
Ganaron juntos en la Juventus y a partir de la próxima temporada podrían hacerlo… en el Milan. Fabio Paratici y Massimiliano Allegri han vivido muchas cosas juntos, ya que han celebrado cinco títulos de liga, cuatro Supercopas de Italia y dos Copas de Italia. Trofeos a los que Max añadió la Copa Italia el pasado mes de mayo, cuando Fabio ya se había marchado de la Signora, poniendo mientras tanto en su palmarés una tricolor con Sarri y las dos copas nacionales con Pirlo. Ahora podrían volver a trabajar codo con codo. Con Beppe Marotta, protagonista absoluto de la reconstrucción bianconera iniciada en 2011, a su lado bajo la Mole, esta vez rival al otro lado del Naviglio.
Los nombres de Paratici y Allegri están en la libreta del gestor Giorgio Furlani. Las decisiones en Via Aldo Rossi seguirán siendo colectivas, pero la última palabra en el área deportiva a partir de ahora la tendrá Furlani, quien, no por casualidad, está llevando a cabo el casting para el puesto de director deportivo. En la perspectiva de la italianización del Milan, Paratici es un perfil que gusta mucho al ex gestor del fondo Elliott.
Por su profundo conocimiento del mercado, porque sabe construir equipos ganadores y porque enriqueció su experiencia trabajando con el Tottenham. Fabio está ansioso por volver a jugar y hacerlo en un club de primera como el Milan le estimula mucho. Sabe que el objetivo del Diavolo es coserle una segunda estrella en el pecho. Y está desesperado por volver a ganar.
Y aquí es donde entra Allegri. Las relaciones entre Fabio y Max se habían enfriado en 2019, cuando el técnico nacido en Livorno se despidió de la Juve: fue Andrea Agnelli quien le despidió, aconsejado por Nedved y el propio Paratici. El objetivo era ir en busca de un fútbol más espectacular con Sarri y luego con Pirlo. Inevitable fue la frialdad inicial entre ambos y, aunque no volvieron a trabajar juntos en 2021, cuando Paratici se despidió de la Signora tras once años para iniciar su aventura en el Tottenham, y Allegri se hizo cargo del banquillo bianconero, la relación se ha reconstruido.
Fue Londres… lo que les volvió a unir, porque se han encontrado repetidamente viendo partidos de la Premier League: Allegri estuvo al otro lado del Canal de la Mancha para estudiar inglés y porque le encanta la capital británica; Paratici porque, a pesar de su inhabilitación, se mantiene al día viendo todos los partidos en directo y televisados que puede. Y ahora, ante la perspectiva de tener que reconstruir un Milan ganador, no tendría muchas dudas sobre por qué entrenador italiano apostar.
Allegri es el entrenador (en activo) con más campeonatos en su palmarés y también ha demostrado que se “desenvuelve” en Europa llevando a la Juve a dos finales de la Liga de Campeones. Está claro, sin embargo, que Max no tiene a Paratici como único padrino: Furlani, Ibra y Moncada también le tienen en alta estima. Y si el sueco, durante su primera experiencia juntos en el Milan, tuvo algo que decir con él por algunas decisiones tácticas, la estima por el profesional se ha mantenido.
No hay otro entrenador de la valía de Allegri en el mercado en este momento y, tras la apuesta del verano pasado por Fonseca, esta vez para reconstruir el Diavolo Cardinale y sus hombres quieren un entrenador por el que puedan apostar con los ojos cerrados. Uno que dé garantías. Alguien que conozca la Serie A, pero sobre todo cómo levantar la copa del Scudetto. Parece el identikit perfecto de Max, que dijo no a una rica oferta de Arabia Saudí y que hasta ahora no ha recibido ninguna oferta extranjera capaz de hacerle… tambalearse.
