
La acedia, entre los siete pecados capitales, es el más subestimado. Indica indolencia, negligencia a la hora de hacer el bien por parte de quienes podrían intervenir pero, por un motivo u otro, se abstienen. Los aficionados acusan de ello al Milan -no haber contratado a Antonio Conte, no haber elegido a un director deportivo- y la final de la Copa Italia perdida ante el Bolonia ha confirmado aún más que muchas decisiones fueron equivocadas. Veamos las principales: los siete momentos en torno a los cuales giró la temporada.
1 – NO FICHAR A ANTONIO CONTE
Pura acritud. Antonio Conte estaba más que dispuesto a aceptar al Milan hace un año. De los equipos a los que podía llegar, era el favorito para él. El Milan lo sabía -todo el mundo lo sabía- y optó por seguir adelante. Los rumores de la época decían que Moncada, una llamada a Conte, lo había conseguido. A partir de ahí, nada. Zlatan Ibrahimovic explicó en junio de 2024: “En el Milan hay un entrenador, no un mánager. No hablamos de Conte porque, con todos mis respetos, según nuestros criterios no es lo que buscábamos”.
El Milan quería un entrenador con el que pudiera compartir decisiones, que no se quejara del mercado en las ruedas de prensa, y el balance de la temporada ha sido curioso: Conte en el Nápoles apenas ha levantado la voz, mientras que Fonseca se ha marchado en medio de una sutil polémica y Conceiçao lleva semanas prometiendo un arrebato a final de temporada.
2 – SE PERDIERON HÁBITOS
Fonseca dejó muy claro -más claro que otros entrenadores- que el problema del Milan eran las actitudes. Dos escenas clave: la pausa refrescante en Roma contra el Lazio y los penaltis pitados a Pulisic en Florencia por Theo Hernández y Abraham. Los vestuarios ganadores tienen reglas, ejemplos, luchan por un objetivo común. El Milan, en cambio, envió mensajes contrarios y los entrenadores sólo lograron cambiar el rumbo en parte.
Fonseca identificó a Theo como el principal ejemplo negativo y se enfrentó a él. Conceiçao incluso estuvo a punto de pelearse con Calabria. ¿Fue mejor en primavera? Tal vez sí, pero -como ejemplo fundamental- el pobre rendimiento en la pésima final de la Copa Italia no fue el de un gran equipo, ni el de un grupo ganador.
3 – NO PENSAR QUIÉN ES EL LÍDER
¿Quién es el líder del Milan? Una pregunta que se repite desde hace meses, si no años. La respuesta suele ser Mike Maignan, que es un líder particular, pero eso no puede ser suficiente. Los grandes equipos tienen grupos que han crecido juntos, con jugadores experimentados que marcan una línea con el ejemplo y llaman la atención a los que cometen errores. Y un núcleo, si no necesariamente italiano, con experiencia en la Serie A. El Milan siempre ha optado por jugadores con proyección, según la primera regla del intercambio de jugadores, pero a lo largo de la temporada se ha encontrado sin líder. La pregunta es legítima: ¿no habría tenido sentido apostar por dos treintañeros desde el verano?
4 – FICHAR A FONSECA Y NO DEFENDERLE
El Milan eligió a Julen Lopetegui hace un año, pero renegó de la decisión por la presión de la afición. En ese momento, cogieron a Fonseca pero le protegieron por muy, muy poco. Fonseca ya dirigía el derbi del 23 de septiembre, sabiendo que si perdía, sería exonerado. Nunca trabajó tranquilo. Gabbia marcó el gol que derrotó al Inter y le dio oxígeno. Fonseca, a su paso, comió panettone, pero fue despedido poco después, antes de Nochevieja. Mirándolo ahora en retrospectiva, un destino casi inevitable.
