Puede decirse que el Milan cumplió el guión. Tres goles, un debut soñado y dos lesiones. Esta vez el hacha de la mala suerte cayó sobre Pobega y Okafor, pero al menos dio a Jan-Carlo Simic la tarde de su vida. Los rossoneri se deshicieron del Monza por 3-0 y consolidaron la tercera plaza, +5 sobre el Nápoles. Reijnders abrió el marcador con un gol para aplaudir, y Okafor cerró con un doblete. En medio, el dardo de ensueño del serbio de 18 años en su debut profesional, con sus padres entre lágrimas.
El partido del almuerzo se abrió con la recuperación de Simon Kjaer, titular tras casi dos meses en el dique seco. No jugaba de inicio desde el 30 de septiembre, Milan-Lazio 2-0. Completa la defensa con Tomori, Florenzi y Theo. Maignan intocable bajo palos. En el centro del campo, espacio para Pobega, Reijnders y Loftus-Cheek. En la delantera, los favoritos de siempre: Pulisic, Giroud y Leao. Palladino confía en el doble fantasista -Colpani-Pessina-, con el ex titular Colombo. El delantero, criado en San Siro y cedido un año al Monza, desafía al técnico que le hizo debutar entre los profesionales. En la grada no está Ibrahimovic, todavía aquejado de gripe.
El partido se manifiesta tras un par de minutos. El Milan se mostró agresivo, fluido y seguro, y el cabezazo de Giroud se fue por encima del travesaño en el minuto 2. Sin embargo, el Monza no tiene tiempo ni para reagruparse. El espectáculo de Reijnders está en la serpentina con la que se deshace de dos jugadores, sólo para chutar con la punta por debajo de las piernas de Gregorio (3′). Fue un gol “de fútbol”, su segundo en la Serie A tras el que marcó contra el Lecce hace un mes. El año pasado marcó siete. San Siro espera que pueda superarse a sí mismo.
En este punto, el Monza levanta la cabeza, intenta reaccionar un par de veces con Colombo, pero no hay con qué. Kjaer, ordenado y atento, tapió todo lo que se le acercó y aguantó el tipo. La única nota discordante fue la habitual lesión: en el minuto 23, Pobega levantó la bandera blanca por un problema muscular. En su lugar entró Jan-Carlo Simic, central serbio de 18 años nacido en Alemania y estrella de la Primavera. Sería el punto de inflexión.
Pioli rediseñó el Milan con una defensa de tres hombres y situó a Simic en la derecha, con Florenzi por delante. “Sandrino” comprometió a Di Gregorio en dos ocasiones, la primera en el minuto 28 y la segunda en el 40. El número uno del Monza respondió con una intervención a mano abierta, pero a la salida del córner Simic encontró la primera brecha entre los profesionales. Fue una historia similar a la de Paloschi, que marcó a los 18 segundos en su debut en la Serie A en 2008. El serbio tardó 20 minutos, y le bastaron para aguijonear al Monza con un doblete bajo la curva sur.
La segunda parte fue un monólogo de contraataques. El Milan, tranquilo y relajado, concedió un poco más de espacio al Monza, “arriesgando” al contraataque. Palladino hizo jugar a los comodines Maric y Ciurria, pero la mejor ocasión llegó por la zurda de Colpani. El 28 disparó en el minuto 60, pero Maignan se estiró y desvió de puños, repitiendo poco después sobre Caldirola. En ese momento los espacios se ampliaron y el Milan hizo el tercero con Okafor, que acababa de entrar.
El suizo aprovechó un excelente pase de Giroud desde la derecha y remató a la red la pena máxima lanzada por Di Gregorio (76′). Reijnders, el mejor sobre el terreno de juego, se atrincheró para liberar al francés. El tercer gol del partido fue el último rayo de sol del día, antes de que aparecieran los nubarrones habituales. Pocos minutos después de marcar, Okafor cayó al suelo y abandonó el campo con un problema muscular. El 29º de la temporada. El Milan encontró los tres puntos, mantuvo a distancia al Nápoles y perdió a dos jugadores más. Se respetó al imitador.