El Milan pasa a ser el colista del grupo con 2 puntos tras caer goleado ante el PSG por 3-0, en un encuentro donde remataron más veces que ante la Juventus, pero el equipo de Luis Enrique en ataque fue muy superior donde Mbappé, Kolo Muani y Lee Kang-In humillaron al club rossonero, donde ahora tendrán que ganar toda la segunda vuelta si quieren pasar…
Falta de puntería, ligereza en la fase defensiva: por situaciones ya vistas repetidamente esta temporada, el Milan cayó en París por 3-0 y complicó terriblemente el camino del Diavolo en el Grupo F. Ahora los rossoneri son últimos, empatados a 2 puntos, con Newcastle y Borussia a +2 y Psg a +4. La situación aún no está definitivamente comprometida, pero a partir de ahora Giroud y sus compañeros sólo tienen que ganar.
El Psg golpeó en la primera parte, justo en el mejor momento del Milan, con un golazo de Mbappé, que no tardó en dejar en fuera de juego a Tomori. En la segunda parte, después de que Pulisic desperdiciara una ocasión límpida, los franceses doblaron el marcador con Kolo Muani en la elaboración de un córner en el que prácticamente todo el Milan se había dormido.
Antes, un gol de Dembelé había sido anulado tras un control del VAR por falta sobre Musah. Lee cerró el marcador en los minutos finales del partido. El domingo, a los rossoneri les espera el Nápoles en el campeonato: tras Juve y Psg, corre el riesgo de convertirse en una semana muy complicada.
Si el Milan buscaba respuestas en la Liga de Campeones, varias llegaron en la noche de París. Y no son nada reconfortantes: en primer lugar, el 3-0 con el que el Psg se hizo con el primer puesto del grupo F es una derrota que corre el riesgo de dejar muchas más scoriae de las que dejó el koing con la Juve.
No sólo eso: el Diavolo en la copa confirmó ser clamorosamente contundente, estamos en el tercer partido de tres cerrados sin marcar, y la lesión de Jovic en el calentamiento complica las cosas también a nivel numérico para los próximos partidos. Y de nuevo: la clasificación se pone dura, muy dura. El Borussia Dortmund, ganando en Newcastle, baraja de nuevo las cartas y deja la puerta de los octavos de final abierta para Pioli, pero para pasar será necesario ganar, empezando por el partido de vuelta contra los franceses, el 7 de noviembre en San Siro: ¿este Milan, sin astucia en la portería y frágil atrás, es capaz de hacerlo?
El equipo del Milan es el anunciado la víspera del partido, pero también es inédito: por primera vez en su historia en las copas de Europa, sale al campo una formación sin italianos. Kalulu, preferido a Calabria en la derecha, tiene la tarea más pesada, lidiar con Mbappé.
Sin Loftus-Cheek, Pioli confía en Musah y Reijnders en el medio, con Krunic jugando: el bosnio vuelve a la titularidad un mes después de la última vez. En la delantera fue el turno del tridente Pulisic-Giroud-Leao. Luis Enrique respondió con un 4-2-4 ultraofensivo: un centro del campo equilibrado con Zaire-Emery y Ugarte, luego hubo espacio para la creatividad: Vitinha fue el “intruso” en un ataque totalmente francés, con Dembelé y Mbappé a lo ancho y Kolo Muani arriba.
La premisa del partido provocó escalofríos en la afición milanista: el Psg empujaba con fuerza, los rossoneri retrocedían asustados y gastaban dos amarillas en los primeros siete minutos, con Thiaw y Krunic. Los franceses mantuvieron el balón, maniobraron pero no concretaron, y entonces el Milan encontró el valor para levantarse y empezar a hacer “su” juego, hecho de presión alta y contragolpes. Fue en el minuto 10 cuando Pulisic desbordó y buscó a un compañero en el segundo palo, pero Leao no estaba y Marquinhos cerró a córner.
Rafa despertó en el minuto 16, cuando bajó el balón en velocidad y Hakimi lo derribó: el marroquí fue amonestado y el Milan se ganó un tiro libre desde el borde del área. Pero el balón, sorprendentemente, fue a parar a Tomori: la barrera despejó. Los giallorossi estuvieron imprecisos, no muy mal en el área, pero aguantaron el tipo y el Psg se apoyó en las individualidades de Mbappé: el primer disparo a puerta, en el minuto 22, lo blocó Maignan sin problemas, y luego un derechazo que rozó el poste en el minuto 30. Parecía un ida y vuelta con Leao, que cuatro minutos antes había intentado, y casi rozado, el segundo palo en diagonal, tras una buena reanudación finalizada con un taconazo de Giroud.
En cambio, fue el preludio del fogonazo que iluminó el Parque de los Príncipes en el minuto 32: Mbappé marcó, y fue un golazo, pero igual de bonita fue la jugada que entregó el balón a la estrella francesa, firmada por Zaire-Emery. El joven de 17 años que ‘despidió’ a Verratti arrebató balones en el centro del campo y siempre extrajo algo interesante de ellos, como cuando se escapó de Reijnders y sorteó a Mbappé a la entrada del área: Kylian controló, fintó, movió el balón y soltó un derechazo imparable ante la mirada de Tomori, atónito ante el juego de manos a gran velocidad del francés. El Psg pasó en el mejor momento del Milan, y amenazó con doblar por medio de Kolo Muani: Thiaw bloqueó su disparo y Pioli respiró.
El alemán, con la peligrosa mancha de una tarjeta amarilla encima, se queda en el vestuario: entra Calabria, con Kalulu desplazado al centro. El Psg no cambió, pero empezó más convencido. Y volvieron a golpear: primero marcaron con Dembelé, pero el árbitro Vincic anuló tras un control de Var por un empujón de Ugarte sobre Musah, luego arriesgaron el empate con Giroud, que no encontró portería tras un centro de Pulisic (el estadounidense, desde una posición inmejorable, podría haber disparado…) y en el minuto 53 hicieron el 2-0.
La defensa rossonera se olvidó de Dembelé, que quedó libre para disparar a la salida de un córner: el remate del número 10 del conjunto parisino fue bloqueado en corto por Maignan y Kolo Muani remató a gol desde dos metros. El Milan se tambaleó, dio las gracias a Maignan por negarle a Mbappé un gol en una contra, y trató de sacudírselo de encima.
Pero las limitaciones del ataque rossonero en la Liga de Campeones salieron a relucir: el primer disparo a puerta, tras más de una hora de juego, fue un derechazo sin contemplaciones de Pulisic; en el minuto 68, el habitual Leao recibió un buen balón de Reijnders al contragolpe, pero no marcó; Giroud intentó sorprender a Donnarumma con una vaselina desde lejos, pero Gigio estuvo atento.
Y se confirmó en el minuto 78 sobre Leao, desviando a córner un derechazo a bocajarro del portugués. Maignan no se quedó atrás: a 10 minutos del final, Mbappé llegó completamente solo para disparar, desviado al poste. Era cuestión de tiempo que el Psg volviera a adelantarse: el coreano Kang-In Lee, que había entrado por Dembelé, hizo el 3-0 gracias a un Zaire-Emery imparable. La fiesta fue rojiazul, el Diavolo se fue al infierno y mañana se levantará con dolor de cabeza: el domingo viaja a Nápoles.