
Un gol en dos horas y 48 minutos. Parece que fue ayer, cuando los aficionados del Milan deliraban con el nuevo ataque de cuatro estrellas: Pulisic, Joao Félix, Leao y Giménez. Para ser enfáticos, ‘Los 4 Fantásticos’. Para tomárselo con calma, cuatro jugadores ofensivos de gran calidad. Conceiçao fue a por todas en la Liga de Campeones: los mandó desde el principio contra el Feyenoord, tanto en la ida como en la vuelta, sólo para marcar el gol de Giménez al principio de la vuelta. No fue precisamente una combinación entre los cuatro: un saque de esquina con centro de Malick Thiaw. La calculadora, sumando la primera parte del Torino-Milán, dice que las cuatro estrellas, juntas, marcaron un gol en 168 minutos. Muy poco.
Conceiçao, en Turín, anuló el experimento en el descanso, y luego reintrodujo una versión B del ataque de cuatro hombres, con Giménez-Abraham como pareja de área, Pulisic por la derecha y Joao Félix por la izquierda. En la Liga de Campeones sustituyó a Pulisic dos veces alrededor de la hora de juego, una por su problema físico y otra por la expulsión de Theo Hernández. Equilibrio: El Milan tuvo algunas ocasiones de gol -el contragolpe de Leao en Holanda, el cabezazo de Giménez contra Toro-, pero nunca fue demoledor.
¿Explicaciones? Los cuatro delanteros tienen problemas individuales y departamentales. Pulisic no está bien, Leao se enciende y se apaga también porque Conceiçao claramente no le quiere, Joao Félix no es muy decisivo, Giménez ha hecho algunas buenas jugadas individuales pero necesita al equipo para tener impacto. El Milan, por su parte, históricamente lucha contra defensas cerradas y esos cuatro llevan juntos veinte días, además con un entrenador como Conceiçao que no tiene la fase ofensiva como prioridad: se necesita tiempo.
Para la gran paradoja, sin embargo, hay que mirar la clasificación de la Serie A. No la columna de los puntos, sino un poco más allá, la de los goles marcados. El Milan tiene el séptimo mejor ataque de la liga, con 37 goles. Inter y Atalanta están en otro planeta, con 59. También están por encima de ellos el Lazio, el Fiorentina, el Bolonia y un equipo mucho más equilibrado como el Nápoles. En las muchas rarezas del Milan 2024-25, esta está entre las primeras. Pulisic, Joao Félix, Leao, Giménez, Chukwueze, Abraham, Sottil y Jovic no ganan ni de lejos 30 millones. Cómo pueden cobrar tan poco, al menos en parte, sigue siendo un misterio.

¿VENDERÁ EL MILAN A SUS ESTRELLAS?
La noche de las estrellas fugaces en el Milan ha llegado mucho antes de agosto. Mike Maignan, Theo Hernández y Rafa Leao viven, de hecho, su momento más complicado desde que están en Italia. Al mismo tiempo, las tres estrellas del último Scudetto se han oscurecido en una temporada que calificar de oscura es quedarse corto.
Como reflejo, todo el equipo cayó: fuera de la Liga de Campeones, séptimo en la liga. Tanto que no sólo entre los aficionados, sino también dentro del club, se ha sembrado la semilla de la duda: ¿hay que seguir juntos? El partido del no es ahora fuerte en Via Aldo Rossi. Tanto que la desinversión es más que una hipótesis.
Stefano Pioli contaba en una entrevista reciente cómo Theo y Leao eran capaces de influir, positiva y negativamente, en el resultado de un partido. Cierto, es la prerrogativa de todo futbolista superior, y en casi todas las hazañas rojinegras de los últimos años está su mano. El Scudetto de 2022, el paseo por la Liga de Campeones de 2023. Hernández y Rafa al frente de un Milan en crecimiento. En 2024 los primeros síntomas de dificultad, hasta la crisis actual.
El problema es que en 2024/25 las carreras en las que faltaba la aportación de ambos superaban con creces a las que estaban en estado de gracia. Y luego está Magic Mike. Muy Mike (en inseguridades humanas) y poco Magic primero en Rotterdam y luego en Turín, sin entrar a mencionar los otros episodios en los que el portero francés pudo (y debió) hacer más. Los bajones de forma le ocurren a todo el mundo, pero al Maignan del Scudetto y del “paratissime” en la Liga de Campeones se le ha visto esporádicamente en el último año y medio. Por otra parte, el número de errores ha aumentado.
El Milán de Fonseca primero y Conceiçao han sido traicionados al menos por una de sus estrellas. Ya fuera el pato de Maignan, la locura de Theo o la apatía colgante de Leao. ¿La última vez que los tres juntos estuvieron a la altura de su talento? Hay que remontarse al 6 de enero. Hernández iniciando la remontada sobre el Inter con un gran lanzamiento de falta, Maignan bloqueando a Dumfries en el 2-2, Rafa cortando hacia el corazón de la defensa nerazzurra y sirviendo la asistencia del 3-2 a Abraham. ¿Resultado? Supercopa para el Milan, el primer trofeo de la era RedBird. Porque Pioli tiene razón, ciertos jugadores se mueven para bien o para mal.
Si lo hacen más de mala manera, entonces hay que tomar nota, más allá de la figura técnica superior. Hay dos caminos. El primero: encontrar la manera de que Maignan, Theo y Leao vuelvan con regularidad al nivel del campeonato. Más fácil decirlo que hacerlo, al menos teniendo en cuenta los intentos fallidos hasta ahora de Fonseca y Conceiçao. Los dos entrenadores portugueses han utilizado más el palo que la zanahoria, al menos con el lateral y el delantero, invirtiendo el rumbo de Pioli. Pero los resultados no llegaron de forma constante.
Pero cuidado: ya en la última etapa con el técnico emilianense, las estrellas de Theo y Rafa empezaban a apagarse. ¿Y la segunda vía? La separación. Dolorosa, porque hay poco que decir del talento de los tres, y el recuerdo de lo que dieron al Milan vive en la mente de todos. Pero un club no puede razonar sólo con el corazón. Y además de las consideraciones técnicas, están las económicas. Maignan y Hernández tienen contratos que expiran en 2026: sin renovación, el riesgo de perderlos a cambio de nada es alto.
En el caso del portero, hace tiempo que se llegó a un principio de acuerdo para una ampliación (5 millones anuales hasta 2029, con opción a una temporada más juntos), pero aún no es garantía de que siga al 100% en el Milan. Para Theo, en cambio, las negociaciones de renovación se han estancado debido al horroroso rendimiento del francés y es complicado que se retomen. Leao, por su parte, tiene un contrato largo (expira en 2028) y una cláusula de 175 millones que difícilmente pagará nadie. Pero hoy pocos apostarían por su permanencia en el Milan. Quizá ni siquiera él.