¿Theo recibirá la cura de la suplencia?

Hay un jugador en la banda izquierda del Milan que tendría cualidades para ser uno de los más fuertes del mundo, pero al que su actitud frena con demasiada frecuencia: no es Rafa Leao, sino el otro inquilino del carril, Theo Hernández. En el Cagliari, no ofreció resistencia a Zortea y Zappa, los dos laterales derechos sobre los que el rival construyó primero la ventaja y luego la remontada. Theo era demasiado frágil, y no por cansancio madridista u otras limitaciones físicas: era frágil porque -al menos ésa era la impresión que daba- tenía poca determinación para oponerse.

Fonseca le había premiado con el brazalete de capitán, pero Hernández no hizo buen uso de él: no fue un arrastrador, si acaso, se dejó llevar. Tuvo la actitud que en otras ocasiones se le había reprochado a Leao: distraído defensivamente (Fonseca también lo reconoció), demasiado blando en los contrastes, poco agresivo. Defectos que el técnico ha corregido en la actitud de Rafa: los tres banquillos consecutivos en la Serie A le han devuelto a un jugador resolutivo en ataque y voluntarioso en defensa, como se vio primero en Madrid y hace dos días en Cagliari.

¿Se dará el mismo trato a Theo? Es difícil decirlo ahora, cuando faltan casi dos semanas para la reanudación del campeonato y en vista del gran reto contra la Juve. Mantenerlo fuera sería al menos tan polémico como el banquillo reservado para Leao contra el Nápoles. Lo que es seguro es que, con el regreso de Calabria, hay dos laterales preparados: Emerson por la derecha y el capitán adaptado a la izquierda. Las otras opciones: Terracciano, el suplente de Hernández hasta ahora, o el joven Jiménez, ya incisivo con el Milan Futuro.

La temporada de Hernández hasta ahora ha sido decepcionante. Las dificultades, tanto técnicas como de relación con Fonseca, han sido evidentes desde el principio: en su debut contra el Torino está en el banquillo (Saelemaekers es el lateral izquierdo titular), una elección que el seleccionador justifica por la imperfecta condición física y por un inicio tardío de la preparación, debido a los compromisos en la Eurocopa.

Theo fue titular en Parma y, junto con Leao, se convirtió en el principal culpable de la primera derrota de la temporada. Aquí hubo otro banquillo, más difícil de explicar por razones deportivas: Theo podría no estar en plena forma pero estaba disponible, Fonseca sin embargo prefirió a Terracciano antes que a él, dejándolo entre los reservas en el Olímpico.

Theo entró y fue protagonista del gol del empate, pero también de la lejana pausa refrescante: el entrenador daba indicaciones mientras él y Leao permanecían en el otro lado del campo. Al final del partido dirá: ‘Nada contra Fonseca, simplemente acabábamos de entrar’.

La aclaración posterior acercó las partes: Hernández fue titular en el siguiente partido y retribuyó el brazalete de capitán con un gol ante el Venezia, su primero de la temporada. Desde entonces ha sido un fijo, salvo los dos partidos de sanción que recibió tras ser expulsado por protestar en la derrota de Florencia: otro ejemplo de comportamiento que poco tiene que ver con un líder que protege a su equipo.

También hace dos días la amonestación, esta vez por juego sucio, llegó después del minuto 90 y tras el error en el tercer gol rojiazul, con Zappa completamente libre para golpear. Al lateral del Cagliari le habían anulado otro gol: en su diagonal tocó a Viola en fuera de juego.

Pues bien, Theo tampoco había estado impecable en esa ocasión: saltó para despejar antes de que el balón llegara a su oponente directo. Demasiado poco para un jugador de su calidad y muy poco para un capitán. Después de la selección necesita un giro: mejor para él sin pasar por la ‘cura Leao’.