Category: Recordando a…

Ibrahim Ba

Voy a ir recuperando artículos de esta sección que se perdieron en el pasado y los iré publicando de manera paulatina, para que la gente tenga conciencia de la gama de jugadores que fueron pasando por el club

Uno como él no podía pasar desapercibido. No con ese cabello color rubio platino que no pegaba con el resto del cuerpo. Bastaba ese detalle para despertar una gran curiosidad, misión cumplida para Ibrahim Ba en verano de 1997. Aparte de todo eso, Ba, senegalés de nacimiento y con pasaporte francés, algunas dotes tendría que tener cuando hasta el Barcelona se interesó en él. Rapidísimo extremo derecho, Ibou (su apodo), tras haber crecido en Le Havre enseguida se puso en evidencia con la camiseta del Girondins de Burdeos, convirtíendose en uno de los mejores jugadores de la Ligue 1 en la temporada 1996/97.

Seis goles en 35 partidos como extremo derecho es algo a tener en cuenta. Aparte que no es casualidad que llegara a conquistar la camiseta de la Selección Francesa, precisamente a un año del mundial que se jugaba en casa. Un joven (nacido en 1973) en rampa de lanzamiento para un campeonato más competitivo: los mejores transalpinos de la época se marchaban a la Serie A como haría él también, cortejado por el Milan en busca de un nuevo Roberto Donadoni. Fue fichado en verano de 1997 por la suma de 11,5 billones de liras (unos 6 millones de euros al cambio actual) con los rossoneri que querían a Figo del Barcelona pero no lo consiguieron, pasando al plan B, llevándose al franco-senegalés.

Desde el inicio se sabía que era todo un personaje, todas las dudas técnicas caen en el primer amistoso, en Brianteo ante el Monza. Ahí Ba enseguida se da a conocer jugando un partidazo y marcando un gran gol. El público, en éxtasis, enseguida se enganchan con él. La buena pretemporada hacía presagiar una gran temporada tanto para el Milan como para él y ya en el segundo partido, el primero en San Siro, Ba marca ante el Lazio. No servirá para conseguir la victoria, pero los hinchas se consuelan pensando que realmente era un gran fichaje.

Pero no será así: las prestacionesde Ba van en decadencia, exactamente igual que las del Milan que cerrará la temporada de manera merecida en la décima posición. Ba disputó un total de 40 partidos entre campeonato y Copa de Italia, marcando solamente un gol. Al acabar ese año, llega lo peor: tras haber sido entre los más presentes en los amistosos de 1997, es excluído de la lista de convocados para Francia ’98 por culpa de esas desastrosas actuaciones. El mismo jugador admite el haber tenido dificultades ante el impacto del fútbol italiano: “En Francia antes de un partido escuchábamos música en los vestuarios, o charlabas con un compañero. En el Milan veía a Costacurta y Albertini diciéndome que estuviera callado y que me concentrara”.

Con un contrato firmado por cinco años, no era fácil colocarle en otro sitio, pero en verano llegaría Alberto Zaccheroni y no tiene sitio en el módulo 3-4-3. El Perugia piensa en él para tenerle como cedido. Ahí uno espera que Ba renazca en la provincia, pero en lugar de eso, es todo un desastre: primero da un cabezazo a Fabio Macellari siendo el primer jugador en Serie A que prueba la medicina de la prueba de televisión, luego se tuerce una rodilla y acaba antes de tiempo su temporada. Al final recopila tan solo 18 presencias entre campeonato y copa, marcando 2 goles.

Estamos en verano del año 2000 y Ba vuelve al Milan, pasando la temporada en naftalina: solo 5 presencias como rossonero. En 2001 es protagonista de una pésima temporada en el Marsella, también condicionada por las lesiones: 9 presencias y 0 goles. La parábola descendente ya se puede ver con seguridad, tomando en cuenta las negativas temporadas en el Bolton (Inglaterra), Caykur Rizespor (Turquía) y Djurgarden (Suecia). Una vez acabada su carrera escandinava en 2005, Ba parece que tendrá que colgar las botas antes de tiempo.

Tras estar un año como agente libre y tras entrenarse con el Varese sin llegar a obtener ficha, por sorpresa llega de nuevo el Milan para ofrecerle un contrato: estamos en 2007 y de su rubia cabellera se pasa a un peinado con rastas totalmente natural. En Via Turati, tras darle el permiso de poder entrenarse para recuperarse de una lesión, le ofrecen un contrato de 200.000 euros. Él acepta y se convierte en el talismán del equipo, laureándose sin saltar al campo como campeón del mundo de clubes. Al acabar esa temporada cuelga las bota de manera definitiva, con 35 años.

Pero su unión con el club rossonero todavía perdura, ya que se le ofrece un trabajo como ojeador en África. ¿El presente? Siempre en Milán, concediéndose algún partido de fútbol con su amigo Christian Vieri, que no deja de exprimir sus valoraciones a través de Twitter. ¿Su media de voto? 4. Poco a cambio a nivel de prestaciones de 1997 hasta hoy…


Zvonimir Boban

Artículo redactado íntegramente por Carlos Rodriguez Ávila

Lo que era un secreto a voces finalmente se confirmó. Zvonimir Boban fue confirmado este viernes como nuevo “Chief Football Officer” rossonero, encabezando así la enésima reestructuración del Milan, con la misma misión que la anteriores “regresar al club a donde pertenece”. Por todo lo
anterior creí bueno traer un poco de su trayectoria a la página.

