
Había gran espera por la decisión de la justicia deportiva sobre la expulsión de Zlatan Ibrahimovic ante el Parma. Al final, el delantero sueco ha sido sancionado con una jornada “por haber realizado en el minuto 60′ del partido, haber hablado con actitud provocatoria una crítica irrespetuosa al árbitro”. Aparte de la sanción, se le ha impuesto una multa de 5.000 euros.
El club de Vía Aldo Rossi no presentará recurso a pesar que la directiva está convencida que Ibra no ofendió a Maresca y por tanto el sueco se perderá el partido del domingo ante el Genoa (12:30). Con la expulsión directa, habrían podido asignar una sentencia más dura, pero habría permitido al Milan el poder presentar recurso, lo que habrían podido aportar el audio como defensa.
Pero resta una gran duda sobre este asunto: no se habla de “actitud provocatoria” y de “crítica irrespetuosa” frente al árbitro, sino de “conducta injuriosa o de insultos frente al árbitro”. Una sola jornada de sanción, pero en Vía Aldo Rossi siguen convencidos de haber sufrido una decisión bastante anómala.
En dieciséis partidos, solo dos tarjetas amarillas en toda la temporada, nunca una sanción por “duras palabras” o “actitudes provocatorias”. Frente a la moral de Lukaku, si bien el belga ha sido sancionado dos veces por protestar. Nadie le ha dedicado páginas enteras y enteras conversaciones televisivas sobre el delantero nerazzurro.
En este caso solo pagan Milan e Ibra, pero si la Serie A quiere ser una liga de alto nivel como la Premier League, hará falta un gran cambio en la gestión arbitral pero también en la gestión de los propios partidos.