Torino 3 – 1 Milan

Duvan Zapata, ¿y quién más podría haberlo hecho? El delantero colombiano irrumpió en el centro del área tras un centro blando de Rodríguez y cabeceó el balón por encima de Sportiello. Y he aquí que el Toro contra el Milan, mediada la primera parte (minuto 26), estaba desatascado. Para el equipo de Juric, en ese momento comenzó una especie de cuenta atrás para el viaje a Europa.

El primer paso consistía en superar al Nápoles, noveno clasificado. Y Zapata, cargando al equipo sobre sus poderosos hombros, empezó a arrastrarlo hasta donde era vital que llegara. Ahora hay que evitar el contra-rebasamiento en la última jornada, ergo hay otro grande al que superar, el Atalanta, ya seguro que jugará la próxima Liga de Campeones. Sin embargo, el Toro no puede hacerse ilusiones, vencer al equipo de Bérgamo sigue siendo una hazaña, incluso si el Dea levantara la Copa de Europa el miércoles. La derrota por 0-2 en San Siro ante un Inter ya campeón será un aviso para todo el entorno granata.

Pero mientras tanto, era vital superar este Milan-2 con fina facilidad. E Ilic aportó la tranquilidad necesaria en el minuto 40: su mate ganador a sugerencia de Bellanova pareció una volea. El centrocampista del Granata, libre de marca, tuvo tiempo en el centro del área para apuntar y dirigir el balón donde Sportiello no pudo llegar. Con la ventaja de 2-0 al descanso, el Toro se marchó al vestuario en carroza.

Mientras tanto, el entrenador Luciano Spalletti, frente al televisor, habrá tomado nota de tres paradas clamorosas de un Buongiorno imparable y de la séptima asistencia de Bellanova de la temporada, que esta vez no benefició a Zapata sino a Ilic: un balón preciso que se deslizó justo por encima de la frente del serbio. Nada más reanudarse el juego, un balón capturado en la zona de tres cuartos ofreció a Rodríguez, el ex de turno, una gran satisfacción personal.

El suizo domó el balón, dio un par de pasos y soltó un zurdazo fulminante desde el exterior del área, que se estrelló contra el poste y se coló en la red: con el 3-0 en el zurrón, el Toro ya podía dejar el campo libre a la soberbia reacción del Milan. Ésta se produjo de inmediato. Pulisic hizo temblar el travesaño en el minuto 3 con una volea desde la frontal del área, Jovic disparó por encima de Milinkovic en el minuto 5 y Bennacer transformó un penal en el minuto 10, tras una falta de Masina sobre Pulisic, con diferencia el más animado de los visitantes.

Con 3-1 llegaron los primeros cambios. Pioli recurrió a Leao y Florenzi, mientras que Juric dio un merecido pasillo al capitán Rodríguez. Toro trató prudentemente de narcotizar el partido, mientras el espíritu milanista seguía vivo. Los rossoneri fueron seguidos por una escuadra del Sur incluso en este partido carente de motivación en cuanto a la tabla de clasificación, ya que el segundo puesto es inexpugnable. Los aficionados no exhibieron pancartas ni ondearon banderas.

Todos vestidos de negro, se hicieron los tontos, recibiendo sin respuesta algunos cánticos hostiles de la curva Primavera. En el minuto 74 Pioli introdujo a Pobega (un ex jugador muy apreciado por la afición granata) y a Giroud, a su vez Juric dio entrada en el campo a Sanabria y Lázaro recuperando a Pellegri y Bellanova, cinco minutos después Buongiorno se vio obligado a abandonar debido a las molestias musculares que le habían mantenido en duda hasta la víspera del partido (se introdujo Lovato).

Una lesión que impidió a Juric premiar (ya se había quitado el dorsal) al joven Savva, el héroe de Verona. En las dos últimas jornadas, Toro ha marcado cinco goles y se ha traído seis puntos: la clásica explosión primaveral. Pero ahora hace falta el trío, y entonces habrá que animar a los Viola.