El Milan busca refuerzos en defensa y mediocampo, y para satisfacer ambas necesidades en un solo movimiento ha definido la llegada de Filippo Terracciano. Cuatro millones y medio al Verona, más un millón en primas: un contrato de cinco años para el jugador.
Por edad, 20 años, y disponibilidad para cubrir varios roles, es una inversión acorde con la estrategia de la entidad. Dejar paso a jugadores jóvenes, mejor aún si han crecido en la cantera: en el último periodo, jóvenes como Simic, Jiménez, Traoré, Zeroli y Camarda han competido con los grandes con buenos resultados.
Filippo Terracciano ha ido un paso más allá: a sus 20 años, ya está en su segunda temporada en la Serie A, la primera con veinte apariciones, siete de ellas como titular, este año está desde el principio en catorce ocasiones de dieciocho. Un joven con un puesto fijo. En el Milan será diferente, empezará de nuevo como aprendiz: Pioli podrá utilizarlo en diferentes zonas del campo. En la forma de referencia de los rossoneri, el 4-3-3, Terracciano podrá jugar en el lateral derecho o en el izquierdo.
Tiene un buen manejo para explotar las bandas cuando se necesite un cambio por Calabria y Theo Hernández: entre la liga, la Coppa Italia y la Europa League, ocurrirá. Puede hacer lo mismo en el lateral derecho cuando Loftus-Cheek necesite un cambio: también ocurrirá. El bromista Terracciano también puede dejarse caer en otras ocasiones: como defensa en una línea de tres o como exterior derecho en un mediocampo de cinco. Un jugador con gran capacidad de adaptación: uno de esos jugadores que hoy en día se definen como un futbolista “moderno”.
Más allá de San Siro, el jugador es un tipo reservado: apenas trece publicaciones en Instagram y ni siquiera el tick azul de los personajes públicos. Terracciano ya está en Milán y puede estar en San Siro a la hora de comer. El motivo del viaje está relacionado con el partido que el Verona, pronto su antiguo club, jugará aquí contra el Inter.
En todo caso, es posible que no se marche, sino que se quede a la espera de que concluyan los trámites burocráticos y se realicen los exámenes médicos y la firma del contrato que seguirán poco después. En ese momento podría incorporarse a su nuevo equipo y convertirse en otro de los jóvenes que debuten con los rossoneri. Después regresará a San Siro, que hoy verá desde el banquillo: dada la situación del mercado, Baroni le dejará fuera.
Entre las nuevas llegadas del mercado de invierno, Matteo Gabbia, que regresó del Villarreal, ocupa el segundo lugar. La serie se alarga. Como defensa central, Brassier es el primer candidato, pero ya es una carrera contrarreloj: la negociación con el Brest no será fácil, teniendo en cuenta los 10-12 millones de su precio, y la competencia europea debe superarse rápidamente.
Uno de los obstáculos está también en el camino de Serhou Guirassy. El otro es el pesado salario que ya no puede aliviarse con los beneficios del Decreto de Crecimiento. Ayer, mientras tanto, Geoffrey Moncada, responsable del área deportiva rossonera, estuvo en el Dall’Ara para el Bolonia-Génova: Zirkzee, Ferguson y Gudmundsson son los posibles objetivos del verano.