De gigante de barro a muro de acero. Han bastado pocos meses de lecciones con el maestro de la defensa, Massimiliano Allegri, para transformar a Strahinja Pavlovic. A veces torpe, rígido y fuera de ritmo en su primer año en el Milan, el serbio se ha convertido no solo en un rival complicado para los atacantes, sino también en una amenaza en el área contraria, como comprobó recientemente la Roma. Todo ello sin descanso: siempre titular, tanto en liga como en Copa Italia.
El crecimiento de Pavlovic nace, ante todo, de la confianza que le demostró Allegri desde el primer momento. En la temporada 2024-25, el exjugador del Salzburgo tuvo muchas dificultades para encontrar continuidad. Nunca fue titular más de cuatro partidos seguidos en Serie A con Fonseca, y solo al final de temporada con Conceição se convirtió en pieza fija, cuando el Milan adoptó de forma estable la defensa de tres. Viéndolo ahora, aquello fue un ensayo general para esta campaña.
Pese a las intenciones del verano, Allegri ha utilizado siempre el 3-5-2 en los partidos oficiales. Un sistema que ha realzado las características de Strahinja: coordinándose con Gabbia en el centro y con el lateral izquierdo (Estupiñán o Bartesaghi), el serbio ha podido concentrarse en los duelos físicos con más cobertura defensiva y, al mismo tiempo, lanzarse en sus clásicas incursiones ofensivas, con o sin balón.
Así, el Milan ha descubierto un defensor fiable atrás e incisivo en ataque. Allegri casi nunca prescinde de él salvo por obligación. En liga solo fue sustituido dos veces: por lesión al descanso ante el Bologna y con el marcador 3-0 la semana siguiente contra el Udinese.
Sumando la Copa Italia, Pavlovic ha jugado 1.092 minutos de un total de 1.170. En toda la plantilla rossonera, solo Saelemaekers ha estado más tiempo en el campo (1.095 minutos). En Serie A, el serbio y el belga forman, junto a Gabbia, Modric y Fofana, el quinteto de titulares fijos para Allegri.
De los cinco enfrentamientos contra el Inter del pasado año, Pavlovic fue titular en solo dos: el 1-1 del partido de vuelta en liga y el 3-0 rossonero en la vuelta de semifinales de la Copa Italia. En el resto apenas jugó un minuto (en la ida de la Serie A, ganada 2-1 por el Milan) y fue suplente los 90 minutos en la final de la Supercopa en Riad (Arabia Saudí) y en la ida copera.
Su primer año bajo la sombra del Duomo fue de adaptación, con altibajos. Hoy, Strahinja se siente mucho más cómodo en San Siro, estadio que ha aprendido a apreciar sus recuperaciones y sus entradas de gladiador, y que también ha celebrado dos goles suyos esta temporada. En los partidos en casa, solo Rafael Leão ha marcado más que él (tres).
“Con la selección conoceré por primera vez Wembley (hoy) —declaró recientemente al canal oficial de la federación serbia—, pero San Siro sigue siendo el estadio más impresionante en el que he jugado”. Al central zurdo le falta aún marcar en un derbi. Quién sabe si el 23 de noviembre será la ocasión, aunque su primer objetivo —compartido con el entrenador livornés— será mantener la portería de Maignan a salvo.
Mientras tanto, Pavlovic vive también un gran momento fuera del campo. Como anunció públicamente tras el 1-0 ante la Roma, con una celebración “del pancito”, será padre por primera vez en abril. “Una noticia maravillosa para mí y mi familia. Espero que todo siga siendo tan hermoso para siempre”. El gol más bonito.