
El Milan termina séptimo la liga a expensas de lo que haga mañana la Fiorentina en Udine, tras ganar hoy 2-0 con tantos de Gabbia y Joao Félix, en un insulso partido general donde destaca que ni Theo ni Leao fueron de la partida, en un ambiente caldeado por las cánticos de la hinchada frente a la directiva en un fiasco de temporada que por fin termina, pero que me da en la nariz que no será la última que acabemos así…
PRIMERA PARTE
La primera mitad del partido entre Milan y Monza estuvo marcada más por lo que sucedió en las gradas que en el terreno de juego. Desde el pitazo inicial, el ambiente en San Siro fue pesado, tenso y profundamente crítico, reflejo del malestar acumulado de una afición que se siente traicionada por los resultados, la gestión deportiva y la dirección del club.
Ya desde los primeros minutos, los cánticos en contra de Gerry Cardinale, Scaroni y Furlani marcaron el tono de la noche. “Ve ne andate o no?” (“¿Se van o no?”) y “Go home”, junto con gritos de apoyo a Paolo Maldini, fueron algunos de los lemas coreados. A esto se sumaron pancartas ofensivas, silbidos constantes y un mensaje demoledor para el equipo: “Andate a lavorare” (“Vayan a trabajar”). Fue un San Siro irreconocible, con su Curva Sud abandonando el estadio en masa alrededor del minuto 18, como se había anunciado previamente, en una protesta sin precedentes recientes.
Dentro del campo, el Milan mostró poco. Sin nada en juego a nivel de clasificación, salvo el evitar dos turnos previos de Coppa Italia, el equipo salió a jugar con una camiseta nueva para la temporada 2025/26, con el negro como color predominante, pero con una actitud pasiva y sin convicción. El Monza, por su parte, ya descendido, intentó poner algo de dignidad a su despedida de la Serie A, aunque sin grandes argumentos futbolísticos.
Hubo algunas oportunidades aisladas. El Milan lo intentó con un disparo de Pavlovic desde tiro libre (6′), bien desviado por Pizzignacco, y más tarde con una buena combinación entre Pulisic y Joao Félix, aunque sin puntería. Del lado visitante, el más activo fue Keita Baldé, quien generó peligro con un disparo desviado y luego encontró el fondo de la red (44′) tras una jugada invalidada por fuera de juego. San Siro respondió con ironía, festejando el gol rival como una burla a su propio equipo.
También probaron suerte Reijnders desde fuera del área (43’) y Pulisic de cabeza tras un centro de Tomori (25’), pero las jugadas no inquietaron al arquero rival. En total, el Milan terminó el primer tiempo con un leve dominio en xG (0.39 vs 0.14) y en tiros, pero sin control ni claridad de juego.
Los jugadores parecían arrastrarse en un campo que no les daba apoyo, y el clima desde las gradas se hizo cada vez más gélido. El silbatazo final del primer tiempo, sin tiempo de descuento, fue recibido con una ensordecedora pitada que pareció decirlo todo: la afición no solo está decepcionada, está profundamente desencantada.
En resumen, un primer tiempo sin goles, sin alma y con un estadio que ha dejado de creer, más pendiente de hacer oír su protesta que de lo que ocurre en el campo. El Milan, roto emocionalmente, necesita mucho más que una victoria intrascendente para sanar su fractura interna.

SEGUNDA PARTE
El técnico Conceição, aunque expulsado en el anterior partido y ausente del banquillo, ordenó dos cambios al descanso: Chukwueze y Francesco Camarda —el juvenil nacido en 2008— entraron por Musah y Jovic. Y fue precisamente Camarda quien aportó un ímpetu distinto, buscando con insistencia su primer gol en Serie A.
Las primeras ocasiones no tardaron en llegar. Entre los minutos 46 y 50, Joao Felix, Chukwueze, Camarda y Pulisic probaron suerte, pero sin eficacia. Especialmente llamativa fue la jugada de Reijnders, quien cayó en el área tras una entrada de Carboni que bien pudo ser penalti. El árbitro, sin embargo, dejó seguir.
El gol finalmente llegó al minuto 64. Tras un córner cobrado por Chukwueze desde la derecha, Matteo Gabbia se elevó en el primer palo y conectó un cabezazo impecable que venció a Pizzignacco. Fue su segundo gol en esta Serie A, tras el tanto en el derby del 22 de septiembre. El tanto encendió brevemente al público restante, todavía frío y dividido.
Diez minutos más tarde, en el 74′, Joao Felix —en su probable último partido con la camiseta del Milan— firmó una obra de arte de tiro libre directo, colocando el balón en la escuadra izquierda de Pizzignacco, que voló sin éxito. Fue su tercer gol de la temporada (dos en Serie A y uno en Coppa Italia), cerrando su paso por el club con 21 presencias, una etapa que dejó destellos pero no terminó de explotar.
Los minutos finales estuvieron marcados por cambios simbólicos: a los 81′, Joao Felix dejó el campo para dar paso a Fofana, en una especie de despedida. Y en el 86′, Alessandro Florenzi volvió a jugar un partido oficial después de un año, sumando un minuto testimonial tras su larga ausencia.
También se quedó en el banco Rafael Leao, lo que significa que su última aparición fue en la derrota contra la Roma, mientras que Theo Hernández no jugó desde la final de Coppa Italia perdida ante el Bologna. Camarda siguió buscando su gol hasta el final, en un partido donde su entrega fue evidente aunque sin recompensa.
El árbitro concedió apenas dos minutos de tiempo añadido. Al minuto 92, el silbatazo final sentenció el cierre de una temporada extraña y frustrante para el Milan, con una victoria que no alcanza a tapar las grietas estructurales ni el desapego de su hinchada. El Monza, por su parte, se despidió oficialmente de la Serie A tras tres campañas.
MI OPINIÓN
Una victoria sin mayor historia, donde llama poderosamente la atención que Kyle Walker que vino en el mercado de enero, directamente ha desaparecido del campo y hoy ni siquiera estaba en la lista de convocados, uno de los mayores fiascos sin duda cuando se quiso tapar el hueco dejado por Davide Calabria (campeón de la Copa de Italia con el Bolonia) y frente a la lenta recuperación de Alessandro Florenzi (que hoy ha regresado tras no jugar desde el 28 de julio del año pasado, cuando se lesionó gravemente la rodilla).
Que hoy sacara a Musah de titular junto a Joao Félix dice mucho de la mediocridad que ha sido este entrenador a pesar de haber ganado la Supercopa de Italia, curioso también como Abraham es otro que ha desaparecido del equipo cuando vino como fichaje para complementar a Morata y ahora ninguno de los dos estará la próxima temporada…
De empezar con Fonseca con gran ilusión a tener que despedir esta triste temporada con un título pero fuera de toda competición europea… el lunes llega Igli Tare pero seguirá siendo insuficiente mientras los hombres de RedBird sigan gestionando tan sumamente mal este equipo, Theo y Leao hoy suplentes habla mucho de quizás una posible limpieza del equipo, ante una paciencia de la hinchada que hoy han dicho basta!.