
Stefano Pioli tiene hoy dos espaldas anchas como ésta: van de Nueva York a Milanello, pasando por via Aldo Rossi y los rascacielos de Porta Nuova, donde Zlatan Ibrahimovic disolverá pronto sus reservas sobre su tercera vida rossonera, cada vez más cercana. Todo por Pioli, Pioli para todos: porque la semana que acaba de pasar a los archivos no pasará sin duda a la historia como una de las más brillantes del Milan, pero no se trata de dramatizar.
Al contrario. El Milan es un equipo vivo -lo vimos en los primeros 45 minutos del show de Maradona- y, sobre todo, está en la carrera por sus objetivos de temporada: el Scudetto está ahora mismo a tres puntos y el calendario empieza a sonreír, los octavos de final de la Liga de Campeones están cuesta arriba, pero no son imposibles. Un éxito el 7 de noviembre con el PSG cambiaría las perspectivas y las percepciones. Las percepciones sobre Pioli, por otra parte, nunca han cambiado en el Milan: cuanto más le señalan los medios sociales -los cambios, la actitud táctica, las lesiones-, más le apoya el club.
Para la propiedad, Pioli era y sigue siendo un entrenador de fuego, el entrenador caballero que sabe sacar el máximo partido del capital técnico de que dispone y obtener resultados. Nunca se ha implicado en estrategias de mercado como esta temporada, y la sintonía con el consejero delegado Furlani, el responsable del área técnica Moncada y el director general D’Ottavio ha sido casi total. Pioli se implicó personalmente en la contratación de nuevos jugadores, de Pulisic a Loftus-Cheek, de Reijnders a Chukwueze, pidió y obtuvo perfiles funcionales al Milan que tenía en mente.
A las elecciones del mercado siguieron las del terreno de juego, y aquí Pioli sorprendió positivamente a la cúpula del club: con una plantilla tan profundamente renovada, un periodo de rodaje era un escenario a tener en cuenta, y en cambio el Milan arrancó con fuerza. En resumen, Pioli ha ganado tiempo a las previsiones iniciales, y los tropiezos en los grandes partidos -la Juve, pero también el PSG y el empate en Nápoles- no impiden al Milan mirar al resto de la temporada con la misma confianza que en agosto.
Gerry Cardinale, propietario número uno del Milan, nunca ha dejado de apoyar al entrenador: estará en San Siro para el partido de vuelta con el Psg el próximo martes. Entonces, quizás, el Milan habrá empezado a ganar de nuevo, porque el sábado llega el Udinese: un partido delicado pero absolutamente asequible y no el único. Después de haber dejado atrás todos los enfrentamientos directos (falta el Atalanta), de aquí al final de la primera vuelta, los rossoneri jugarán 6 partidos de 9 contra rivales de liga media-baja: es la gran ocasión y ‘pide’ puntos para el Scudetto.
El regreso de Cardinale a Milán podría propiciar un nuevo encuentro con Ibrahimovic, tras las reuniones de mediados de septiembre, cuando el Sr. RedBird y el ex delantero se vieron las caras durante dos días seguidos entre Milanello y un hotel del centro de Milán. Desde entonces hasta ahora, los contactos entre el propietario y Zlatan se han mantenido vivos, muy vivos: Ibra también ha hablado del posible regreso con el consejero delegado Furlani y las reflexiones continúan, aunque quienes conocen a Zlatan hablan de un Ibra intrigado.
La fumata blanca podría estar mucho más cerca de lo que sugieren las partes. Y un Ibrahimovic de vuelta a Milanello, quizá en calidad de colaborador de Pioli, en estrecho contacto diario con el equipo, haría felices a todos: al entrenador, que con Zlatan ha soldado un eje decisivo para devolver al Milan al éxito en Italia, y al propio Ibrahimovic, implicado en un proyecto que le vería operativo
Ahora más compacto Con Zlatan a su lado en el vestuario, Pioli redescubriría el liderazgo inimitable (palabras suyas) de un campeón que hasta hace unos meses era un ejemplo para sus compañeros. Pero la gestión del grupo, para el técnico rossonero, nunca ha sido un problema y tampoco lo es ahora: entre París y Nápoles ha habido momentos de tensión, desde las frases de Calabria en el Parque de los Príncipes hasta las reacciones de Leao y Giroud tras los cambios de Maradona, pero todo se devolvió rápidamente, digamos que en el espacio de un viaje en avión.
Una cosa, sin embargo, es cierta: Pioli, en esos postpartidos, no fue el único al que no le gustó. Por instintivas que fueran, ciertas declaraciones tampoco gustaron en el club, y el equipo captó el mensaje. Porque para despegar, este Milan tendrá que estar unido.

MIRANDA PODRÍA LLEGAR EN ENERO
El Milan 2023/24 se configuró según un plan preciso: ofrecer a Pioli dos opciones por puesto, más o menos en todas las zonas del campo. Misión cumplida casi en su totalidad, ya que en la izquierda los rossoneri empezaron y terminaron con el mismo objetivo: fichar a un suplente de Hernández.
La cuestión no es nada sencilla, aunque sólo sea por el trajín de posibles sustitutos que se han sucedido en Milanello en las últimas temporadas: en esa banda han estado Dalot, que llegó cedido en seco por el Manchester United pero que se ha adaptado (el portugués juega por la derecha), Ballo-Touré, jugador reserva y una montaña de dudas que provocó su salida al final del último mercado de fichajes, y Florenzi, un exterior con experiencia pero que también se ha adaptado a la izquierda en caso de necesidad.
Un nombre aparece ahora en la libreta de los directivos de Portello y es el de Juan Miranda, español del Betis de Sevilla en 2000: el Milan le echó el ojo este verano, lo negoció, intentó vestirle de rojinegro cuando Saelemakers estaba a un paso del club andaluz, pero al final no se concretó nada. Todo aplazado, bien hasta el próximo verano, bien hasta enero.
De antemano el contrato de Miranda expira en junio y no tiene intención de renovarlo. Sobre todo porque Miranda ya ha dejado claro que el club rossonero sería una solución más que bienvenida. Sin embargo, para superar a la competencia y echar gasolina por la izquierda esta temporada, Furlani y Moncada podrían intentar dar el salto en enero.
Con un gasto de 3 millones, el Betis podría dejar marchar a Miranda: el club verdiblanco aún podría hacer caja con un jugador que corre el riesgo de decir adiós a cero. Ramón Planes, director general del Betis, trató de barajar las cartas: “Con Juan llevamos tiempo hablando de una ampliación. Hay dos voluntades, que hay que respetar, pero el deseo del club es que Miranda renueve”. El Milan se asoma a la ventana y se prepara: enero está cerca. Y si llegan señales de una apertura del Paok de Salónica por Kostantinos Koulierakis, central griego de 19 años…