Milan-Juve: a prueba las defensas

Después del terremoto del derby, el Milan ha reconstruido su herencia del Scudetto. Y se ha encontrado más fuerte que antes: hoy la defensa de Pioli vuelve a ser la de las certezas de 2021/22, los rossoneri no marcan goles aunque desplieguen a su delantero centro entre los tres palos, y si no que se lo pregunten al Genoa. En el muro del Milan, antes que los rossoblú, Verona, Lazio, Newcastle y Borussia Dortmund se dieron contra la pared, con la perla de Luvumbo en Cagliari como excepción: un total de un gol encajado en 540 minutos. Más que escombros.

Con ocho goles encajados, no tiene la mejor defensa de la Serie A -que sigue siendo la del Inter, 5 goles-, pero es el equipo que mejor lo ha hecho de todos desde el periodo post-derby: sólo el Monza ha logrado encajar un solo gol en los últimos cuatro como los rossoneri, mientras las defensas de sus rivales en la lucha por el título empezaban a hacer aguas.

Desde el Inter, que reventó dos veces la portería de Sommer en San Siro, entre el Sassuolo y el Bolonia (4 goles encajados en los partidos con el conjunto emiliano), hasta la Juve, que cayó bajo los golpes del habitual Sassuolo, pasando por el Nápoles, que se derrumbó en el Maradona con el Fiorentina.

No el Milan, los rossoneri se han blindado en el momento oportuno, cambiando incluso de módulo (la defensa de 3 vista con el Verona) y de hombres (la rotación no ha escatimado a nadie, incluida la defensa). En la Liga de Campeones los rossoneri son los únicos con una portería inmaculada junto al Barcelona, en Italia sobre la solidez defensiva han estructurado al resto. Con un eslabón en la cadena que suelda a este Diavolo al Scudetto: Fikayo Tomori.

Fikayo Tomori los ha jugado todos menos uno, por sanción (además fue el derby): una pista que hace la prueba, Tomori vuelve a ser un central casi infranqueable. Las otras pruebas, el ex-Chelsea las ha repartido por doquier: estuvo entre los mejores en las noches de Liga de Campeones, firmó un gol de peso en el Cagliari. Y ha recuperado la selección: Southgate, seleccionador de Inglaterra, le ignoró en la época del Scudetto, pero ahora le ha puesto a tiro.

El próximo domingo en San Siro llegará la Juve de Vlahovic y Chiesa: Tomori -que marcó el primer gol de los bianconeri como milanista y que repitió hace un año- dirigirá el trabajo en sociedad con Thiaw. El alemán ha dejado atrás sus errores con el Inter y ha recuperado la continuidad: junto a Tomori ha crecido, como lo hizo con Kalulu hace dos años.

Falta en la lista Pellegrino, el joven de 21 años comprado al Platense. Pioli aún no le ha hecho debutar, pero los ‘efectos’ del muro rossonero se dejan sentir igualmente: Scaloni, seleccionador de la campeona del mundo, Argentina, le ha convocado para los partidos de clasificación para el Mundial contra Paraguay y Perú.

A partir de este parón, el Milan reaparecerá sin dos pilares, los inhabilitados Maignan y Hernández, pero Pioli podrá contar con la fiabilidad de Sportiello, decisivo cuando se le requiera, y con la ductilidad de Kalulu, alguien que puede jugar tanto de lateral como de central sin sufrir al pasar de una zona a otra.

Pierre se ha recuperado de la lesión que le tuvo parado un mes y lo ha hecho en el momento perfecto: sin Theo, con la Juve en las bandas habrá que inventar algo y Kalulu ofrece una solución extra. Dos de él, Calabria y Florenzi partirán desde el 1′, pero la explosividad de Kalulu vendrá bien en las rotaciones de los próximos retos. En una semana, el Milan se enfrentará a la Juve, PSG y Nápoles: cuantos más ladrillos haya en el muro, más seguro se sentirá el Diavolo.

EL ESTADO DE LA JUVENTUS

La goleada de Reggio Emilia debe haber servido de lección. Desde aquella derrota por 4-2 en casa ante el Sassuolo el 23 de septiembre, el Juventus no ha encajado ningún gol. Lecce, Atalanta y Torino, un tríptico de 7 puntos sin encajar un gol, que ha tranquilizado la clasificación de los bianconeri y las cifras de la defensa, siempre uno de los caballos de batalla del entrenador Massimiliano Allegri.

No es casualidad que Max, hablando de la fea eliminatoria contra los emiliani, haya subrayado a menudo el mal día de las individualidades (de Szczesny a Gatti…), ahorrando el juicio global sobre el equipo. Su Juve se ha mostrado a menudo sólida esta temporada, con la excepción de aquella tarde de sábado en el estadio Mapei.

En los otros siete partidos de la temporada, de hecho, nunca ha encajado más de un gol y en nada menos que cinco ha mantenido su portería imbatida. A día de hoy, la defensa bianconera es la segunda de la Serie A, por detrás del Inter y a la par del Bolonia, pero también la única, junto con el Milan, que sólo ha encajado más de un gol en una ocasión. El muro, en definitiva, aguanta y augura un buen futuro: en sus seis campeonatos (uno rossonero y cinco con la Juve), Allegri siempre ha entrenado al equipo con menos goles en contra de la liga.

A la vuelta del parón, la Juve está llamada a afrontar el reto más importante de su primera cita de 2023-24: el viaje a San Siro, a casa del líder, el Milan. Llegan allí, como se ha dicho, con una nueva solidez, pero también con demasiadas bajas, incluso en defensa.

Alex Sandro lleva un mes en el dique seco y no estará disponible para el partido del Meazza, y se espera que el capitán Danilo, lesionado contra Brasil, se pierda el encuentro. Queriendo mantener la retaguardia de tres hombres, Max no tiene elección: Gatti, Bremer y Rugani, con el joven Huijsen como primer cambio. La alternativa es un cambio de módulo o el uso de un lateral (¿Cambiaso?) como refuerzo.

Pero más que el nivel de quién estará en el campo, lo preocupante es quién no estará. Danilo es el líder de la retaguardia, tanto por carisma como por experiencia. Un dato basta para apoyar la tesis: la temporada pasada, el brasileño sólo se perdió dos partidos y la Juve perdió ambos (2-1 contra el Psg y 4-1 en Empoli).

Además, con Alex Sandro es el único que no sufre mucho en la posición de centrocampista izquierdo de los tres. Bremer se siente cómodo en el medio, al igual que Rugani, que con el Lecce se adaptó a la derecha, donde siempre ha jugado Gatti, sin moverse al otro lado. La pregunta es, entonces, ¿quién se adaptará a la izquierda contra el Milan?

El desafío contra los rossoneri, por tanto, no ha tenido buenos recuerdos recientemente. La Juve no gana al Diavolo en partido oficial desde el 6 de enero de 2021 (3-1 justo en San Siro) y desde entonces sólo una vez en cinco enfrentamientos ha logrado no encajar un gol (0-0 en Milán el 23 de enero de 2022).

Mientras que en los tres últimos nunca han marcado, perdiendo en dos ocasiones consecutivas la temporada pasada. Si se cumpliera el clásico ‘no hay dos sin tres’, los bianconeri se alejarían a -7 del liderato. Una brecha importante, aunque la palabra Scudetto sea ahora un tabú en la Continassa. El objetivo declarado es volver a la Liga de Campeones. Para aspirar a algo más, el muro de Allegri debe permanecer impenetrable durante mucho tiempo.