Aquí comienza el segundo capítulo de la investigación sobre la adquisición del Milan. La Federcalcio (Federación Italiana de Fútbol) ha solicitado los documentos a la Fiscalía de Milán, que los ha enviado parcialmente. El fiscal federal Giuseppe Chinè recibió el decreto de registro ejecutado la semana pasada en el marco de la investigación sobre la venta del Milan de Elliott a RedBird en agosto de 2022. El decreto, de 12 páginas, contiene la hipótesis de un delito contra Giorgio Furlani e Ivan Gazidis, actual y anterior consejeros delegados del Milan: obstrucción al ejercicio de las funciones de las autoridades públicas de control. La referencia es precisamente a la Federcalcio, que los fiscales Polizzi y Cavalleri consideran un organismo de derecho público en el ejercicio de sus actividades de supervisión. Y aquí se está jugando un juego paralelo.
Antes de hablar de esto, una mirada al posible curso de acción a nivel de la justicia deportiva, partiendo de la premisa de que en el proceso penal el Milan es un tercero y nada está en riesgo. Si se verificara la hipótesis del Ministerio Público, habría una violación del artículo 32 párrafo 5 del Código de Justicia Deportiva sobre las obligaciones de comunicación, directamente relacionado con el artículo 20 bis del Noif que regula la “Adquisición y enajenación de participaciones en el sector profesional”. En función de lo que muestren los papeles, también podría impugnarse la infracción administrativa, tipificada en el artículo 31 apartado 1. Y a estos se pueden añadir el artículo 4 sobre “lealtad, corrección y probidad” de los sujetos de la Federación, y el artículo 6 sobre la responsabilidad del Milan. Las sanciones en los casos comentados van desde una multa a una penalización de puntos en la tabla de clasificación.
Evidentemente, es demasiado pronto para saber qué será del Milan, porque la investigación sobre el Milan aún tiene mucho que decir, en un sentido o en otro. Por un lado, la obstrucción al ejercicio de las funciones de las autoridades públicas de control no es el único posible delito en el que se centra la fiscalía. No hay que olvidar que en abril de 2023 se llevaron a cabo registros en Luxemburgo (en las oficinas de Project RedBlack y Rossoneri Sport) con la quiebra como posible delito. Y anteriormente también se había hablado de malversación. Por otro lado, los sospechosos podrían abrir un nuevo frente con la revisión.
El artículo 322 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal dice que contra el decreto de incautación dictado por el juez, el acusado y su abogado defensor, la persona a la que se incautaron las cosas y la persona que tendría derecho a su restitución pueden presentar una solicitud de revisión. El artículo 324 fija el plazo en diez días a partir de la fecha de ejecución de la orden. En esencia, los abogados pedirían que se evaluara si la fiscalía podía ordenar las incautaciones la semana pasada. ¿Pueden Furlani y Gazidis solicitar un nuevo examen? ¿Lo harán? Cuestiones pendientes. Si se abriera este frente, las relaciones con la fiscalía se agriarían y se produciría una primera y rápida decisión del tribunal, que podría anular, reformar o confirmar la orden en revisión. Una bifurcación que, obviamente, podría permitir que la investigación continuara o, por el contrario, cambiar su curso. Otra posibilidad, no descartable, es que Furlani y Gazidis, a través de su abogado, presenten un recurso de revisión para acceder a los documentos y luego decidan desistir. A finales de semana, principios de la próxima a más tardar, lo sabremos.
El desarrollo de la investigación sigue siendo complejo y difícil de predecir. Los fiscales sospechan que Elliott sigue controlando el Milan, a pesar de que el 31 de agosto de 2022 se produjo el cierre con la transferencia oficial de acciones al fondo RedBird, la criatura de Gerry Cardinale. Un cierre con el que Elliott prestó 560 millones a RedBird a devolver en tres años, por tanto en otoño de 2025 (vendor loan). Tras el cierre, RedBird optó por nombrar CEO y CFO a Giorgio Furlani y Stefano Cocirio, dos hombres de Elliott. Y Gordon Singer, hombre clave de Elliott, sigue formando parte del consejo rossonero. Circunstancias que siempre han hecho de esta transacción algo muy especial. RedBird, por su parte, se defendió públicamente la semana pasada de las acusaciones: “La idea de que RedBird no posee ni controla el Milan es absolutamente falsa.
La decisión del fiscal de intervenir en los registros no es causal. Los fiscales Polizzi y Cavalleri actuaron tras los rumores de la prensa sobre la posible adquisición, con acciones minoritarias o mayoritarias, de un inversor árabe. En resumen, los fiscales temían que un nuevo traspaso de propiedad (¿a Pif?) dejara obsoleto el statu quo y no les permitiera ver con claridad. De ahí los registros en la sede de Milán y en el domicilio de Furlani. ¿Y ahora? Los archivos y chats copiados por la Guardia di Finanza son muchos y no es fácil analizarlos rápidamente. Llevará tiempo. La FIGC, pacientemente, espera.