Milan viento en Copa

Acabar último de la Europa League y levantar la copa el 22 de mayo en Dublín haría más rico al Milan. En el palmarés (porque sería el 19º trofeo internacional, el único ganado en la historia del club) y en las arcas. No estamos al nivel de los premios de la Liga de Campeones -que el año pasado, con los rossoneri como semifinalistas, reportaron casi 130 millones y que esta temporada han garantizado unos 65 sólo por la fase de grupos-, pero la cifra seguiría teniendo su justificación: estamos en torno a los 40 millones, una base excelente para financiar la compra de un nuevo delantero centro el próximo verano. ¿Cómo se conseguiría?

Primero con los premios de la Uefa, que hasta ahora han reportado al Milan 1,7 millones entre el acceso a los playoffs y el pase a octavos de final: el menú aún prevé 1,8 millones de euros por la clasificación para cuartos, 2,8 por las semifinales, 4,6 por la final y otros 4 millones en caso de ganar la Copa. Eso hace un total de 14,9 millones, a los que habría que añadir el market pool (de 5 a 10 millones) y el pase para la próxima Supercopa de Europa (otros 3,5 millones).

Otra partida, la recaudación de taquilla: en el partido de ida de la eliminatoria contra el Rennes, los 69 mil espectadores de San Siro aportaron 2,5 millones y es muy probable que la recaudación del desafío contra el Slavia de Praga del jueves pueda generar unos ingresos similares. Entre los cuartos de final y las semifinales, sin embargo, es razonable suponer que la olla se hará más rica, porque las apuestas subirán y el nivel de los adversarios también (imaginemos un hipotético Milan-Liverpool: por fascinación y valores en el campo, sería Champions ‘disfrazada’ de Europa League). Sumando todas las partidas, por tanto, se llegaría a unos cuarenta millones. Y los ingresos estacionales de las copas de Europa superarían los cien millones.

Al fin y al cabo, Stefano Pioli ya lo ha hecho: el año pasado condujo al Milan a un paso de una final europea, la más prestigiosa. Ahora toca repetir, pero también mejorar, porque esta vez habrá que jugar por la Copa y levantarla: no será fácil, pero es la única manera de aferrarse al Milan.

Hace un año, antes de los octavos de final de la Liga de Campeones contra el Tottenham, el Milan estaba aún peor que ahora: a años luz del liderato de la Serie A (a -18 del Nápoles), con una defensa que se desmoronaba (10 goles encajados en los 4 partidos anteriores al desafío contra los ingleses) y una crisis de identidad táctica que parecía irreversible. Ayer como hoy, el tribunal social había identificado, juzgado y condenado al culpable: el entrenador.

El punto de inflexión se materializó en ese mismo momento, porque cuando Kane y sus compañeros aparecieron en San Siro, el Milan se reencontró a sí mismo, cerró la puerta y cabalgó hasta la semifinal con el Inter, ajustando el paso en el campeonato y logrando la clasificación para la Liga de Campeones. El Milan, que el jueves se enfrentará al Slavia en la ida de los octavos de final de la Europa League, ha recuperado hombres (salvo Pobega, todos disponibles, lo que no ocurría desde octubre), solidez defensiva (con el Lazio acabó sin encajar goles, después de haber recibido ocho entre Monza, Rennes y Atalanta) y, sobre todo, ha respondido con orgullo a la reprimenda londinense de Cardinale: el éxito en el Olímpico pesa más que los tres puntos ganados.

Es la mejor manera de entrar en la “zona Pioli”, la de los finales de temporada in crescendo: ya sea una confirmación por sorpresa, el regreso a la Liga de Campeones ocho años después de la última vez, un Scudetto o una semifinal de la Liga de Campeones, nunca subestimes al diablo Pioli y su cola.

Giroud, el sabio, sopesó sus palabras: “Somos un poco modestos y un poco favoritos, pero podemos ganar”. Loftus-Cheek, el fanfarrón, fue directo al grano: “Tenemos cualidades para levantar la Copa”. Una fanfarronería más que justificada: acababa de sorprender al Rennes con un doblete y volvía a marcar en la Copa cinco años después de la última vez, adivinen en qué torneo… Sí, porque la Europa League es su copa.

Y la de Oli también: la ganaron juntos con el Chelsea en 2019 y ahora enseñan el camino a sus compañeros del Milan. Que tienen talento pero aún no han levantado un trofeo continental. Los que sí lo han hecho son minoría: Pulisic (Champions con el Chelsea, como reserva), Theo y Jovic (Champions en el Real, como extras) y Chukwueze (Europa League con el Villarreal: en España era un intocable, en el Milan es el único del banquillo que no marca goles).

Giroud intercaló la Copa que ganó en Bakú entre dos triunfos aún más preciados, el Mundial 2018 y la Liga de Campeones 2021, pero es en la Europa League donde su nombre se ha convertido en sentencia: 11 goles en 14 partidos, incluido el cabezazo que abrió el 4-1 al Arsenal en la final. Oli nunca ha marcado en Europa como en aquel año mágico: hoy le cuesta, pero es poco probable que Pioli se prive de su experiencia con el Slavia (ya atravesado y perforado por Giroud… en la Europa League).

Loftus-Cheek se ha lanzado a por la Copa con el hambre de quien la última vez se levantó de la mesa demasiado pronto: en 2019, tras un torneo jugado a lo grande, tuvo que ver la final desde la grada por una inoportuna lesión. Su cita con el destino ya está reservada.

Pioli se tomará hoy un tiempo para hacer la convocatoria. El Milan regresará hoy a los entrenamientos tras 48 horas de descanso post-Lazio y el grupo se estirará. Todos los jugadores estarán disponibles excepto uno: Tommaso Pobega, que aún necesita tiempo para recuperarse de su reparación del tendón del recto femoral izquierdo. Fue operado justo antes de Navidad y se calcula que se recuperará en cuatro meses. Para Pioli, tras el caso de las lesiones en otoño, es un gran suspiro de alivio.

Gerry Cardinale citó las lesiones como punto crítico en su análisis de la temporada y tiene razón, desde luego ahora la defensa ha renacido. En febrero regresaron Fikayo Tomori, Pierre Kalulu y Malick Thiaw, mientras que Davide Calabria estuvo de baja unos diez días, pero ya está bien. Es fundamental. El Milan volverá a jugar esta semana, el jueves y el domingo, con la esperanza de tener un calendario completo en abril y mayo.

Si se añaden los compromisos con las selecciones -a finales de marzo vuelve el parón, con los clásicos viajes intercontinentales-, se entiende que las rotaciones serán necesarias. En la delantera habrá menos rotaciones, más interesante ver cómo cambiará Pioli en el medio y en la defensa. En el centro del campo hay cinco jugadores para tres camisetas, con Loftus-Cheek como auténtico y único titular: Adli, Reijnders, Bennacer y Musah pueden alternarse en las dos posiciones por delante de la defensa. En la zaga, Pioli ya puede elegir (y desde luego no tendrá que recurrir a Theo como central atípico). En total, excluyendo a Caldara y a los jóvenes, hay 24 jugadores disponibles de 25. Esto no sucedía desde el otoño.

POSIBLE AMISTOSO EN PERTH (AUSTRALIA)

Milan y Roma están valorando seriamente el jugar un partido amistoso en Perth (Australia) al acabar la temporada. Posible fecha: 31 de mayo en el Optus Stadium. Se espera el anuncio en los próximos días. La última jornada de la Serie A se disputa el 26 de mayo, mientras que la final de la Europa League será el 22 de mayo, que ambos esperan jugar.