El pelo abultado de Joshua Zirkzee esconde paquetes de regalo. JZ los distribuye por el campo y sus compañeros se lo agradecen. El Milan, también. En invierno y primavera, sabiendo que Olivier Giroud dejaría el puesto de delantero titular, Casa Milan se enfrentó a la gran pregunta. ¿A quién fichamos para el ataque? Candidatos, varios. Uno más diferente a los demás: él. Zirkzee marca menos, mucho menos que Gyökeres, Giménez, David e incluso Sesko, las alternativas más consideradas en el puesto, pero hace más felices a sus compañeros.
Los mejora, los envía a la portería, juega con ellos. No importa tanto el número de asistencias -ha dado cuatro en esta liga- como la forma en que Zirkzee aumenta la calidad del regate. Puede convertirse en trequartista o en exterior, en boya o en central, aumentando siempre el coeficiente de imprevisibilidad. Así pues, Joshua en el Milan ha puesto a todos de acuerdo y ahora es cuestión de competencia internacional y de voluntad de pagar a los agentes una comisión XL, probablemente no muy lejos de los 10 millones.
Algunas cifras para enmarcar la situación. Riccardo Orsolini, antes de jugar en el Zirkzee, marcaba entre 6 y 8 goles en una temporada A; en las dos últimas, 21 (11 y 10). Alexis Saelemaekers nunca había superado los 2 goles por campeonato; con Joshua lo dobló a 4. Giovanni Fabbian, en su primer campeonato A, acabó con 5.
Está claro que cada uno de ellos tiene méritos, y Thiago Motta… más, pero las pistas aquí y allá se multiplican. Kouamé, que jugó con el Zirkzee en el Anderlecht, marcó 8 (goles en liga): todo un récord en su carrera. Benito Raman, en el mismo equipo, marcó 9. Sumando las dos temporadas anteriores y las dos siguientes, llega a 11 en cuatro años. Está claro, ¿no?
En Milán hay unos señores con camisetas rossoneri tomando notas. Están interesados. Rafa Leao es el más implicado. En el último año marcó más en Europa pero poco en la Liga: nueve goles, por debajo de los dos dígitos. La pareja Leao-Zirkzee es el todo o nada. Corren el riesgo de ser demasiado periféricos, de no ocupar el área, de atacar poco los espacios y de querer siempre el balón en los pies para el uno contra uno.
Potencialmente, sin embargo, son devastadores: si encontraran la manera de jugar juntos, molestarían a cualquiera. Christian Pulisic, por su parte, listo para salir, batió su propio récord: 12 goles en la A. Repetiría. Samuel Chukwueze bajó de 6 goles (en Liga) a 1 (en A) y puede, debe hacer más. Chuk suele fabricar goles él mismo, con improvisaciones desde la derecha, pero Zirkzee también le echaría una mano.
Por último, pero quizás los primeros en importancia, son Ruben Loftus-Cheek y Tijjani Reijnders. En un Milan donde pocos atacan la portería, RLC es la excepción: marcó seis goles, con Zirkzee podría hacerlo mejor. Sin embargo, nadie puede crecer como Reijnders, que ha marcado tres goles en la liga, pero ha tirado tantas ocasiones a la papelera. Su amigo Joshua puede ayudarle a superar su gran limitación.
¿Cómo se consigue Zirkzee? Se decide rápidamente. La cláusula de 40 millones para Joshua empieza el 1 de julio y es válida hasta mediados de agosto. Sin embargo, está claro que la partida se juega ahora, en junio. Zirkzee y sus agentes tienen la oportunidad de dirigir el futuro.
Milan y Juventus son los más interesados en Italia, pero uno está vinculado al futuro de Vlahovic, el otro tiene un gran agujero en el centro del ataque. Zirkzee preferiría quedarse en Italia, y en San Siro se mostró realmente ilusionado. Jugó como un futbolista fuerte y sin miedo. Da la impresión de que, si el Milan decide pagar la cláusula y la comisión, podría cerrar el partido. Leao ya sonríe.