
Milan, ¿qué pasa con Fofana? Es una pregunta que muchos se hacen últimamente en San Siro y sus alrededores, colateral a la de por qué Sergio Conceiçao insiste en sacar a Musah en cada oportunidad. Desde que el técnico portugués tomó el relevo de su compatriota Paulo Fonseca, la sensación generalizada es que las jerarquías han cambiado dentro del vestuario rossonero.
Y eso que en el índice de aprobación del ex jugador del Oporto, el centrocampista francés ha perdido posiciones. Si, en algunas de las salidas más recientes, la circunstancia podría justificarse en cierto modo por el evidente estado de fatiga de un jugador que -hasta el partido contra el Parma del 26 de enero- había jugado 31 partidos consecutivos desde el primer minuto y, a menudo, durante toda la duración de los encuentros, las elecciones de Conceiçao en los últimos partidos plantean algunas dudas.
41 partidos en todas las competiciones desde agosto hasta hoy, para un tiempo total de juego que ya ha superado los 3.000 minutos, con un gol y seis asistencias en su haber. Además de los números, lo que impresionó en los primeros meses de Youssouf Fofana en Italia fue la sensación de dominio que transmitía el jugador, único por sus características físicas y técnicas para actuar de filtro en el centro del campo y dar equilibrio a un equipo con muchos portadores de balón y sin medio centro.
Y ojo, tampoco es el ex del Mónaco en el verdadero sentido de la palabra, sino más bien un mediapunta de vocación defensiva en una línea de tres, como le admiraban en Francia. Sin embargo, sigue siendo un valor indispensable en un Milan que, incluso con el cambio de entrenador y la transición de una filosofía “creadora de juego” con Fonseca a otra mucho menos emprendedora con Conceiçao, necesita demasiado un elemento con sus cualidades en el departamento más importante. Formando pareja con Reijnders, fue durante grandes tramos de la temporada el mejor centrocampista de la alineación rossonera.
Sin olvidar que se trata de un jugador al que se persiguió durante mucho tiempo a lo largo del verano, y con el que se trató hasta los últimos días del pasado mes de agosto, cuando el entrenador que había iniciado el proyecto técnico probablemente le habría necesitado antes, por una cuestión de adaptación técnica y física.
Sus actuaciones sobre el terreno de juego, también a nivel de orden táctico y de capacidad para frenar esos instintos que en varios compañeros -sobre todo entre los centrocampistas- parecen encontrar mucho espacio, son una prueba más de su singularidad.
Y sin embargo, Conceiçao, que lo ha enviado al banquillo en cinco ocasiones en los últimos nueve partidos entre la Serie A y la Liga de Campeones desde febrero, sigue su propio camino. En la reanudación del campeonato, en Nápoles, Musah no estará por inhabilitación y el regreso de Fofana junto a Reijnders será inevitable. ¿Un retorno fisiológico a las viejas buenas costumbres o simplemente una circunstancia ocasional?
TARE Y PARATICI SIGUEN SIENDO LAS OPCIONES
Ha llegado el parón de selecciones y con él un respiro para el Milan, que desde el cambio de entrenador a finales de diciembre no ha parado y hoy puede tomarse un respiro a nivel general. Será la ocasión de empezar a planificar el futuro y, en particular, de reanudar las conversaciones sobre la búsqueda de una nueva SD, dejada de momento en stand-by tras la redefinición de los nuevos cargos en el seno del equipo directivo de Aldo Rossi.
Estos diez días sin jugar al fútbol, según informa esta mañana la Gazzetta dello Sport, serán aprovechados por el administrador delegado Giorgio Furlani, que ha obtenido de Cardinale la confirmación de plenos poderes de decisión también en materia deportiva, para iniciar la búsqueda de un nuevo director deportivo, puesto actualmente vacante en el organigrama rossonero y que es absolutamente necesario cubrir.
En los próximos días se esperan conversaciones con posibles candidatos -incluidos los ya abordados por Ibra y el propio Cardinale- y la sensación es que la elección final podría tomarse durante el mes de abril. Por el momento, prosigue la rosea, hay dos nombres principales en lo alto de la lista de Furlani, muy diferentes entre sí: Igli Tare y Fabio Paratici.
Los perfiles de Tare y Paratici son extremadamente diferentes, tanto en lo que se refiere a la formación como, sobre todo, a la forma de trabajar. El ex jugador y ex entrenador del Lazio siempre se ha movido en la maleza del mercado para otear talentos ocultos que pudieran resultar buenos tiradores ante la escasez de fondos.
Por otro lado, Paratici ha trabajado con la Juventus y el Tottenham, por lo que cuenta con grandes recursos económicos de los que echar mano: por este motivo, el técnico italiano siempre se ha centrado en perfiles hechos y derechos. La cronología de los golpes de mercado realizados por los dos gestores confirma este modus operandi: en la Lazio, en los quince años de reinado de Tare, llegaron perlas como Milinkovic-Savic, Luis Alberto o el mismo Ciro Immobile que parecía haberse atascado durante su carrera; a Paratici se le recuerda sobre todo por haber llevado a Cristiano Ronaldo a la Juve o por otros golpes caros como Cancelo o Chiesa.