Fonseca le utilizó en varias posiciones, le aprecia por su forma de relacionarse con el vestuario: el turco, desatado, es una oportunidad de oro para los rossoneri. Que aún recuerdan aquella tarde de 2020…San Siro fue su escaparate, con el Milan como víctima sacrificial.
En Italia, Yusuf Yazici se presentó en noviembre de 2020 con un triplete para los rossoneri en la Europa League. Un triplete noble para un trequartista elegante y eficaz que encontró continuidad con Paulo Fonseca en su último año en el Lille. De hecho, el nuevo entrenador del Milan supo sacarle el máximo partido, explotando su talento creativo y mejorando su capacidad goleadora y defensiva. Y el turco dejó al Lille a las puertas de la Liga de Campeones con el título de máximo goleador del club en Europa.
En resumen, el turco parece por fin listo para dar el salto de calidad que le había faltado en las últimas temporadas, en las que perdió el hilo ascendente con un par de cesiones. Primero al Cska de Moscú y después al Trabzonspor. Es decir, donde había empezado todo y donde había aterrizado en 2019, con 23 años, por la cifra récord, en aquel momento, de 19 millones de euros, primas incluidas. En 100 partidos con su club, el lateral izquierdo había marcado 22 goles y dado 21 asistencias, entrando en el corazón de los aficionados locales y, sobre todo, de la selección nacional, con la que participó en la Eurocopa, llegando hasta cuartos.
En la Ligue 1, Yazici no tardó en exhibir su fútbol elegante, incluso tras regresar de una lesión. Una ausencia que también se prolongó por la pandemia, después de que confiara en el cirujano italiano Pierpaolo Mariani en Roma. Pero con Galtier en el banquillo, volvió para marcar la diferencia en el año del histórico Scudetto robado al Psg, plagado de estrellas. Y que era un año especial se intuyó en San Siro, con aquel triplete contra los rossoneri, con cuatro tiros a puerta, y dos semanas después el del Sparta de Praga. El incipit de un ascenso que culminó con el título de campeón de Francia.
Pero no lo suficiente para imponerse en los planes tácticos de Gourvennec, sucesor de Galtier. Así comenzó el periodo de cesiones. Un par en el Cska de Moscú y luego en el Trabzonspor. De donde Yazici regresó hace un año con la determinación de hacerse un nombre. Fue Fonseca quien percibió su determinación y, sobre todo, su calidad, y quien explotó rápidamente su talento, integrándolo en la constante rotación del departamento avanzado tanto en el campeonato, que terminó con un cuarto puesto, valedero para la fase previa de la Liga de Campeones, como en la Europa League, donde el turco sumó otros cinco tantos, convirtiéndose así, con 12 goles, en el goleador más prolífico del Lille en competiciones continentales.
Aficionado a la Fórmula 1 y al tenis, Yazici puede jugar tanto de centrocampista ofensivo como de trequartista, y posiblemente de delantero atípico, poniendo sus intuiciones al servicio del equipo, que debe, no obstante, consolidar en la continuidad de su rendimiento. Imprescindible para marcar la diferencia a este nivel. Más fácil quizás con un entrenador que le conoce y le aprecia, correspondido: “Fonseca”, explicaba recientemente el jugador turco a SoFoot, “me dio confianza y me enseñó muchas cosas. Me gusta su sinceridad y su cercanía con los jugadores. Con él he desarrollado un fútbol más maduro, más implacable ofensivamente y ahora también me gusta defender”. En resumen, a cero euros, es sin duda una ganga. Incluso para él mismo: “No se puede permanecer insensible ante clubes como el Milán”.