El top de los niños prodigio

Francisco Camarda es el último de la dinastía. El Milan siempre ha tenido niños prodigios, a veces anunciados por los jóvenes, otros aparecieron de la nada como una estrella cometa. ¿Qué pasó con ellos? Bueno, alguien ha ganado cinco Copas de Campeones, alguien acaba de terminar una temporada en Desenzano. Las vías intermedias, pocas. Este es nuestro top 10.

ROBERTO DE ZERBI

Roberto De Zerbi en la Primavera de Milán fue un medio fenómeno. Lo llamaban Dejan por la semejanza con Savicevic y él marcaba goles con la mano izquierda, una vez también como centrocampista contra el Padua. Walter De Vecchi, quien lo había entrenado en los Alievi, contó: “Nunca vi a alguien así tirando faltas. Una vez lo desafié y me marcó 7 en fila, con el portero y la barrera real. Era la segunda mitad de los años noventa, De Zerbi se entrenaba con los grandes y Costacurta “le daba ciertos tacos”…, como contó su amigo y compañero Alberto Comazzi. RDZ fue prestado a Monza y luego se fue, en una gira por Italia. Tal vez vuelva algún día como entrenador.

MASSIMILIANO CAPPELLINI

Estrella Roja-Milan temporada 1988-89, el partido repetido después de la niebla: pura épica milanista, Homero que cuenta a Sacchi. Se va a los rigores y el cuarto lugar le toca a Massimiliano Cappellini de Bollate, de 17 años. Rijkaard un momento antes va a Sacchi: “Perdón señor, él es un niño, lo hago yo”. Nunca había tirado, pero marcó. Cappellini era un pequeño prodigio de la primavera, jugó poco pero esa noche vale diez. Atacante con talento, como De Zerbi fue a Monza en préstamo y luego por toda Italia. También en Foggia, ciudad querida por la RDA. Lo máximo, en Empoli, pero una noche como Belgrado no la vería más.

PATRICK CUTRONE

Hace siete años, el 22 de julio. El Milan tiene una hermosa camiseta negra y juega un amistoso contra el Bayern. Hay Muller, Ribery, Lewandowski, pero el Milan gana 4-0 con un doble de Patrick Cutrone, recién ascendido al centro del primer equipo. Tiene 19 años y esa será su temporada: 18 goles entre campeonato y copas, con el público de San Siro muy aficionado. Se irá dos años después al Wolverhampton, comienzo de una larga etapa descendente que terminó hace solo un año, con el ascenso al Como. Un caso de prodigio milanista con promesas no cumplidas o cumplidas en parte. En pocos meses volverá a ver al Milan en Primera División, en su último partido, y parecerá que ha pasado una eternidad.

CHRISTIAN LANTIGNOTTI

En el verano de 1988, el campeón de Italia, el Milan, juega en amistoso con Brescia y Sacchi con el 10 hace jugar a Christian Lantignotti y no a Ruud Gullit. El público de Brescia, que tiene razón, silba. Lantignotti gana: tiene 18 años, llegó a Milán ocho años antes desde Aldini, un histórico criadero milanés. Un chico de la casa. Como Cappellini, nunca fue un éxito. Permaneció en el rossonero hasta 1990, a tiempo de ver de cerca las dos Copas de Campeones, luego fue a la mitad de Italia a jugar y sí, a marcar. Un poco de Milan le ha quedado en la piel: hasta el año pasado estaba entrenando en los juveniles.

MANUEL LOCATELLI

Manuel Locatelli creció en el Milan con un aura similar a la de Camarda. Un poco más bajo, quizás, no mucho. Era el talento principal de la generación de 98, famosa en Rossonero por la calidad (él, Cutrone, Zanellato…), tenía el talento del 10 y jugaba en cualquier lugar en el medio. Dos fotografías de todas, ¿y quién las olvida? El primer gol con Montella, en el 4-3 en casa al Sassuolo. Y el gran gol del 22 de octubre de 2016 en la Juve, en San Siro, un golpe en la zona de cruce para el 1-0. Parecía que iba a convertirse en una leyenda del Milan, pero esos años difíciles lo llevaron a la banca y luego a Sassuolo, donde renació. Tiene que hacerlo ahora, después de un año decepcionante, en la Juve.

