De la A a la Z. La A es la de José Altafini, la Z sería la de Joshu Zirkzee. El abecedario rossonero de titulares está lleno de letras y protagonistas. Un papel que puede ser un arma de doble filo: marca y gana y entras en el corazón del pueblo Diavolo para siempre, parchea y pasa a la historia como Luther Blissett o Egidio Calloni. El post-9 por excelencia, Pippo Inzaghi, ladrón de área de profesión, hombre que se alimentaba de bresaola y goles, que habría atropellado a su abuela si se hubiera interpuesto entre él y la portería, ha reservado más penas que alegrías para el Milan.
Antes del autor del doblete en la final de la Liga de Campeones de 2007 contra el Liverpool, en el pasado reciente había habido fenómenos como Marco Van Basten, estrellas como George Weah o Jean Pierre Papin, pero también bombarderos prolíficos pero con menos talento como Pietro Paolo Virdis o Marco Simone. La llegada del delantero del Bolonia representaría un rasgo de unión potencial entre el último nueve de éxito, el actual, Olivier Giroud, y el del Diavolo que está por venir.
EL MÁS AMADO: IBRAHIMOVIC
‘GodBye’, fue la pancarta con la que la Curva Sud despidió a Zlatan Ibrahimovic al final de la temporada pasada en el último partido en casa con el Verona. Porque Ibra era un dios para la afición del Diavolo. Con él llegó el último Scudetto, el de 2022. Pero no son tanto las cifras o los éxitos los que le han hecho formar parte del corazón de los aficionados, sino su desbordante personalidad y su amor por esos colores que aún hoy defiende, aunque ya no sobre el verde césped.
EL LAMENTO: ALEXANDRE PATO
El brasileño había jugado junto a Inzaghi con el número siete, tras el último partido de Pippo heredó el nueve. Las numerosas lesiones, el idilio con Barbara Berlusconi que -se dice- frenó la venta al Psg que habría permitido al Milan llevarse a Carlitos Tévez y no vender a Thiago Silva, la protesta de los aficionados (con la pancarta Quien tiene al Milan en el corazón no llama al procurador) desencadenaron una espiral descendente que culminó con dos goles en los últimos seis meses rossoneri antes del adiós. Con muchos remordimientos por lo que podría haber sido, si hubiera estado siempre al top.
EL METEORO: MATRI
Señalado por Ruben Buriani, Alessandro Matri aterrizó en las categorías inferiores del Milan cuando tenía 11 años. Pero no llegó al primer equipo de verdad (tras debutar en 2003) hasta 2013, después de pasar por Prato, Lumezzane, Rímini, Cagliari y Juve. Pero su paso por el conjunto rossonero fue un paréntesis para olvidar: un solo gol, ante el Parma, en 15 partidos antes de ser vendido a la Fiorentina en enero de 2014.
LA ILUSIÓN: PIATEK
Llegó procedente del Génova en enero de 2019 por 35 millones de euros con la etiqueta de salvador del ataque rossonero. Tres días después de debutar desde el banquillo en el 0-0 en casa contra el Nápoles, marcó un doblete contra los azzurri que le valió al Milan la semifinal de la Copa Italia. Con el dorsal 19 a la espalda, también marcó en liga, en el Olímpico contra el Roma, y luego un doblete contra el Atalanta.
Parece un irradiador, la respuesta a la desesperada búsqueda del Diavolo de un primer delantero de 25 goles por temporada. Terminó su primer año en Italia con 30 goles en 42 partidos y el título de máximo goleador de la Copa Italia. Pero la temporada siguiente, en la que pasó a jugar de nueve, fue un desastre. En enero, con la llegada de Ibra, fue enviado definitivamente al Hertha de Berlín.
EL INFRAVALORADO: BACCA
El colombiano no es el primer nombre que viene a la mente de los aficionados del Milan cuando se habla de los delanteros centro post-Pippo. Pero en realidad, la aportación de Carlos Bacca ha sido de todo menos modesta. En 77 partidos, 34 goles (y 8 asistencias), una media superlativa en sus dos temporadas (2015-16 y 16-17) en el club rossonero. El bajón de rendimiento (de 19 a 13 goles en liga) convenció a la directiva para venderlo primero cedido y luego directamente al Villarreal.
