Es hora de vender a Theo

Ibrahimovic-Theo Hernández 1-0. No se trata de una tanda de penaltis familiar, sino del marcador tras las idas y venidas de las últimas horas. Sí, porque el técnico rossonero -por cierto: enhorabuena por la claridad- se había hecho oír durante la semana. Para explicar la elección-Fonseca, para fijar unas apuestas inquebrantables.

Y confirmar -con palabras de estima- a los mejores jugadores. Se quedan aquí, porque no necesitamos vender’. Ni siquiera tiempo para tomar nota de la realidad -y dejar a la afición el derecho a soñar- y desde el retiro de la selección, se hizo oír Theo Hernández. Quien, como si nada hubiera pasado, y su ex compañero no se hubiera expuesto también públicamente, lanzó un cubo helado al entorno. “¿Me quedaré en el Milan? No lo sé, ya habrá tiempo de hablarlo”. Ahora bien, está claro que una verdad incómoda siempre es mejor que una mentira quizá susurrada a media voz.

Sin embargo, quedan tres puntos fundamentales en este curioso asunto, al menos en la forma en que se ha desarrollado, especialmente en el calendario.

1) Theo Hernández tiene contrato por dos años más. Y del mismo modo que un club nunca debería soñar con poder romper unilateralmente un acuerdo, un jugador debería darle a ese acuerdo un valor -digamos- algo más profundo. En el sentido de que también se puede romper, pero cualquier duda debería discutirse primero con la dirección. Más aún si acaba de llegar una muestra total de confianza por su parte.

2) Theo Hernández es sin duda un excelente, casi un gran futbolista. En su puesto, como también señaló Ibra, hay muy pocos. Una progresión formidable, un caudal de goles que enriquece a cualquier equipo desde el inicio. Todo esto es indiscutible. Como es incuestionable -más allá de un sentimiento de gratitud cada vez más raro de encontrar- que el Milan ha contribuido mucho a su crecimiento. Fue en el club rossonero donde se convirtió en un futbolista completo, enriqueciendo su currículum con un Scudetto y engrosando su orgullo con una semifinal de la Liga de Campeones.

Punto 3, el más importante. Y, a bote pronto, se diría que el Milan debe hacer todo lo posible por retenerlo. E incluso un poco asustado por los arrebatos del chico y la posible decepción de la afición. Pero todo esto forma parte de una cierta literatura, según la cual a cada intento de subir la apuesta es obligatorio bajar la cabeza. En cambio, el Milan, pero lo mismo vale para cualquier otro club, probablemente haría bien en enfocar la cuestión desde un ángulo completamente distinto. Todo el mundo, como se suele decir, es útil, pero nadie es indispensable

Y, sobre todo, nunca se debe retener a alguien contra su voluntad. La sociedad rossonera, por boca de su entrenador-futbolista -en definitiva, de quien sabe interpretar las dos almas- se ha comprometido con los mejores, ilustrando un proyecto concreto de ulterior crecimiento. Pero si las cosas, vistas desde el otro lado, no son así, no hay por qué hacer de ello un drama deportivo. En el fútbol actual pueden faltar millones, pero no jugadores importantes. Y la historia, incluida la rossonera y la reciente, está ahí para demostrarlo. En resumen, si Theo Hernández está dispuesto a ir 1-1 con Ibra, comprendiendo plenamente el concepto de compartir, será una gran noticia. Por lo demás, incluso en el fútbol es esencial no retener a nadie por la fuerza. Porque el entusiasmo es la base de cualquier éxito.