Nueve partidos encajando tres goles

Si se quisiera ser irónico -pero en realidad hay poco de qué reírse- se podría decir que en este caso concreto destaca cierta coherencia. El «caso concreto» es, en efecto, un caso. Porque, si alguna vez Pioli sintió aún la necesidad, en Turín llegó una nueva confirmación del desastroso estado de salud de la fase defensiva del Milan.

Las pruebas del problema son abrumadoras, y las consecuencias también son evidentes: si el Milan se ha ido despidiendo de todas sus porterías una tras otra demasiado pronto, es por la cantidad de goles encajados. Incluso en vísperas de Turín, Pioli señalaba: «¿Hemos marcado casi 100 goles sin ganar nada? Hay quien ha marcado más y, sobre todo, quien ha encajado menos…». Sí, la vieja regla de siempre del fútbol casi infalible: los que marcan más suelen ser los que saben cerrar mejor la puerta, en lugar de encontrarla.

El partido de Turín fue uno más de la temporada rossonera para enseñar a los niños y jóvenes de la cantera: esto es lo que no hay que hacer cuando se defiende. Repertorio completo, como de costumbre: muy poca atención colectiva al desarrollo de las acciones del adversario, amnesias individuales trágicas en sus efectos y absurdas teniendo en cuenta la capacidad de los jugadores.

Pioli, en el contexto de un equipo que viaja con una media de goles encajados esta temporada de 1,3 por partido (66 en 51 partidos), tiene obviamente sus responsabilidades, pero es difícil dejarle solo en el banquillo cuando los dos centrales deciden -quién sabe por qué- entrar en marcaje simultáneo sobre un adversario, desentendiéndose del otro. O cuando conceden centros legibles confiando en que son mejores dentro del área.

Torino, minuto número 19: Pellegri centra sin molestias desde la derecha y Zapata, completamente solo, se zampa un penalti en movimiento. Minuto 26: Rodríguez centra sin molestias desde la izquierda y Zapata, inexplicablemente solo ante Thiaw, remata de cabeza por encima de Sportiello. Defensa rossonera alineada y en superioridad numérica (tres contra dos): sin embargo, no es suficiente. Minuto 40: Bellanova centra sin problemas desde la derecha e Ilic, completamente solo, supera de cabeza a Sportiello.

Tomori y Kalulu doblan sobre Pellegri, pero de nuevo la acción granata, aunque bien ejecutada, era legible y la defensa rossonera no estaba teóricamente en dificultades numéricas (cuatro contra cuatro). Esta es la crónica de una película vista y vuelta a ver, que ha costado puntos, lágrimas y sangre a lo largo de la temporada.

De los cuatro defensas del Olímpico, tres eran pilares de la retaguardia: Kalulu, Thiaw, Tomori. Lo eran, precisamente, porque ahora ya no es posible entender hasta qué punto se puede seguir confiando en jugadores gracias a los cuales el Diavolo había llegado hasta el Scudetto.

Hay una cifra especialmente abultada que cuenta cómo el partido de Turín fue el noveno de la temporada en el que el Milan encajó al menos tres goles. Por orden: 5 del Inter, 3 del Psg, 3 del Dortmund, 3 del Atalanta, 4 del Monza, 3 del Rennes, 3 del Sassuolo, 3 del Génova y 3, precisamente, del Toro.

Esta, con 46 goles en 37 jornadas, es la peor cifra de goles encajados en liga bajo la dirección de Pioli (como en la 2019/20, cuando sin embargo el técnico del Parma entró con la temporada en curso). Para encontrar algo peor, hay que remontarse a la 2014/15 (49). Depende del próximo técnico rossonero que la bisagra vuelva a encajar y no chirríe.

BALLO-TOURÉ UN FRACASO EN LA PREMIER

La Premier League 23/24 terminó ayer y al mismo tiempo la aventura de Fodé Ballo-Touré en el Fulham. El lateral senegalés había abandonado en verano el Milan en calidad de cedido con destino al club inglés, tras rechazar varios destinos fijos como el Werder Bremen.

En la tierra del Albion creía que podría encontrar más espacio y continuidad en comparación con lo que reunía en el Milan, siempre cerrado por Theo Hernández, pero lo cierto es que no le fue como pensaba: jugó 6 partidos de Premier League y 2 de Copa de la Liga, para un total de 224 minutos. A partir del 1 de julio estará de vuelta en Milanello, pero obviamente sin deshacer la maleta: los rossoneri le buscarán sin duda otro acomodo.

OTRO FRACASO EN LA PREMIER: ORIGI

El belga, propiedad del Milan, está cedido en Inglaterra con derecho de tanteo: una opción, visto el rendimiento del delantero centro, que no tiene ninguna posibilidad de ejercerse. Divock sólo ha disputado 22 partidos hasta la fecha, sumando un total de 752 minutos entre la Premier League y la FA Cup, con un único gol marcado. Por tanto, regresará al Milan al final de la temporada, que tendrá que trabajar mucho en verano para encontrarle un acuerdo que satisfaga a todos.