plantilla sin derrochar activos.
Y diversión para los aficionados, que lo observan embelesados y felices. Tijjani Reijnders es, con diferencia, la compra más sorprendente del mercado estival rossonero. Porque Pulisic traía consigo clase y rendimiento esperando a ser descorchados: todo se sabía. Igual que se sabía que Loftus-Cheek daría solidez al centro del campo.
Del mismo modo, se esperaban pronto anillos importantes de Chukwueze y Okafor. Reijnders, en cambio, formaba parte de esas inversiones menos mediáticas, consideradas más sabias y sensatas por los iniciados que ya le conocían. En cualquier caso, estamos hablando de un traspaso tan delicado como puede serlo el de alguien que vuela al Milan desde un club de provincias como el Az Alkmaar.
En resumen, no estaba cantado que Tijjani se llevaría inmediatamente de la mano al Milan. Es el sastre del Diavolo, y el corte y la costura son de alto nivel: tela fina, estilo moderno. Reijnders ya ha labrado estadísticas importantes en los tres primeros partidos oficiales del Milan. La primera ha asombrado a todos y ha sido perseguida durante mucho tiempo en la web rossonera: los ya famosos 27 pases acertados en Bolonia de otros tantos intentados (ya llevamos 98 acertados frente a 8 fallidos).
Precisión, fiabilidad y visión de juego: ésta fue la tarjeta de visita con la que el holandés se presentó a nuestra liga. Una serie de jugadas medias a dos toques, con la capacidad de entender siempre cuándo acelerar y cuándo dar la vuelta al balón. Luego irrumpió otra estadística, que impresiona porque es el director del equipo. En los tres partidos, Reijnders fue el rossonero que más corrió: 12,8 kilómetros en Bolonia, 12,36 con el Torino, 12,38 en Roma.
La combinación calidad-cantidad es claramente la mayor baza de un centrocampista. Insustituible e imprescindible, al menos en este inicio de temporada. Él y Krunic son los dos únicos jugadores en movimiento que no se han perdido ni un solo minuto hasta la fecha, una clara señal de los pilares sobre los que Pioli está construyendo su nuevo Milan.
Ah, también hay una media de notas friki: un bonito 7, sólo inferior a la de Pulisic (7,16). Otras bondades, sin orden particular: con un 92%, Tijjani es el jugador con el mejor porcentaje de pases acertados en campo contrario de los centrocampistas que han jugado los 270 minutos en esta liga.
¿Defectos? Sólo uno, de momento: le falta un poco de mala leche, un poco de instinto asesino en el área de gol, como quedó patente tanto en estos primeros partidos de liga como en las pruebas de verano. Quizá bastaría con correr medio kilómetro menos por partido….
POCOS JUGADORES EN MILANELLO
Poquísimos jugadores los que siguen en Milanello tras el parón liguero por los encuentros de selecciones, concretamente: Sportiello, Mirante, Calabria, Kalulu, Pellegrino, Loftus-Cheek, Adli, Pobega y Romero.