LA MAYOR DESILUSIÓN: HIGUAÍN
Después de dos temporadas con 40 goles en 73 partidos con la camiseta de la Juventus, el argentino llegó al AC Milan en agosto de 2018, cargando sobre sus hombros las expectativas de un bombardero de pura sangre. Marcó su primer gol el 16 de septiembre en Cagliari, y luego el único en la Europa League en casa ante el Dudelange.
En 22 apariciones, llega a ocho, pero su declive es constante y drástico. Tocó fondo en el partido contra la Juve en San Siro. Primero le paró un penalti Szczesny y luego fue expulsado por protestar. Los 20 minutos del 16 de enero en Jeddah, en la Supercopa, fueron sus últimos con el Milan, que acordó rescindir su cesión con la Juve, que a su vez lo envió al Chelsea.
EL MÁS CONTROVERTIDO: BALOTELLI
La etiqueta es la que siempre ha llevado Supermario. Le sienta como un guante. Creció como hincha del Milan, jugó en el Inter de Milán y se burlaba de sus compañeros en el vestuario cuando perdían un derby, cuenta la leyenda. Se hizo rossonero en enero de 2013, tras dejar el Manchester City. Debutó con un doblete contra el Udinese el 3 de febrero, ofreciendo destellos de su infinito talento. El Milan acabó en 3ª posición y se clasificó para la Liga de Campeones.
Al año siguiente, sin embargo, protagonizó uno de los peores rossoneri del nuevo milenio: el Diavolo acabó 2013-14 en octava posición. Balotelli marcó 14 goles en 30 partidos en la Serie A y 18 en total. Y es vendido al Liverpool. Regresó cedido a Milanello en agosto de 2015, pero su temporada estuvo marcada por una pubalgia que le obligó a pasar por el quirófano y a un largo parón. Acabó la temporada con 23 partidos totales y 3 goles, 2 de ellos en la Copa Italia ante el Alessandria. Al final de la temporada no fue repescado por el Milan, por lo que regresó al Liverpool.
EL HOMBRE QUE VINO DEL FRÍO: LUIZ ADRIANO
‘Aunque no es brasileño… qué gol, qué gol hace’. La rossonera de San Siro se lo cantó a Sheva. El brasileño Luiz Adriano sí lo es. Y de hecho saltó a la fama en diciembre de 2006, al ganar el Mundial de Clubes con la camiseta del Internacional de Porto Alegre, imponiéndose al Barcelona en la final. El Milan se lo llevó del Shakthar Donetsk, donde había ganado la liga y la Europa League y había marcado cinco goles en un partido de Liga de Campeones contra el Bate Borisov. Con los ucranianos marcó 128 goles en 266 partidos.
Pero llega al club rossonero en la fase menguante de su carrera, a pesar de que a sus 28 años debería estar en la plenitud de su madurez futbolística. Y llega a tope: “El Milan tiene una gran historia: quiero formar parte de ella”. Lo hará, pero no como él esperaba: 1594 minutos jugados, 6 goles. Tras sólo seis meses, el club intentó venderlo a China, pero la operación se frustró. Luiz Adriano se queda hasta el invierno de 2017, antes de volver al frío glacial, esta vez al Spartak de Moscú.
LA APUESTA PERDIDA: FERNANDO TORRES
El Nino llegó al Milan con 30 años y se convirtió en la primera víctima de la maldición del dorsal número 9. Galliani apostó por el ex del Chelsea con la esperanza de devolver el lustre al Diavolo, que había caído en la mediocridad. Fue un fracaso en toda regla. Llegó al club rossonero el último día de mercado del verano de 2014. El único destello en el Castellani de Empoli, un golazo con un espléndido giro aéreo, a centro de Abate, que inició la remontada rossonera (2-2 la final). A partir de ahí sólo ocho apariciones para un total de 592 minutos. “Es un club que amo desde niño, pero por desgracia cuando nos encontramos no era el momento adecuado ni para mí ni para ellos. Gracias al Milan, sin embargo, pude volver al Atlético, el club que siempre he amado”, relató años después.
