Juventus y Milan ya no saben lo que es ganar, y lo demostraron una vez más en el choque directo del Allianz Stadium. Un empate sin goles (0-0) y con pocas emociones, casi todas concentradas en la segunda parte gracias al asalto de los bianconeri. Los rossoneri, lastrados por las sanciones tras el derby contra el Inter (Theo, Tomori y Calabria fuera) y por la baja de Maignan en el calentamiento, lo agradecieron a Sportiello, reactivo y decisivo.
La Dama no logró abrir brecha pese a una segunda parte más valiente gracias a la inclusión de Chiesa. Al final, el Milan -que ganó por última vez el 6 de abril contra el Lecce- consolidó su segunda plaza. Mientras que el Juventus, que no ganaba desde el 7 de abril contra el Fiorentina, no acortó distancias en la clasificación y ahora corre el riesgo de verse enganchado por el Bolonia, comprometido con el Udinese.
Allegri relanzó a Yildiz en tándem con Vlahovic, mientras que Pioli empezó con el trío formado por Pulisic, Loftus-Cheek y Leao por detrás de Giroud. Pero en la primera parte fueron sobre todo las defensas -y la fase defensiva- de los dos equipos las que sacaron lo mejor de sus respectivos ataques. Un poco por las ausencias del Milan (empezando por el sancionado Theo Hernández) y un poco por el delicado momento de ambos: en los primeros 45 minutos prevaleció el tacticismo y el cierre de espacios sobre el espectáculo.
Los bianconeri trataron de liberar entre líneas a Yildiz y Cambiaso, que se mostró peligroso cuando encontró huecos para intentar el disparo, ya que en un par de ocasiones salió desviado. Vlahovic, seguido en la grada por el seleccionador serbio Dragan Stojkovic, se movió mucho, pero rara vez fue atendido en zonas calientes. Los rossoneri, que encontraban poco espacio en el centro, intentaron penetrar por la izquierda, confiando en el uno contra uno de Leao.
El portugués, a menudo triplemente marcado (a Gatti se unían Cambiaso y Weah), no tenía metros por delante para desbordar y le costaba encontrar el momento oportuno en el cuerpo a cuerpo. Así que la mejor ocasión llegó desde el punto fatídico. Un lanzamiento de falta de Vlahovic, desde una posición similar a la del gol del Cagliari, obliga a Sportiello a estirarse y despierta al Allianz Stadium, hasta entonces algo adormilado por el partido.
Sportiello también fue decisivo en el inicio de la segunda parte, primero sobre Kostic y luego sobre Danilo. Pasada la hora de juego, Allegri rediseñó el Juventus introduciendo a Chiesa, McKennie y Milik en lugar de Kostic, Weah y Vlahovic. Pero el número nueve no se tomó nada bien el cambio. Cuando regresó al banquillo, DV9 tiró al suelo todo lo que encontró, incluso miró mal a Allegri, pero luego regresó a los vestuarios con una bolsa de hielo en la rodilla.
Pioli respondió con Bennacer en lugar de Adli, Okafor por Giroud y en la final metió también a Chukwueze y a los 2005 Bartesaghi y Zeroli. Cambian los equipos y es sobre todo la Juventus quien sale ganando gracias a la frescura de Chiesa. Los bianconeri se hicieron peligrosos con dos zarpazos de Federico por la izquierda: en el primero Sportiello repelió el cabezazo de Milik y en el segundo Thiaw salvó con la cara a Rabiot. Entre medias, una escapada de Leao cortó la defensa bianconera.