
El nuevo Milan toma forma: parecerá un club más “italiano”, más experimentado en la dinámica de la Serie A, más acostumbrado a los títulos y a las medallas con cordones tricolores. La Supercopa de Italia (de Arabia) no basta para salvar la última temporada: el club necesita recuperar la certidumbre, apoyándose en quienes conocen el camino del éxito. Igli Tare lo recorrió como entrenador en sus quince temporadas en el Lazio, Vincenzo Italiano lo ha descubierto por fin, Max Allegri conoce perfectamente la dirección.
Paso a paso. Será el nuevo director deportivo quien muestre el camino: la negociación por Igli Tare ha llegado a su destino. Ha seguido un camino muy largo: partió de Londres, donde el ex diesse del Lazio se reunió con Ibrahimovic y Cardinale a principios de marzo. A mediados de abril pasó por Roma, lugar del encuentro entre Tare y el director general rossonero Furlani. Más semanas de reflexión y ahora el apretón final que llevará al ejecutivo a Milán.
Tare prefirió la dirección de la Casa de Milán a otras pistas árabes: el Al Nassr, equipo de Ronaldo y Pioli, querría ofrecerle un suculento contrato, al igual que otro club de la Liga saudí. Ahora sólo se espera el anuncio del acuerdo con los rossoneri: un acuerdo por tres años. Un contrato así implica la voluntad de planificar juntos un nuevo rumbo. El propio Milan había intentado moverse en otras direcciones: primero hacia Fabio Paratici, luego buscando a ds D’Amico, del Atalanta, y finalmente a Lee Congerton, ex nerazzurro del Atalanta ahora en el Ah-Ahli. Ahora estamos en el acuerdo definitivo: trato cerrado y anuncio previsto inmediatamente después del final del campeonato.
En una semana, el Milan tendrá una nueva estructura. Se ha valorado la capacidad de Tare como cazatalentos, una cualidad que el Milan estadounidense aprecia especialmente: la estrategia es la habitual, comprar posibles jugadores para desarrollarlos en el club rossonero. En el Roma, Tare trabajó junto al presidente Lotito: en las conversaciones con Furlani reivindicó su autonomía en la toma de decisiones en el ámbito técnico, pero sigue siendo un ejecutivo acostumbrado a la confrontación.
Como se ha dicho, conoce la dinámica del A -fue entrenador del Lazio durante 15 años-, está acostumbrado a construir equipos de Liga de Campeones y, detalle no menor, ha ganado: en la biancoceleste tres Copas de Italia y otras tantas Supercopas de Italia. Tendrá que llenar el vacío de los últimos años, cuando el Milan carecía de un director deportivo que fuera una referencia estable para agentes y jugadores. Además, Tare tendrá una presencia casi permanente en Milanello. Primero, sin embargo, el mercado: de lo que necesita el equipo se dio cuenta él mismo el pasado miércoles, cuando fue espectador en el Olímpico de la final de la Copa Italia perdida ante el Bolonia.
La ocasión en la que todo el Milan también vio a un prometedor entrenador ganar el primer título de su carrera: Vincenzo Italiano, el técnico rojiazul, ya figuraba entre los observadores especiales que se sentaron en el banquillo de San Siro. Le faltaba un requisito clave: no había levantado ningún trofeo antes. Desde hace una semana, se le puede llamar ganador y, más aún, plenamente metido en la carrera por ser el nuevo entrenador rossonero. La Copa ha sido un acelerón que le ha llevado incluso a la pole position. El club siempre ha transmitido un identikit específico, refiriéndose a un nuevo entrenador “italiano”.