5 – NO ENCONTRAR EQUILIBRIO
Fonseca y Conceiçao son hombres y entrenadores opuestos. Cuando le fue mal con Fonseca, el Milan decidió dar un giro brusco. Sin embargo, los dos portugueses tienen algo en común: nunca han encontrado el equilibrio. Fonseca ha mostrado una fase ofensiva apreciable, ha exaltado a Reijnders y Fofana, pero su Milan ha encajado demasiados goles, por motivos demasiado inútiles: desatenciones, transiciones mal gestionadas, tapadas preventivas fallidas. Conceiçao, por el contrario, ha solucionado la fase defensiva -cuatro goles encajados en los últimos seis partidos-, pero su Milan ataca mal, sin ideas, confiando en las jugadas de sus campeones. Un equilibrio entre fase ofensiva y defensiva nunca visto.
6 – SIN REVOLUCIÓN ESPERADA EN ENERO
Milán sorprendió en enero con un mercado ambicioso, juzgado positivamente por casi todo el mundo. Cuatro meses después, el balance es muy negativo. Giménez es un reserva, Joao Félix un proyecto fallido, Walker ha tenido poco impacto, Sottil menos. Sobre Bondo, volveremos a hablar dentro de al menos un año. El Milan, en la última jornada de la final de la Copa Italia, los mandó a todos al banquillo.
7 – EL CLUB TOTALMENTE AUSENTE
¿Quién es la cara de Milan? No se sabe. Operativamente, es Giorgio Furlani: él toma las decisiones desde hace dos años. Públicamente, sin embargo, no hay una voz que comunique el pensamiento del club, que intervenga para defender al Milan o explicar una decisión. Furlani habló en televisión tras la final de la Copa Italia: correcto, pero fue una excepción, no la norma. Ibrahimovic, después de ser la voz del Milan en las ruedas de prensa de presentación de los jugadores, se eclipsó. Scaroni habla de vez en cuando, a veces generando polémica. A Moncada se le ve de vez en cuando en televisión y nunca en prensa. En general, a uno le cuesta entender qué quiere el Milan.

IGLI TARE FIRMA: SERÁ EL NUEVO DIRECTOR DEPORTIVO
La aceleración en la recta final le llevó finalmente a la bandera a cuadros. Igli Tare ha firmado el contrato que le vinculará al Milan durante los próximos tres años y, tras una larga espera, el área deportiva del club rossonero inicia una nueva era llenando el casillero que quedó vacío tras las despedidas de Maldini y Massara primero, y de D’Ottavio después.
El proceso burocrático de la entrada de Tare en la cuarta planta de Casa Milán aún no ha concluido del todo, faltan algunos detalles, probablemente relacionados con algunas cláusulas, pero las partes han pasado, no obstante, por caja y la boda se ha celebrado. El anuncio oficial llegará en las próximas horas, presumiblemente a principios de la semana que viene, pero el calendario ya no es -por fin- un problema.
Tare puede empezar a trabajar oficialmente en el club rossonero y le espera una ingente cantidad de trabajo. Desde la búsqueda del entrenador a las más o menos espinosas renovaciones de contratos, pasando por un mercado entrante que estará estrictamente atado a un presupuesto huérfano de las recaudaciones de la Uefa, hasta la astuta gestión de los tratos salientes, de los que habrá que exprimir una buena cantidad de dinero. El cortejo del Diavolo por el ex directivo del Lazio comenzó en febrero y ha visto varias reuniones entre Igli y el Milan.
Con Cardinale, con Ibra, con Furlani varias veces. En un momento dado, Tare parecía haber quedado en standby -los nombres de Paratici y D’Amico se pusieron muy candentes-, pero al final se impuso. Un trabajo imponente, pero desde cierto punto de vista también muy estimulante: hay que recomenzar después de una temporada desastrosa y devolver al Milan a etapas más apropiadas.
La fumata blanca de Tare con el Diavolo también recibió los elogios de Armand Duka, presidente de la Federación Albanesa de Fútbol y vicepresidente de la Uefa: “¡Felicidades Igli! Tu nombramiento como director deportivo del Milan es realmente un hito importante. Creo firmemente que su profesionalidad, dedicación y visión ayudarán a este legendario club a volver al nivel que se merece, como en los gloriosos días de su historia”.
“Ya lo has demostrado en el Lazio, donde durante años construiste con éxito un proyecto sólido y competitivo a nivel internacional. Ahora te espera otro gran reto, pero estoy seguro de que esta vez también lo conseguirás, con la misma madurez y pasión por este deporte”.