Más que rojos y negros, son rojos. Rojo como las cartas que se agitan ante los ojos de los hombres de Pioli. Con el partido de Thiaw contra la Juventus, el Milan llegó a tres y sólo en la novena jornada podemos decir con certeza que hay una abundancia desagradable. Por supuesto, dinámicas diferentes, pero el hecho permanece.
Los defensores: Tomori en la tercera jornada contra la Roma, Maignan en la octava jornada contra el Génova y esta vez Thiaw. Ah, también está la larga serie de atrocidades de Hernández, que nunca recibió una tarjeta roja durante los partidos pero logró la hazaña, por así decirlo, de recibir cinco tarjetas amarillas en siete apariciones, la mayoría de ellas por protestas, evitables por definición.
Probablemente Thiaw se vio perdido con la Juventus. Kean hizo un movimiento sobre él que lo confundió, perdió agarre y orientación y se vio a la selección italiana volar hacia Mirante. La distancia a la portería no era tan pequeña y probablemente fue eso lo que llevó al alemán a agarrarse a su oponente con todas sus fuerzas, tirándolo al suelo.
Lo que Malick, sin embargo, no supo evaluar fue la ausencia de compañeros en el entorno cercano: Kean habría huido solo, presentándose cara a cara con Mirante. Rojo directo, adiós Nápoles pero sobre todo adiós Juve. Porque una cosa es dejar a tus compañeros con diez hombres en el minuto 80 y otra cuando aún no ha terminado la primera parte. Una gran lástima para el Milan y obviamente para él, que hasta ese momento lo estaba haciendo bien.
En la Juve no había Maignan entre los postes, y aquí también es fruto de una expulsión. Basta rebobinar la cinta de un solo día, el regreso a Marassi para el partido contra el Génova y un final loco con Mike que sale en avalancha del área sobre Ekuban y luego es clavado por la revisión del VAR. También en este caso una roja directo. Tomori, sin embargo, marcó dos tarjetas amarillas en el Olímpico ante la Roma.
El primero, que quizás también pueda discutirse, en la primera parte (19′), el segundo en la segunda parte (61′). Fue un problema bastante grande porque los giallorossi, que estaban dos goles abajo, evidentemente habían recuperado fuerzas e incluso marcaron un gol en el tiempo añadido. En definitiva, una expulsión que podría haber salido muy costosa, considerando la importancia de aquella victoria.
Esta vez, sin embargo, el precio se pagó íntegramente. Tres expulsados y uno suspendido por múltiples tarjetas amarillas en nueve jornadas: en Milanello se recomienda tener los nervios más fuertes y no es sólo una cuestión de este año: a partir de la temporada 2018/19, sólo Sassuolo y Fiorentina han recibido más tarjetas rojas directas (15) en comparación con el Milán (14) en la liga.