
Desde ayer Paulo Dybala pertenece a una nueva especie desconocida para él: los cero coste, los agentes libres. Es un jugador sin contrato, un parado de lujo: atrevido solo con pensarlo hace unos meses. Incluso cuando se entendía que la Juve no lo renovaría, había una certeza razonable de que Joya se casaría en otro lugar en el tiempo. En cambio, aquí está julio y detrás de Dybala se juega el primer derby curioso de la temporada: Inter y Milan en lados opuestos, con necesidades opuestas.
A partir de aquí el largo cortejo de los nerazzurri, súbitamente congelado también porque el apetito de Simone Inzaghi está lleno con Lukaku: más allá de la astuta espera de los rossoneri, que solo esperan condiciones favorables para conseguir el fichaje. En medio de él, un talento muy fino que ha visto cambiar su carrera desde la premisa inicial de grandeza. Por eso, estar sin equipo a pocos días del inicio de las concentraciones oficiales deja a la Joya con un sabor extraño.
Y sin embargo, un cierto nerviosismo comienza a cundir en su clan: se sentían cerca del apretón de manos definitivo con el CEO. Beppe Marotta y este gran resfriado ahora preocupan a todos. Sobre todo Paulo, que todavía quiere disputar la Champions League, preferiblemente en Italia. La perspectiva de vestir a los nerazzurri no ha desaparecido, de hecho el Inter sigue siendo la primera opción, pero el tiempo se acaba y la espera ciertamente no puede ser infinita.
Por eso, mientras tanto es mejor mirar alrededor y quizás volver a las cancillerías europeas: Fabrizio De Vecchi es el agente que acompaña a Jorge Antún, el polémico representante del argentino, y busca nuevas ofertas por el continente. Dubitativas como hace unas semanas, también por las altas exigencias del argentino.
El dinero solicitado, además del monto del bono de fichaje, llevó temporalmente el diálogo con el Inter a un callejón sin salida. Por su parte, los nerazzurri ya han ofrecido a Dybala un contrato de 6 millones de euros, atando uno de esos 6 al 50% de presencias mínimas de Paulo. Es un punto considerado decisivo por el Inter, dados los demasiados problemas de Paulo el año pasado, pero también un elemento de fricción con Antun.
Sin embargo, el acuerdo económico sería resoluble, en parte por la voluntad de Paulo de apostar por sí mismo y en parte por la posibilidad de insertar una cláusula de rescisión que protegiera a ambas partes. En todo caso, el problema es que, mientras Antun e Inter giraban en torno a un entendimiento (sin llegar a él), los nerazzurri movieron el visor y dejaron caer un pesado fardo: la llegada de Lukaku, fuertemente apoyado por Inzaghi, reescribió por completo la geografía del ataque y se añadió a la nómina un sueldo bruto de 12 millones.
Imposible para las finanzas nerazzurri agregar otro peso pesado: para hacerlo, ahora es necesario comenzar con dos peones al menos en la delantera. Además de Sánchez, al que acompañarán hasta la puerta con una indemnización, los nerazzurri están pensando en vender uno entre Edin Dzeko y Joaquín Correa. En este frente, sin embargo, todavía hay pocos cambios, pero los nerazzurri están atentos precisamente porque no han perdido de vista el objetivo más alto: conseguir que Joya se acerque a ella con Lukaku y Lautaro también.
La posibilidad de llegar a Milán a los nerazzurri depende, por tanto, de posibles salidas en el ataque de Simone, mientras que la espera del Milán tiene contornos más tácticos. No está en la ventana, sino mucho más. Y hablando de estrategias, la general del mercado rossonero prevé ahora una aceleración: si hasta ahora las negociaciones se habían ralentizado por la no renovación de Maldini y Massara, hoy toca adelantar.
Y es Dybala el que satisface todas las necesidades del Milán: un 10 de facto, que garantiza clase e imprevisibilidad. Es en esta dirección en la que el club invertirá gran parte del presupuesto de verano. Y hay más además de buenos pies: Paulo conoce el camino hacia el éxito, tiene un palmarés que brilla con copas y trofeos, por lo que puede mostrar el camino a sus compañeros más jóvenes y actuar como un símbolo del nuevo rumbo.
Paulo es del agrado de la directiva recién reelecta, pero también de los dueños estadounidenses, que buscan jugadores estrella, funcionales en el campo y en el nuevo proyecto de entretenimiento deportivo. Los obstáculos, sin embargo, siempre siguen siendo los costes. El Milán ha impuesto un límite que no quiere rebasar, la oferta oficial no puede superar los 4 millones más bonificaciones.
Si el Inter, bloqueado por las no ventas y ya satisfecho con Lukaku, diera un paso al costado, entonces los primos irían a la pole, aprovechando una oportunidad a precios más bajos. Y básicamente es por ese aspecto que pasa el futuro de Paulo: ¿ganar lo que se requiere, pero conformarse con menos atractivo (ver Newcastle), o bajar el listón económico para mantenerse ahí arriba, en lo más alto?
SKY: LAS IDEAS DEL MERCADO
Hablando en Sky Sport, Alessandro Sugoni informó las últimas noticias sobre Milán. Estas son sus palabras: “El Milan sigue pendiente de la situación de Ziyech que es el favorito para reforzar el extremo de ataque.”
“El jugador ha abierto las negociaciones para el Milan pero tendrá que bajarse el sueldo para facilitar la operación. Los perfiles siguen vivos: De Ketelaere, por al que aún no se le ha formulado oferta y por Berardi de Sassuolo”.
“Sobre Dybala, sin embargo, el obstáculo es el compromiso que exige el entorno argentino. El Milan piensa concentrarse más en el frente ofensivo, en cuanto a la defensa, se están haciendo valoraciones sobre cómo intervenir. Los nombres para la defensa son Acerbi, Diallo, Hincapiè y Theate. En el fondo, Bremer sigue, pero tiene un precio demasiado alto”.