Pavard-Giroud: dos amigos en el derby

El destino llama a la puerta de los amigos. El poder del derby, que llegó a envolver a Benjamin Pavard gracias a los… cuentos de Olivier Giroud. Uno que enseguida estableció un cierto feeling con el derby. Para los dos campeones del mundo, el primer enfrentamiento de la temporada convierte una gran relación de hermandad en un ardiente desafío. Con la segunda estrella en el horizonte.

La curiosa anécdota la protagonizó el defensa, que hace algún tiempo había esbozado a la Gazzetta sus ideas de futuro, pensando ya lejos del Bayern: “Olivier siempre me dice que Italia es un país que vive al cien por cien del fútbol. Me ha contado la magia de los derbies, la gran fiesta de los aficionados por el Scudetto”.

Olivier es Giroud, un gran amigo de Pavard, que le explicó al defensa el fútbol italiano a partir de una especie de hechizo. El de la stracittadina, el partido más sentido para él y hasta ahora la imagen más bella de la aventura rossonera.

Una postal enriquecida por el doblete del 5 de febrero de 2022 que valió, en conjunto, buena parte del 19º Scudetto del Milan. Para elegir al Inter, Pavard partió de ahí. Y el destino, como de costumbre, decidió divertirse un poco poniéndolos inmediatamente uno frente al otro. Para añadir otro desafío a un cara a cara que podría durar una temporada.

Giroud y Pavard han pasado los últimos días juntos en la concentración de Francia (hasta el regreso anticipado del delantero a Milanello, debido al problema de tobillo que se produjo con Irlanda). Fue una situación especial, en la que es fácil suponer que la palabra derby surgió más de un par de veces, ya que los dos se rieron a menudo y con frecuencia, charlando, corriendo, liderando al grupo de los Bleus en el entrenamiento, abrazándose tras los goles marcados para Deschamps.

Sobre todo, vivieron el triunfo de Francia en el Mundial 2018. El que vio la explosión de Pavard, entonces protagonista con un soberbio gol en la victoria por 4-3 ante Argentina en octavos de final. Una volea externa con la derecha, desde el borde del área, premiada más tarde como el gol más bello del evento.

En Rusia, Giroud -el mejor goleador de la historia de los Bleus- no había encontrado el gol, ni siquiera el tiro a puerta, pero había sido inestimable como de costumbre para los esquemas gracias a su juego por banda y a sus movimientos inteligentes, liberando la zona para las inserciones de Griezmann y Mbappé.

Una copa levantada brazo a brazo, pero no sólo. Juntos compartieron también la decepción más reciente en Qatar (torneo cerrado por los rossoneri con 4 goles), con el bis fallado ante Argentina, en una final ya rebautizada como partido del nuevo siglo y que volvió a poner sus nombres en la historia.

En resumen, Giroud y Pavard han visto más de uno y ahora se encuentran compartiendo una nueva ciudad para otro capítulo de sus carreras. El objetivo, para ambos, es el mismo. Benjamin lo dejó claro a su llegada a Milán: “Quiero ganar el Scudetto para poder fijar la segunda estrella en la camiseta del Inter. Vivo para ganar trofeos, es importante para los aficionados y para el club. Haré lo que haga falta para ganar tantos títulos como sea posible. En el equipo hay jugadores de talla mundial que nos ayudarán a conseguirlos”.

Olivier ya vivió la emoción tricolor en Italia y sueña con volver a saborearla, como ha dicho en varias ocasiones: “Nuestro objetivo es la segunda estrella. Queremos hacer la mejor temporada posible en la Liga y en la Liga de Campeones, ésa es nuestra voluntad”. Ideas claras para ambos.

Las estadísticas dicen que sólo se han enfrentado una vez: el 25 de febrero de 2020, en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones entre Chelsea y Bayern en Stamford Bridge. Triunfo alemán con soltura, con clara victoria por 3-0 y posterior pase a la Copa. El derbi escribirá un nuevo libro.