El Zorro fue un predestinado al triunfo desde sus primeros pasos por el futbol, pero también alguien que siempre ha tenido muy claras sus ideas y fue uno de los jugadores que nació en la antigua Yugoslavia y su vida, al igual que todos en el extinto país, se vio marcada por la disolución de la nación de Europa del Este.

Con la Selección Yugoslava, Boban se consagró como campeón del Mundial Juvenil de 1987 celebrado en Chile. Su carrera profesional la inició en 1985 con el Dinamo Zagreb aun cuando la liga yugoslava existía. Precisamente el mediocampista fue protagonista del partido que terminó con la liga; ya con los ánimos calientes en Yugoslavia y la independencia de Croacia a la vuelta, se llevó a cabo un Dinamo (mejor equipo de Croacia) contra Estrella Roja (mejor equipo de Serbia) donde los enfrentamientos entre los ultras de ambas escuadras no se hicieron esperar y con el partido a punto de llevarse a cabo (y con la complicidad de la policía) los serbios atacarían a los
croatas, donde estos últimos decidieron invadir el campo.

Sobre el terreno de juego, los croatas se vieron agredidos por la policía yugoslava y algunos jugadores decidieron ayudar a sus aficionados, entre ellos el capitán del equipo, Zvonimir Boban, saltando a la defensa de un hincha que era brutalmente agredido y contraatacando con una patada voladora que pasaría a la historia y lo consagraría como un ídolo de la naciente Croacia.

Tiempo después Boban hablaría sobre la patada: “Ahí estaba yo, una cara pública preparada para arriesgar mi vida, mi carrera, todo lo que la fama puede comprar, todo por un ideal, por una causa: la causa croata”. Ante los problemas sociales y políticos que generó todo el nacimiento de Croacia, Boban llegó a la mejor liga del mundo por aquel entonces: la Serie A. En Bari estuvo solamente la temporada 1991/92, porque para la siguiente campaña Berlusconi y Galliani lo llevarían al Milan, donde estuvo
nueve temporadas.

Boban perteneció a una de las grandes épocas de nuestro equipo y brilló en un equipo que estaba plagado de grandes leyendas y estrellas, fue dirigido por Capello y jugó al lado de Rossi, Maldini, Tassoti, Rijkaard, Baben, Baresi, Costacurta, Donadoni, Savicevic, Van Basten, Albertini, Lentini, Gullit. El ex-secretario de la FIFA recuerda como con una constelación así que “Capello se podía dar el lujo de dejarnos fuera a Savicevic, Gullit y a mí”.

Con el Diavolo, el Zorro mantuvo la característica que siempre lo destacó, su liderazgo, pero también maduró como jugador y se pudo ver a un croata más técnico y, sobre todo, más elegante. Vistiendo la rossonera jugó 251 partidos, sumó 30 goles, conquistó 4 Scudettos, tres Supercopas de Italia, una Copa de Europa y una Supercopa de Europa.

El crecimiento del que hablamos se vio reflejado en su selección nacional (además de que también le tocó una generación dorada), pues fue uno de los principales pilares para llevar a Croacia al tercer puesto de Francia 1998 (que fue histórico hasta el pasado Mundial de Rusia). Sobre su paso por la selección, cabe mencionar que Boban debutó en el segundo partido oficial de Croacia (junto a Suker y Jarni), cuando todavía Croacia no se había independizado de Yugoslavia.

Su adiós en el Milan fue durante un encuentro contra la Juve, donde queda la postal de Maldini dándole un abrazo de “adiós” (cuando curiosamente serán ellos los encargados de esta nueva era). El croata terminó su carrera en el Celta de Vigo donde apenas jugó cuatro partidos y se despidió al acabar la temporada.

Boban es uno de esos hombres all-in-one, pues una vez retirado del balompié se graduó en Historia en la Universidad de Zagreb, se convirtió en director de uno de los diarios deportivos más importantes de Croacia (Sportske Novosti), fue colaborador en Sky (donde queda para el recuerdo
su agarrón con Conte), fue columnista en la Gazzeta dello Sport y en 2016 fue nombrado por Gianni Infantino como Secretario General Adjunto de la FIFA, puesto que acaba de abandonar para ser nombrado como nuevo dirigente del Milan.

El Zorro es uno de esos grandes del Milan que no tienen pelos en la lengua. Cuando estuvo en la FIFA fue de los principales promotores del VAR, recordando sus palabras tras su nombramiento: “El hecho de que describamos al fútbol con la frase ‘este bello deporte’ sugiere que no hay gran necesidad de introducir muchos cambios. O dicho de otra manera, si modificamos algo, habrá que hacerlo con mucho tiento para que la esencia del juego no se vea perjudicada de ninguna manera. No deberíamos sentirnos condicionados por la tradición”, pero también ha sido uno de los más grandes críticos del Diavolo, desde el final de la era Berlusconi, pasando por la transición de los chinos e incluso sobre la nueva era en la que él ya es parte.

Zvonimir Boban ahora tiene la oportunidad de modificar el Milan y llevarlo a donde pertenece, esperemos que tenga mucha suerte.