Salernitana 2 – 2 Milan

En el camino hacia la Liga de Campeones, el Milan se encontró con Filippo Inzaghi, héroe de muchas grandes noches europeas y protagonista también esta vez: la Salernitana de Pippo asustó al Milan. Pioli había presentado, sobre el papel, una de las mejores versiones del equipo, con un once básico correspondiente a la formación estándar: Calabria por dentro tras su descalificación, Bennacer en el campo 226 días después como director, el tridente titular en la delantera.

Tras un cuarto de hora al mando del partido (y un peligro cercano: Dia chutó mal y Maignan desvió), el Milan se adelantó: Reijnders encontró a Leao en el área, Rafa sugirió en el contragolpe para Tomori, que marcó el gol de la victoria con la testa. Su tercer gol en liga como central. A partir de ahí la situación se invirtió: salvo dos incursiones por la izquierda de Theo y Leao, era el Salernitana el que mandaba. Pippo estaba en el banquillo, el equipo jugaba y creaba acciones. En la primera fue Maignan quien evitó el gol en propia puerta de Calabria a la salida de un córner, en la segunda de nuevo el portero rossonero desvió el cabezazo dividido de Mazzocchi. Y en el tercero llegó el merecido empate: asistencia de Candreva y el recuento de cabezazos de los centrales, de Tomori a Fazio, se igualó.

Hubo cambios al comienzo de la segunda parte: Pioli con Simic en lugar de Kjaer, Inzaghi con Ikwuemesi en lugar del lesionado Dia. El Milan pudo adelantarse de nuevo si Loftus-Cheek enmarcaba el gol, pero el Salernitana lo hizo con Candreva. Y las malas noticias para Pioli no acabaron ahí: Mike, excelente hasta el momento, fue culpable en el gol que volteó el resultado. Y en la misma acción Tomori, en el suelo lesionado, no participó en el marcaje. Otro golpe muscular y otro cambio obligado: Florenzi a la izquierda con Theo Hernández en el centro.

El Milan estaba hundido y con la defensa desordenada: el Salernitana apretó y Maignan no tardó en adelantarse con un remate de Mazzocchi. Pioli también hizo cambios en ataque: Jovic entró por Bennacer y Chukwueze por Pulisic. Jovic es inmediatamente protagonista dos veces en la misma acción (centro de Leao): un doble rechace de Costil. Y lo fue de verdad cuando encontró el gol del empate en el descanso, un zurdazo tras asistencia de Giroud. Inzaghi temblaba ahora y Costil salvó en Calabria. El empate acabó disgustando a todos.

TREINTA LESIONADOS EN LA TEMPORADA

Más allá del bien y del mal. Grotesco. Alucinante. Un pequeño compendio de los términos -pero son los más esponjosos- que se persiguen por la red milanista tras el empate de Salerno en lo relativo a la enfermería. Los Arechi también exigieron -y obtuvieron- el homenaje rossonero a Hipócrates. Sin embargo, resulta difícil utilizar adjetivos nuevos y eficaces ante un escenario así. En estos casos se puede utilizar el término vergonzoso, pero este equipo milanista en cuanto a lesiones ha ido ya más allá incluso de la vergüenza. Resulta difícil de creer, pero es dramáticamente cierto. La baja del día es -de nuevo- un incondicional. Un pilar que responde al nombre de Fikayo Tomori, y el problema es doblemente grave: porque el jugador está teniendo una temporada alta en cuanto a rendimiento personal, y porque la defensa ya estaba masacrada. El departamento peor parado de todos.

El problema también es burlón porque se produce en la acción que da lugar al 2-1 de Candreva. Se ve a Fik irse al suelo solo, levantando el brazo para llamar la atención del árbitro y del banquillo, y la acción del equipo de Campania sigue su curso. Hasta el disparo ganador del Granata fuera. Algunos rossoneri protestan al Salernitana, acusándoles de poca deportividad, pero la cuestión es otra. La cuestión es que el Milan pronto tendrá que prescindir también de Tomori.

Postal habitual enviada desde el terreno de juego: mano tocando detrás del muslo y abandonando la escena junto al médico y el fisioterapeuta. Esperando el diagnóstico instrumental de siempre, el flexor de siempre, o el isquiotibial de siempre. Ya casi siempre, sobre todo en los últimos tiempos: Leao, Okafor, Thiaw, Pobega, Okafor otra vez. La zona maldita es ésa y en Milanello parece que no hay manera de ponerle un parche de verdad.

Números cada vez más sensacionales. En 23 partidos de la temporada, es decir, en el espacio de cuatro meses, el Milan ha encadenado 30 lesiones, 22 de ellas musculares, que han afectado a 21 jugadores diferentes de una plantilla de 28. En Salerno, por decir algo, el Diavolo se presentó sin ocho jugadores lesionados. El Milan terminó el desafío de Arechi con una línea defensiva compuesta por Calabria, el joven de 18 años Simic, Hernández adaptado de nuevo al centro y Florenzi enviado a la banda contraria.

Se trata de una emergencia interminable, de las que hacen época, que convierte a la defensa en la parte más andrajosa del campo. Por cierto, todos ellos indisponibles durante mucho tiempo. Kalulu estará de baja otros tres meses, Thiaw dos, Pellegrino está a punto de volver pero lleva dos de baja, Caldara no está disponible. Aparte de los jóvenes cedidos por la Primavera -así Simic y Nsiala- y aparte de parches de emergencia como Theo, ahora mismo el único jugador sano es Kjaer, de 34 años, que ni siquiera tiene 90 minutos en las piernas. Ahora sólo queda esperar el veredicto médico para Tomori, confiando en que no haya lesiones y sea una ausencia corta.