
Y pensar que la última fijación de Milanello lo tenía en el banquillo. Sí. Para Luka Jovic, los pronósticos eran a la baja, pero no por demérito: simplemente porque desde hacía días llegaban rumores -bastantes fuertes- sobre una probable alternancia de delanteros centro entre el Atalanta y el Inter. En resumen, se esperaba a Abraham, y no a cualquier delantero en los derbis de este año: suyo fue el gol que ganó la Supercopa, suyo fue el gol en la primera ronda de la Copa Italia.
Conceiçao, sin embargo, evidentemente vio algo más estos días y decidió premiar a Luka. Excelente forma atlética, pero sobre todo lúcido, que a menudo ha sido su lado menos feroz a lo largo de su carrera. Frente al físico de los nerazzurri, Jovic parecía el menos indicado de los dos delanteros centro. Ganó. Ganó Conceiçao. Ganó el Milan. Y quizá Luka también ganó al Milan.
Sí, porque en junio expira el contrato del 9 rossonero. El club, sin embargo, al igual que el verano pasado, vuelve a tener la opción de ampliarlo una temporada más. Y nunca antes el Diavolo había necesitado certezas en la delantera, entre delanteros cedidos (Abraham), fichajes empantanados (Giménez) y jóvenes aún demasiado jóvenes (Camarda). En resumen, en estos momentos -para tener otro apaño-, la situación parece indicar que el serbio se quedará la próxima temporada.
Si Luka está realmente de vuelta, será una de las mejores noticias que planeen sobre Milanello, porque cuando se trata de él, nunca se habla de sus cualidades técnicas -un gran nivel-, sino de su resistencia mental y física. No en vano, Conceiçao hizo sonreír a todo el mundo cuando dijo esto tras el partido – “Ha perdido unos kilos y ha sido importante”-, pero fue tan sincero como siempre. Y luego explicó lo que Luka en particular ofrece a la dinámica del equipo: “Es alguien que juega muy bien por detrás de los centrocampistas rivales, queríamos tener su apoyo y sus espaldas para ir por los pasillos laterales”.
Jovic está protagonizando el último tramo de una temporada maldita. Empezó con el traspaso del dorsal número 9, pero también con la llegada de última hora de Abraham y la exclusión de Luka de la lista de Champions. Después, la maldita pubalgia, con operación: evidentemente, el curso médico más adecuado, viendo ahora al serbio. Parecía destinado a una triste despedida, tras un año como extra y un puñado de minutos en las piernas.
Ahora el escenario cuenta una historia diferente y los números son de risa: Jovic ha marcado tres goles en sus cinco últimas apariciones (Fiorentina, Nápoles e Inter), lo que supone tantos goles como en las veinte anteriores. “Era un partido muy importante para nosotros”, declaró tras el encuentro. “No estamos haciendo un buen papel en la liga, lo sabemos. Hoy teníamos que demostrar nuestra calidad y lo hemos hecho. Vamos a Roma”. Iba a ser el semestre de Giménez, se convirtió en el de Luka.
¿PODRÍA RENOVAR SU CONTRATO?
Menos de 200 minutos jugados en liga, sólo una aparición como titular, luego siempre salió desde el banquillo. Dos goles en liga y dos en la Copa de Italia en 12 apariciones totales, Jovic tiene el mejor promedio goleador de todos los delanteros del Milan: un gol cada 107 minutos jugados. Aficionados y entendidos se han sorprendido del crecimiento de Jovic en esta última temporada, menos aún sus compañeros, que siempre han depositado una gran confianza en él.
“Todos sabemos lo fuerte que es. Es un gran número 9, es muy fuerte cuando le buscamos entre líneas y cuando le encontramos dentro del área. No nos sorprende esta actuación, pero nos alegramos por él porque ha trabajado mucho para el equipo”, dijo de él en rueda de prensa el capitán Mike Maignan.
Conceicao en Jovic fue entre valiente e imprudente: apostó por un delantero marginado desde el inicio de la temporada sin pensar demasiado en la inversión de 35 millones que el club hizo en enero para darle a Santiago Giménez. Y acertó de pleno. Ahora Luka vuelve a ser un jugador importante para el Diavolo, ofreciendo actuaciones que hacen retroceder el reloj cuando marcó tanta diferencia en el Eintracht de Fráncfort que fue vendido al Real Madrid por 50 millones de euros.
El Milan puede ejercer su opción de renovación por un año, pero la elección final corresponderá al nuevo director deportivo y al nuevo entrenador. El calendario, sin embargo, no puede ser bíblico porque la opción del delantero serbio expira en la segunda semana de julio. De un adiós seguro a una gran oportunidad de renovación, Jovic es el hombre extra del Milan.