ALBERTO PALOSCHI

Albertino Paloschi tiene algunos puntos de contacto con Camarda. Atacante, lombardo, tiene instinto para la puerta. Como ocurre a veces en el fútbol, su primer partido es también su pico de notoriedad, su mayor alegría. El 10 de febrero de 2008, a los 18 años, juega por primera vez con los grandes contra el Siena y marca inmediatamente, 18 segundos después de entrar en el campo. No un gol de la periferia: el 1-0, decisivo. El Milan es campeón de Europa y él es una pieza del futuro del club. Es decir… Pasó a Parma en copropiedad, luego a Génova, no volvió, también fue a doble dígito en A con el Chievo, pero San Siro lo olvida. En la última temporada jugó en el Desenzano.

RENZO DE VECCHI

El hermoso “Piscinin”*, el hermoso “Tempesta Perfecta” Nesta, pero el apodo más emblemático en la historia del Milan sigue siendo el de Renzo De Vecchi, clase 1894, para todos “El hijo de Dios”. Gianni Brera escribió en un texto que se puede encontrar en Wikipedia: “Antes de él, el lateral era considerado un jugador de escasa calidad, algo así como un rechazo de los otros sectores. Con De Vecchi se abre una nueva era. Hace del tercero un colaborador del juego. Theo Hernandez quiere dar las gracias. De Vecchi debutó con el Milan a los 15 años, se convirtió inmediatamente en titular, se trasladó a Génova por una cifra récord. Es una leyenda.* Franco Baresi, también conocido como Piscinin, obviamente encajaría en esta clasificación. No entra porque jugó la primera a los 18 años, un poco más tarde que muchos otros en esta lista, y porque tiene una historia… arcino.

PAOLO MALDINI

El 20 de enero de 1985, Nils Liedholm convoca a Paolo Maldini, de 16 años, para el traslado de Udine y en el segundo tiempo lo llama: “Malda, entra. Ve al campo y diviértete. ¿Quieres jugar a la derecha o a la izquierda?” Y él: “Como usted quiera”. El comienzo de una historia mítica, 902 partidos en rossonero, cinco Copas de Campeones (o Campeones, hazlo tú). Se cuenta que el padre Cesare fue el último en la familia en entender que Maldini junior era un fenómeno: lo miraba con distanciamiento, tratando de no presionarlo. Es un señor. El hijo, un fenómeno: a los 17 años era titular en la Serie A.

HACHIM MASTOUR

Hachim Mastour en 2012 era un joven de catorce años solicitado por el Milan, el Inter, el Barcelona, el City y el Real. Como Camarda, dos años antes. Intenten ustedes ser humildes. A los 19 años, como reserva de la Primavera, era el sexto milanista (incluyendo el primer equipo) con más seguidores en las redes sociales. Vuelvan a tratar de mantener las expectativas. Hachim en realidad era un jugador normal, algunos dicen “una víctima de las redes sociales” y no estuvieron equivocados. Bateaba con una naranja, una pelota de golf, una cereza: era fenomenal con sus trucos, pero el fútbol es diferente. En el último año jugó en Rabat, Marruecos, en el Union Touarga.

GIGIO DONNARUMMA

Nunca nadie fue un prodigio como Gigio Donnarumma. Mino Raiola en enero de 2015 visitó la redacción de Gazzetta para una entrevista y, antes de irse, aceptó a quien le pidió que hiciera una hipótesis de un mercado de 100 millones para la Juventus. Comenzó con un golpe: en la puerta compro a Gigio Donnarumma, “me dicen que es un fenómeno”. Nadie lo había visto antes. Qué astuto, Mino. Inteligente pero muy competente. Gigio en octubre del mismo año, con sorpresa, debutó con el Milan. Tenía 16 años. Como ha sido desde entonces, lo saben. A Camarda y a toda Italia, un deseo: levantar como él un trofeo con una camiseta azul, después de una final como mejor jugador. ¿Qué, Camarda ya lo ha hecho con los U17? Eso también es cierto.