Le gustaría quedarse en Italia y considera al Milan un equipo fuerte. Capaz de luchar por el título con algunos fichajes puntuales. Digamos tres-cuatro, incluyendo un lateral izquierdo, un regista y un delantero. De ellos se ocuparía Paratici, que en los últimos meses ha llenado muchos cuadernos de notas y nombres interesantes. Max sigue teniendo su casa en la capital lombarda, donde ganó el primer Scudetto de su carrera con los rossoneri.
Fabio lleva años reuniéndose con directivos y fiscales en un hotel del centro, muy cerca de la sede histórica del Diavolo, en Via Turati. El Milan les daría a ambos la oportunidad de vengarse de la Juve. De la que Allegri se marchó la pasada primavera de forma tumultuosa, inmediatamente después de levantar la Copa Italia, y de la que Fabio se había despedido antes del caso de las plusvalías.

THEO SE REÚNE CON MALDINI: ¿ADIÓS AL MILAN?
El annus horribilis de Theo Hernández parece no acabar nunca. Los próximos meses corren realmente el riesgo de ser los últimos con la camiseta del Milan a la espalda, dada también una negociación de renovación que no termina de arrancar. Las dudas sobre el futuro del lateral francés surgen de una serie de comportamientos (el enfriamiento en el Olímpico y la expulsión en casa contra el Feyenoord, que contribuyeron a marcar la eliminación rossonera de la Liga de Campeones) que no se ajustan precisamente a un estilo determinado y de unas cuantas, demasiadas, actuaciones claramente por debajo del nivel al que el transalpino ha acostumbrado a aficionados, prensa, cuerpo técnico y directiva en estos años en el Milan. Incluso contra el Lecce, aunque vimos algunos destellos del antiguo Theo (léase la asistencia del gol anulado a Giménez), no fue desde luego una actuación del todo suficiente, especialmente en lo que se refiere a su carrera para intentar presionar a ese Krstovic que luego marcó.
La tensión entre las partes parece cada vez más palpable, debido también a factores cada vez más evidentes: una fumata blanca para la renovación del contrato que sigue sin llegar y un interés por parte de la cúpula directiva del equipo del mercado milanés por un posible heredero en su puesto (que podría estar representado por Maxim De Cuyper, lateral izquierdo belga del Club Brujas, tasado entre 22 y 25 millones).
Además, hay una noticia que ha llegado justo en las últimas horas: según ha informado Stefano Donati, periodista de TeleLombardia, Theo Hernández y Paolo Maldini han tomado un largo café juntos esta tarde.De todos es conocida la relación de amistad y estima entre ambos, atestiguada tanto cuando el francés se convirtió en el defensa con más goles en el Milan -superando al mismísimo eterno ex capitán- como por el hecho de que fue Maldini, entonces entrenador, quien creyó en el potencial de Theo y le hizo instalarse en la capital lombarda.
Un encuentro amistoso, pues, entre dos personas que han mantenido el contacto tras los espléndidos años del Milan, culminados con el Scudetto bajo la dirección del entrenador Stefano Pioli. Un periodo de alegría y gloria, un momento que contrasta con el estado actual de los rossoneri (que necesitan una gran remontada para clasificarse para la próxima Liga de Campeones) y con el rendimiento de Theo Hernández, pariente lejano de aquel futbolista que surcaba la banda izquierda sin parar. Ahora, la sensación es que el próximo verano podría ser el del adiós, con o sin renovación.
Una renovación que, el pasado diciembre tras el bombazo de su agente, parecía bien encaminada, pero que ahora ve reducidas a la lumicina sus esperanzas de concretarse. El contrato tiene una fecha de vencimiento que coincide con el 30 de junio de 2026 y todos los indicios, incluido el intento del Como en enero, apuntan en la dirección de una desvinculación.
El club de Via Aldo Rossi, en cualquier caso, quiere alejar la hipótesis de un adiós a cero dentro de un año y está dispuesto a conformarse con una cantidad cercana a entre 25 y 30 millones de euros. Tantas señales, tantos factores, un adiós que parece escrito en mayúsculas y en negrita. ¿Podrá Theo Hernández quedarse con el Milan? Al campo la sentencia.