130 millones para el siguiente verano

Ciento treinta millones en la caja para el nuevo Milan: de acuerdo, el precio es justo para llevar al equipo de nuevo a lo más alto de la tabla de la liga y de ahí a la segunda estrella. Será un verano rico y podría serlo aún más, por ejemplo si el Milan consigue levantar la Europa League: no pesará tanto como la Liga de Campeones, pero garantiza otra carga de millones. En cualquier caso, no quedará ni uno: la estrategia sostenible del club es reinvertir en el mercado los ingresos que genera el equipo. Si cien (como mínimo) es el presupuesto de verano, exactamente la mitad se destinará al delantero centro: una entre Gyokeres, Zirkzee y Sesko podría ser la compra más cara de toda la historia rossonera. Nadie se ha acercado nunca al umbral de los 50 millones.

La Champions garantiza cincuenta millones: son los ingresos garantizados por la mera participación en la nueva Liga de Campeones, más concurrida pero también más rica. Y es la razón por la que el club considera esencial asistir constantemente al círculo de los grandes de Europa. Además del beneficio garantizado, está la garantía de aparecer en las pantallas de todo el mundo: competitividad y espectáculo son la base del proyecto de Cardinale. Para la propiedad, la valoración de la temporada será positiva con un final entre los cuatro primeros: asciende, por tanto, el equipo que ocupa la segunda plaza y se afianza en la zona Champions. Obviamente, la sentencia también afecta a Pioli, que está llamado a otros exámenes: derbi y Europa League.

La otra Europa es menos brillante, pero permitiría al Milan exhibir el único trofeo que falta en su palmarés. Si consiguieran ganar la Europa League, el bote aumentaría en otros cuarenta millones. No es dinero de la Liga de Campeones, pero no deja de ser un pequeño tesoro: el club ya ha ganado medio millón por acceder a la repesca, 1,2 millones por pasar a octavos, 1,8 por enfrentarse al Roma en cuartos. El acceso a semifinales reportaría otros 2,8 millones; 4,6 por la final y cuatro como premio para el ganador.

En teoría, 14,9 millones a los que hay que sumar la recaudación del estadio (y San Siro siempre ha sido generoso), el market pool y la clasificación para la Supercopa de Europa (otros 3,5 millones). Algo más de diez son los asegurados hasta ahora. Pesada o no, la Europa League también acabaría aliviando los males rossoneri de cara a la probable celebración del Scudetto con los negriazules.

El Milan también abrirá sus arcas para recibir las acciones que Atalanta y Bolonia destinarán al rescate de De Ketelaere y Saelemaekers. Veintiséis del CDK, diez de Alexis, al menos otros cuatro del sorprendente Daniel Maldini, del Monza. Todo beneficio: con el rendimiento en el Rossoneri De Ketelaere no ha dado sus frutos y, en cualquier caso, no entra en los planes de futuro del club. En la banda derecha, territorio de Saelemaekers, el Milan ha descubierto otro tesoro: Pulisic. Monza retendría con gusto a Maldini jr. Más o menos otros 40 millones vendrían del rescate del préstamo, para un total que ascendería a 130 (50 de la clasificación para la Champions, 40 de la hipotética victoria en la Europa League).

Una venta excelente daría un vuelco a las cuentas, pero el club no ha expuesto sus mejores piezas en el escaparate, y gracias al superávit presupuestario no necesita llamar la atención de posibles compradores. Escuchará y valorará ofertas sensacionales, como la que propició la venta de Tonali el año pasado: 80 millones repartidos entonces en las cuentas de Chelsea, Az y Valencia para rehacer el centro del campo con Loftus-Cheek, Reijnders y Musah.

Este año, la mayor inversión será la compra de un nuevo delantero centro. El Milan necesita nuevos goles y los nuevos goles son caros. No hay delanteros a precio de saldo en ninguna parte de Italia ni de Europa, ni en Bolonia ni en Lisboa ni en Leipzig. Los trece goles marcados por Joshua Zirkzee en Rossoblù ya valen más de 40 millones, una cifra destinada a crecer si se activa la subasta internacional. Por no hablar de los números de Viktor Gyokeres: 25 años, primera temporada en el Sporting de Lisboa, 36 goles marcados en 39 partidos jugados considerando todas las competiciones, uno cada 89 minutos.

Una joya de cien millones de euros, el precio fijado por la cláusula insertada por el Sporting. Una cifra que hoy dista mucho de la estimación realizada por los clubes interesados: una negociación sólo sería posible encontrándose en medio. El Milan está dispuesto a dar un paso al frente, encabezado por Ibra: Gyokeres, sueco de Estocolmo, no podrá permanecer indiferente ante el cortejo de Zlatan.

Otra opción sigue siendo Benjamin Sesko, joven talento del Leipzig: 20 años, siete goles marcados en lo que va de temporada. Otro porcentaje se invertirá en el mediocampo (gusta Zubimendi, de la Real Sociedad, competencia del Juventus), otro en la defensa: Brassier, del Brest, y Lacroix, del Wolfsburgo, son los principales candidatos. La persecución del Inter empezará en verano, cuando acabe el campeonato: el mercado tendrá que cerrar el paso.