Inter y Milan quieren a Ouédraogo

Hay una frase que lleva años haciendo soñar a los niños de Gelsenkirchen. Grabada a la entrada del polideportivo donde entrenan los equipos juveniles del Schalke 04 está la inscripción “entras como niño, sales campeón”. No es mera retórica. El Schalke acompaña la inscripción con fotos de Neuer, Draxler y Höwedes, que vistieron la camiseta del club cuando aún eran niños, pero también con fotos de los tres sosteniendo la Copa del Mundo que ganaron con Alemania en 2014.

Entras siendo un niño y te vas siendo un campeón. Algo parecido, sin llegar a ser campeones del mundo, les pasó a Sané, Gundogan, Ozil, Matip y tantos otros. Entras como un niño, te vas como un campeón. Esa es la frase que todos los canteranos del Schalke leen cada día cuando van a entrenar. Y por mucho que el club atraviese una profunda crisis económica y también deportiva (ha descendido a segunda división), sigue produciendo talentos.

El último es Assan Ouédraogo, promoción de 2006, por el que Inter y Milan parecen empeñados en desencadenar un bonito duelo de mercado. Él, sin embargo, no deja que se le suba a la cabeza: seguirá en el Schalke en enero, rechazando cualquier oferta que le presenten. ¿El motivo? Quiere terminar los estudios y sacarse el carné de conducir. Se entra como un niño, se sale como un campeón. A menudo también en la cabeza.

Assan Ouédraogo nació en Mülheim el 9 de mayo de 2006. Su padre, Alassane, es un ex jugador de la selección nacional de Burkina Faso que pasó toda su carrera en Alemania. Sin embargo, sin llegar nunca a los grandes equipos. Para su hijo Assan el destino parece ser diferente.

El Schalke espera hacerse con él por una cantidad cercana a la obtenida por el City por la venta de Sané en 2016: 50 millones. Nunca un jugador del Schalke ha cobrado más. Pero hay un problema: en el contrato de Ouédraogo hay una cláusula que se activará cuando cumpla 18 años: con 12 millones los clubes alemanes pueden llevárselo, en el extranjero costará 20.

Técnico, rápido, tácticamente inteligente. Uno de los puntos fuertes de Ouédraogo es que puede jugar en cualquier sitio: por delante de la defensa como mediapunta, como trequartista, como extremo y como segundo delantero. Esta temporada ha jugado 11 de los 12 partidos de liga con el Schalke. Y no sólo eso: con 17 años y 80 días no sólo es el debutante más joven de la historia del Schalke, sino también el más precoz en marcar un gol.

De hecho, el día de su debut, contra el Hamburgo el 28 de julio, marcó inmediatamente un gol. Que se genere entusiasmo rápidamente en un club como el Schalke es inevitable”, afirma el bombardero Terodde, “pero Assan sabe manejar muy bien la situación. Ya en la concentración de verano se vio que podía estar a este nivel. Los jugadores más experimentados tenemos buen ojo y él demostró enseguida que tiene talento y la personalidad adecuada”.

En las primeras entrevistas, está siendo muy respetuoso: ante quienes le hacen preguntas se muestra educado, sonriente, sin intentar destacar. Cuando le preguntan cómo se encuentra en el fútbol profesional, responde simplemente “bien”, cuando le preguntan si es feliz, responde con una sonrisa: “Sí”. No hacía falta nada más. Es el centro de atención por sus jugadas en el campo, no por sus declaraciones fuera de él.

Ouédraogo empezó a jugar en Mülheim, en el equipo de su ciudad natal. Ya con ocho años, pasó al Schalke, con el que ganó el campeonato juvenil en 2022. Desde hace años juega en las categorías inferiores de la selección alemana. Con la selección sub-17 participó en el Campeonato de Europa, siendo desplegado por delante de la defensa.

En la final contra Francia marcó el penalti decisivo. Ahora participa en el Mundial. Puede llamar aún más la atención en todo el continente. Confirmando aquella famosa frase que se lee a la entrada del sector juvenil del Schalke: se entra como un niño, se sale como un campeón.