LOS EQUÍVOCOS: KALINIC Y ANDRÉ SILVA
La historia del portugués con el Milan puede resumirse en un vídeo de 41″. El clip fue obra de un aficionado que documentó en las redes sociales la salida del campo de André Silva: los primeros cinco segundos muestran al delantero y a Gattuso buscando un choque de manos tras la victoria, otros doce filman el lento caminar cabizbajo del delantero mientras levanta la mirada un momento hacia sus compañeros que celebran en el centro del campo, y el resto es André desviándose del abrazo para deslizarse en soledad camino de los vestuarios. En la 17-18, 41 partidos y 10 goles, seis de ellos en la Europa League, antes de acabar cedido en el Sevilla y luego en el Eintracht de Fráncfort. Junto a él, otro equívoco, Nikola Kalinic (41 apariciones también, mismo número de goles, seis). “Son dos jugadores que han hecho poco en la Liga, pero si los pusiéramos en el mercado nos llevaríamos un euro más y no uno menos, el problema de la devaluación no existe”, dijo entonces D.S. Mirabelli. No resultó exactamente así.
SACUDIDO POR LOS EVENTOS: MÉNEZ
“Rindo mejor en el centro del ataque, en el Psg jugué con Ibrahimovic y también puedo hacerlo con Torres, pero el equilibrio y las elecciones de Inzaghi cuentan”. Jeremy Menez no fue un fracaso total: 46 partidos, 20 goles, 16 en 34 en la primera temporada, 12 y 4 en la segunda, frenado por una hernia que le obligó a saltarse toda la primera vuelta. Pero surgir en aquel Milan “chino” no fue fácil…
EL RAYO DE LA NOCHE: LAPADULA
Gianluca Lapadula sube de la Serie B al Milan en 2016/17: 8 goles en 29 apariciones, para una media de un gol cada 170 minutos. No es una estadística emocionante, pero antes de Giroud siguió siendo el mejor tras la marcha de Inzaghi.
FICHADO POR EL INTERCOMUNICADOR: DESTRO
Tras algunos altibajos en la Roma, Mattia Destro llegó al Milan en enero de 2015: solo marcó tres goles, en el Empoli, la Fiorentina y la Roma. Seis meses en el club rossonero no fueron suficientes para redimirse. Galliani lo recogió viajando a Roma y llamándole al portero automático en su casa, una escena filmada por algunos reporteros presentes y que rápidamente se hizo viral.
EL MÁS GENEROSO: MANDZUKIC
Tras llegar en enero de 2021 como agente libre procedente del Al-Duhail qatarí para jugar como suplente de Ibra, el croata acabó disputando sólo diez partidos, sólo uno como titular. Pioli lo había recibido así: “Mario es un gran jugador y un gran hombre. A nivel físico todavía no puede estar al 100%, pero a nivel mental, personalidad, fuerza, es un jugador que puede darnos satisfacciones de aquí al final“. Por desgracia, no fue así. Pero Mandzukic se distinguió por su generosidad: renunció a su sueldo de marzo, que donó a la Fundación Milan para obras de caridad, dada su falta de uso por problemas de lesiones.
EL REAL NÚMERO 9: GIROUD
Por último, pero no por ello menos importante, Olivier Giroud. A los aficionados del Milan ya se les pone la piel de gallina pensando en el último partido en casa contra el Salernitana, a finales de mayo, cuando tendrán que despedirse de su delantero, el que tantas veces ‘giró’, pero sobre todo en aquel derby de vuelta que marcó la diferencia para ganar el Scudetto de 2022. El francés cruzará -al parecer- el océano para poner fin a su carrera en la Mls, en Los Ángeles. Recoger el testigo no será fácil. Pero si Zirkzee llega…