Sin especificar que la pista no se refería a la nacionalidad, sino al apellido… A Vincenzo Italiano le gusta la propuesta de fútbol moderno y ofensivo. Es un entrenador emergente, acorde con la necesidad de relanzamiento del club. Ciertamente, tiene menos experiencia que Massimiliano Allegri, otro candidato destacado, que cuenta en su palmarés con seis títulos de liga, tres Supercopas de Italia y cinco Copas de Italia: una garantía de éxito con costes y estilo de juego diferentes. A día de hoy, la ambición del italiano tiene ventaja sobre la experiencia de Max, ya rossonero desde 2010 hasta enero de 2014, antes de su doble experiencia en la Juventus. La elección del entrenador tardará unos días más, pero el futuro rossonero ya ha comenzado.

LA POSIBLE LISTA DE IGLI TARE
Sabe que le espera una misión complicada, pero Igli Tare tiene las ideas claras sobre el Milan del presente y del futuro. Así lo entendió claramente el director general Giorgio Furlani, que mantuvo un par de reuniones con él en la capital (la segunda duró cinco horas) y que desde entonces nunca ha roto relaciones con el técnico albanés. La idea que ambos comparten es construir un Diavolo más italiano en el banquillo y en el vestuario. Necesitamos un grupo más… azul o formado por elementos que conozcan bien la Serie A por experiencia pasada y presente. Gente con físico, explosividad y ‘hambre’. Mejor si no con los años.
Mucho dependerá también de las salidas, pero si Theo Hernández abandona Milanello, un nombre a seguir para el carril zurdo es el de Destiny Udogie, lateral del Tottenham y jugador de la selección nacional. Tare ya pensó en él cuando estaba en el Lazio, pero los Spurs tenían mayor poder económico. Ahora, el ex-Udinese volverá a ser un objetivo sensato para Igli. En la banda opuesta, pero para jugar unos metros más adelantado, ojo con Dan Ndoye, autor de una supertemporada con el Bolonia, al que dio la Copa Italia precisamente en la final contra el Diavolo. Ni que decir tiene que, con Italiano en el banquillo rossonero, el suizo sería una inyección muy bienvenida. Lo mismo cabe decir de Jens Odgaard, el centrocampista ofensivo del Bolonia. Los tres comparten el fútbol de alta intensidad que tanto gusta a Tare y también al entrenador del Karlsruhe.
Para la defensa, que el Diavolo tendrá que reconstruir ya que Tomori y Thiaw tienen las maletas en la mano, el jugador favorito de Tare es Mario Gila: él fue quien lo trajo al Lazio y si tiene la oportunidad de tenerlo en el Milan, seguro que no le decepcionará. Hablando de (ex)Lazio, ojo con Luiz Felipe, de vuelta en Europa a partir de enero tras su experiencia en el Al-Ittihad: jugó poco en el Marsella y si Tare le llama… Pietro Comuzzo, recién renovado con la Fiorentina y también en el punto de mira de la Juve (tras el asalto invernal fallido del Nápoles), Giovanni Leoni, del Parma, y Diego Coppola, del Hellas Verona. Los tres últimos serían inversiones de presente y futuro.
En ataque, el físico del delantero centro del Udinese podría ser una idea para el albanés, que quizás incluso se vea un poco en el número 17 del Juventus en cuanto a características físicas y técnicas. El Milan no cuenta con un delantero así, sobre todo porque el intercambio entre Abraham y Saelemaekers con el Roma está actualmente congelado. De cara al futuro, el Milan también ha perseguido al exterior Chiesa, que podría ser una oportunidad, un talento al que relanzar tras temporadas como no titular en la Juve y el Liverpool: Tare ha hecho varias operaciones así en su carrera. Quién sabe, quizá añada otra a su palmarés.
Está claro que si el técnico albanés pudiera elegir un jugador para llevar a Milanello, sería Sergej Milinkovic-Savic, a quien descubrió en el Genk y llevó al Lazio. Arrebatárselo al Al-Hilal, que le pagó 40 millones y le paga 20 por temporada, parece fútbol de fantasía. Nunca digas nunca, pero de momento parece más probable que la búsqueda se centre en un centrocampista de estas características.