Pizzi, el mentor de Chaka Traorè

Fausto Pizzi empieza riendo y cita a Jim Carrey. “¿Chaka? Con los goles contra el Cagliari y el Empoli, la suya ha sido una semana divina. Como en la famosa película”. Hasta hace unos años, el ex-centrocampista del Inter y el Parma era el responsable de la cantera emiliana: en esa época descubrió a Traorè, llevándolo del Audace al Gialloblù. La palabra que más utiliza para hablar de él es “niño” (“aunque ya ha crecido lo suficiente”) y sus recuerdos hablan del afecto que les une.

La primera anécdota traza los contornos de la historia. En 2015, Pizzi se convirtió en el responsable del sector juvenil del renacido Parma y organizó el área de ojeadores del club en la zona: “Un día vino Andrea Monica, la responsable de ojeadores, y me dijo: “Mira, hay un niño muy fuerte en el Audace”. Lo curioso es que se entrenaba a tiro de piedra de mi casa, en los campos de Via Zarotto”.

Entonces llegó el fulgor: “Con el paso de las semanas, empezaron a reunirse allí un montón de personas mayores, locas por él. Tenía 12 años, pero entre taconazos, golpes de hombro y regates divertía a todo el mundo”. Hay otro episodio que confirma el talento del marfileño: “Soy muy amigo de Antonello Ganappini, antiguo ojeador del Milan. Con él fui claro: ‘He visto a un chico que, en mi opinión, llegará a jugar en la Serie A’. Me dijo: ‘Siempre eres el típico exagerado, ¿sabes hasta dónde tienes que llegar?’. Un sábado por la tarde vino a verle y a los seis minutos de partido nos fuimos. Ya había marcado dos goles con menos de dos años y derribaba rivales como si fueran bolos’.

“Luego fui a verlo un par de veces más y ultimé el traspaso al Parma con los directivos del Audace. Se convirtió en uno de nuestros jugadores sin problemas, entendieron que era una gran oportunidad para él”, prosigue Pizzi, entre fotogramas que resurgen poco a poco: Lo primero que me viene a la cabeza cuando hablo de Chaka es su gran disponibilidad. Siempre era el último en abandonar el campo. Se paraba para regatear, chutar a portería y charlar. Y al final recogía balones y material, ordenando. Si su talento era evidente, su disciplina no lo era tanto”.

A continuación, Pizzi repasa los diferentes torneos que vivieron juntos: “Cuando vino a vernos, era el segundo año de la reanudación del Parma tras la quiebra. Acabábamos de reconstruir el sector juvenil y, junto con Camara, él era nuestro orgullo. Enseguida ganamos el torneo de Ostuni con el grupo de 2003 y él, nacido en 2004, se llevó el premio al mejor jugador gracias a unos partidos fenomenales. Luego, al final de la temporada, con el grupo de 2002 nos clasificamos para la final nacional del campeonato Giovanissimi. Lo tuve en la plantilla, jugó las semifinales y la final y nos hizo campeones de Italia”. En el salto atrás también aparece un viejo torneo de Pascua, que vuelve a conectar el hilo con los rossoneri: “Aquella vez marcó un doblete en la final contra el Milan y levantamos la copa. Su nombre acabó en boca de todos los ojeadores”.

Los ojos de Chaka -explica Pizzi- tenían una luz especial. Intenté estar cerca de él con algunos consejos, pero siempre fue un poco más hombrecillo que sus compañeros. Su pasado no fue fácil”. En este punto, el ex centrocampista se anticipa a la pregunta y aclara un concepto: ‘Sobre la historia de los documentos, sólo puedo decir que en el momento de firmar con el Parma se comprobó todo y no hubo problemas’.

Antes de ser inscrito por el Audace, Chaka llegó a Italia con un grupo de marfileños y sólo después surgieron los problemas con su nombre. Los que gestionaron esta historia han pagado, como es justo”. Para terminar, el relato pasa a la actualidad: “Cuando vi su debut y sus primeros goles, me dije: ‘Por fin’. Chaka debutó en la liga a los 16 años con el Parma, en 2021, convirtiéndose en el primer jugador de 2004 en jugar en la Serie A. Más tarde fichó por el Milan, y estar en un club así es otra cosa, la competencia es altísima. Supo esperar su oportunidad y aprovecharla al máximo. La técnica y la personalidad para jugar en San Siro están ahí, se llevará otras satisfacciones”. Pioli también lo espera.

EL MILAN QUIERE A DRAGUSIN

La cola por Radu Dragusin crece. El rumano, de 22 años el próximo 3 de febrero, podría abandonar el Génova en este mercado de enero. Tras sus pasos están Tottenham (por delante), Nápoles, Bayern y no sólo. De hecho, también está interesado en él el Milan, que busca otro refuerzo en el centro de la defensa tras el regreso de Matteo Gabbia de su cesión en el Villarreal.

Los dirigentes rossoneri no están dispuestos a participar en subastas y saben que no están en primera posición, pero lo han intentado con una consulta al Génova. Que a su vez querría a un jugador propiedad del Milan: el delantero Lorenzo Colombo (clase 2002), ahora cedido en el Monza.

En toda la primera mitad de la temporada, Dragusin sólo ha regateado una vez: entre los defensas con al menos 15 partidos jugados en las cinco primeras ligas europeas, sólo el holandés del Liverpool Virgil van Dijk lo ha hecho mejor que él.

La Juventus reclama un 20% de la posible plusvalía para el Génova, que pide 30 millones de euros por su ficha tras haber invertido 5,5 millones más 1,8 millones en primas para comprárselo a los bianconeri. Los bianconeri, en caso de traspaso a estas cifras, cobrarían unos 4,5 millones de euros.

OFICIAL: TERRACCIANO AL MILAN

El Milan se complace en anunciar que ha adquirido definitivamente la inscripción del jugador Filippo Terracciano procedente del Hellas Verona FC. El defensa italiano ha firmado un contrato con el club rossonero hasta el 30 de junio de 2028. Nacido en Verona el 8 de febrero de 2003, Terracciano creció en la cantera del Hellas Verona, club con el que debutó en el primer equipo el 15 de diciembre de 2021 en el partido Hellas Verona-Empoli de Copa Italia.

Su debut en la Serie A se produjo poco después, el 20 de marzo de 2022, en el empate a uno contra el Empoli. A partir de ese momento, acumuló 39 partidos de liga, 18 de ellos en la presente temporada. El 19 de noviembre de 2022, tras haber jugado en las categorías inferiores de la Azzurra, debutó con la selección sub-21 en el amistoso contra Alemania. Llevará el número 38 en la camiseta rossonera.