Conceiçao solo quiere ir al Milan

Las noticias sobre el próximo entrenador del Milan llegan desde Oporto, un poco desde Marsella y quién sabe dónde en el futuro. La jornada de ayer en la ciudad deportiva del Oporto empezó muy temprano: a las 7:40 llegó el recién elegido presidente André Villas-Boas y poco después tuvo lugar la reunión con Sergio Conceiçao. En las fotos publicadas en las cuentas sociales del club se les ve sonrientes, acompañados también por Andoni Zubizarreta y Pereira da Costa, futuro director general y consejero delegado del club.

Desde los pasillos de la ciudad deportiva, donde Villas-Boas y Conceiçao discutían, uno apoyado en una pared y el otro de pie al otro lado, se entiende que la futura convivencia sería forzada. El presidente querría elegir a su propio hombre, no a Conceiçao, que había abrazado la causa de Pinto Da Costa, rival en las elecciones a la dirección del club. Pero tampoco querría presentarse con una elección impopular: Conceiçao es querido por la afición del Oporto.

Se sienta en el banquillo desde 2017 y ha ganado tres campeonatos de Portugal, tres Copas de Portugal, tres Supercopas de Portugal y una Copa de la Liga portuguesa. Del mismo modo, es difícil que quiera asumir la responsabilidad de un divorcio: Sergio no quiere decepcionar a la piazza, pero sigue teniendo en mente al Milan y espera volver a San Siro como entrenador.

Hoy con el Oporto tiene la certeza de un contrato válido hasta el verano de 2028, del que tiene derecho a liberarse incluso sin el acuerdo del club. En conclusión, nadie tiene ganas de dar el primer paso, tal vez ni siquiera el Milan: Conceiçao es hoy el primero de la lista, pero no el único, entre los candidatos conocidos y todavía top secret. Forzar la mano no está en las intenciones del club.

Sergio también agradaría a los aficionados milanistas, que aprecian su carácter y sus duros modales: en el Milan apagado y sin espíritu de las últimas semanas, verían a un entrenador con garra. La opinión de la afición es importante, se entendió con Lopetegui, pero Conceiçao es estimado sobre todo por el club. Tiene experiencia internacional, una mentalidad ganadora, la capacidad de desarrollar jugadores jóvenes y un estilo de juego moderno.

Por todas estas razones, el Milan seguirá la evolución del caso al menos durante unos días más: el club no tiene prisa por anunciar el nombre del nuevo entrenador, al contrario. Llegará al final del campeonato con Pioli, que será recibido con gran afecto. Después, cuando se haya acordado el nombre del nuevo entrenador (Furlani, Moncada, Ibrahimovic y sobre todo Cardinale), se anunciará oficialmente.

Lo más probable es que el anuncio no afecte a Paulo Fonseca, uno de los primeros entrenadores pretendidos por la dirección rossonera. El ex entrenador del Roma, ahora en el Lille, acabará cediendo al corte marsellés. Ayer en Francia daban el acuerdo por casi cerrado. El Milan, que en estos días optó por no intentar un contragolpe, no estaba del todo convencido. Y si Conceiçao también acaba quedándose donde está, el derby portugués entre los dos entrenadores acabaría en tablas.

El Milan, por su parte, debería retomar su juego. Los entrenadores ya sondeados para el banquillo rossonero son numerosos: Galtier, Gallardo, Tedesco hasta Nagelsmann, todos candidatos cuya disponibilidad el Milan ha comprobado sin tener, sin embargo, la voluntad y la forma de conocerlos mejor. Queda Mark van Bommel, ahora en el Amberes, apadrinado por su ex compañero Ibrahimovic: ayer perdió la final de la Copa de Bélgica contra el Union Saint-Gilloise.

Y de nuevo, en la lista está Roberto Martínez, actual seleccionador de Portugal, hoy sólo centrado en la próxima Eurocopa. Ninguno de los seleccionadores mencionados entrena hoy en Italia. Incluso el hipotético Mister X vendría de fuera: un nombre de primera fila, aún por surgir… Mientras tanto, a la espera de Conceiçao, prosigue el casting.