Los tiempos y costes de San Siro

La jerga algidamente técnica -Docfap- oculta un mundo. Un mundo contenido en las 253 páginas del “Documento de viabilidad de alternativas de diseño” entregado en el Palazzo Marino el 11 de marzo por Milan e Inter y publicado ayer en la web del Ayuntamiento de Milán. En pocas palabras: salvo el proyecto ejecutivo del estadio (que verá la luz más adelante), trata de toda la realización de la nueva área de San Siro tal y como la concibieron los dos clubes. Modalidades, calendario, costes, volúmenes, impacto medioambiental: todo lo que el fútbol rojinegro milanés desearía convertir en realidad está ahí. Evidentemente, lo antes posible.

Ya se habían perfilado las líneas maestras del proyecto. Un estadio de 71.500 localidades, 13.000 de las cuales se destinarán a hospitality y corporate (es decir, las situaciones más rentables), que se construirá donde hoy están los aparcamientos, detrás del sector oeste, insertado en un contexto urbano reurbanizado con el 50% de las zonas verdes.

Las obras podrían comenzar en 2027, después de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026 (prohibición total de construcción hasta el encendido de la antorcha olímpica), con bandera a cuadros en 2030 y pleno funcionamiento en 2031. Se calcula que las obras auxiliares de la nueva instalación entrarán en funcionamiento entre 2033 y 2035. Por supuesto, la demolición (parcial) de San Siro, con la correspondiente recuperación, comenzará una vez finalizada la nueva planta, y durará tres años.

En cuanto a los plazos a corto plazo, tras la publicación ayer de la convocatoria pública de interés (que expirará a finales de abril) por parte del Ayuntamiento, la propuesta de compra de los clubes -se lee en los documentos publicados- está condicionada a la valoración positiva de Docfap por parte de la Conferencia de Servicios Previos y “la consiguiente confirmación de la declaración de interés público no más tarde del 30 de junio de 2025”, con la previsión del compromiso de estipular la escritura de compraventa no más tarde del 31 de julio de 2025.

También porque en noviembre entrará en vigor la limitación arquitectónica del segundo anillo del Meazza (70 años), con todas las complicaciones del caso. El Milán y el Inter estiman los costes totales en 1.250 millones, de los que 708 corresponden sólo a la construcción del estadio. El precio total del valor establecido para toda la zona por la Agenzia delle Entrate es – redondeado – de 197 millones (es decir, la misma cifra puesta en bandeja por el Milan y el Inter, descontados los posibles “descuentos” por obras de demolición/renovación), divididos de la siguiente manera: 72.983.260,97 euros es el valor del Meazza, 124.005.204,23 euros es el valor de las zonas circundantes.

En la zona habrá 55 mil metros cuadrados de zonas verdes y 72 mil metros cuadrados de aparcamiento subterráneo. En la zona también estarán las sedes de los dos clubes, un hotel, espacios comerciales y parques de 281 mil metros cuadrados. El nuevo estadio estará más alejado de las viviendas y se construirá sobre un podio que servirá de acceso para los aficionados. “Los días que no haya partidos, parte del podio se abrirá y se convertirá en una gran plaza urbana, integrada en el parque circundante”, señala.

Alrededor del estadio habrá una especie de ciudadela deportiva con un museo, tiendas del club, oficinas, hoteles, comedores y zonas verdes. La instalación cumplirá las especificaciones necesarias para albergar finales de la Liga de Campeones. El expediente indica que la composición de la instalación se caracterizará por dos anillos que citan la memoria histórica del proyecto de San Siro de los años cincuenta.

Dado que el Docfap es, por su propia definición, el documento de viabilidad de las alternativas del proyecto, Milán e Inter han incluido tres opciones en la carpeta, denominadas, precisamente, alternativas. Alternativa 1: ninguna intervención. Alternativa 2: reurbanización del Meazza-subdivisión. Alternativa 3: nuevo estadio-realización de la gran función urbana del Meazza. El proyecto rossonero gira obviamente en torno al tercer punto (el segundo había sido examinado y luego juzgado excesivo en la relación coste/beneficio).

Y los dos clubes presentaron, desde su punto de vista, los pros (muchos) y los contras (muy pocos) de todo el proyecto. ¿Los puntos fuertes descritos? Empieza por “instalación moderna”, es decir, una instalación de vanguardia, capaz de albergar acontecimientos de manera óptima, mejorando la experiencia de los aficionados. “Mejora de la zona circundante”: reurbanización de la zona, convirtiéndola en un centro atractivo para otras actividades económicas y sociales. “Sostenibilidad e innovación”: soluciones ecológicas, energéticas y de diseño innovadoras, que mejoren la percepción de la ciudad a escala internacional.

“Calidad de la experiencia”: resolución de problemas acústicos en el vecindario y de vibraciones en las instalaciones durante el evento. “Inclusividad”: resolución de los problemas de accesibilidad, eliminando las barreras arquitectónicas. “Adecuación de la instalación deportiva”: se diseñará conforme a las normas de la Fifa, la Uefa y la Figc. “Seguridad”: resolución de los problemas de seguridad y gestión de flujos. “Sostenibilidad y verdor”: aumento de las zonas permeables e incremento de las zonas verdes. “Adaptación infraestructural”: mejora del sistema viario mediante la reconstrucción total del túnel Patroclus.

¿Debilidades? Dos. El “elevado coste inicial”: la construcción de un nuevo estadio requiere una inversión considerable, compensada por los beneficios económicos que pueden obtenerse a largo plazo. El “impacto medioambiental”: la conservación parcial del estadio prevé una dinámica de compensación medioambiental. La huella de carbono es mayor al reconstruirse todo el estadio. Pero todo ello en un contexto en el que “el proyecto de transformación de la zona sobre la que se levanta el actual Meazza pretende convertir un no-lugar en una nueva polaridad para la ciudad y el barrio”.

Luego están los factores definidos como “oportunidades”. Crecimiento económico y turístico, regeneración urbana, un nuevo activo para el distrito (más atractivo), más inversión para la comunidad, implantación de zonas de aparcamiento, creación de una red ecológica (Mosaico San Siro), competitividad de los equipos a escala europea. Otros factores a mencionar: “Una nueva estructura permitirá un horizonte temporal extremadamente largo que podrá ampliarse aún más con trabajos extraordinarios de mantenimiento, lo que dará como resultado una vida útil de más de 100 años”.

Además, “se estima que la suma de las fases de construcción y edificación del nuevo estadio y las funciones de los inmuebles generará un impacto total en el PIB de 11.400 millones de euros en los próximos 10 años”. En términos de empleo, “generará y mantendrá un empleo acumulado de 129.050 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo”.