Gastar no rima con ganar

Casi 110 millones de euros en fichajes para pasar del segundo al noveno puesto de la clasificación. El Milan no ha reparado en gastos en las dos últimas sesiones de mercado, pero los resultados no han recompensado tanta generosidad. Algunas de las elecciones han sido erróneas, el campo lo ha dicho todo. E, indirectamente, también el propio club rossonero. ¿Un ejemplo? Emerson Royal había llegado en verano por 13,5 millones y, antes de la desagradable lesión que sufrió en los primeros minutos del partido de Liga de Campeones contra el Girona en enero, ya olía a salida.

El ex lateral del Tottenham iba a ser el nuevo dueño de la banda derecha, pero el Milan aprovechó la oportunidad de Walker en invierno también porque el rendimiento del brasileño no terminaba de convencer. ¿Y qué hay de la cuestión del delantero centro? En julio, creían haber encontrado al heredero de Giroud en Álvaro Morata -por quien, además de la cláusula de 13 millones de euros para liberarlo del Atlético de Madrid, el Diavolo había asumido un importante salario-, sólo para cambiar de planes al final del mercado de fichajes: salida del español (cedido al Galatasaray) y enorme desembolso por Santiago Giménez, que se convirtió así en la compra más cara de la era RedBird. 28,5 millones de euros acabaron en las arcas del Feyenoord, que, irónicamente, fue menos de un mes después el verdugo del Milan en la eliminatoria de la Liga de Campeones. Al destino le encanta burlarse de los rojinegros últimamente.

Zlatan Ibrahimovic había hablado de trabajo para completar una plantilla a la que sólo le faltaba rematar. Además de los mencionados Emerson Royal y Morata, Pavlovic, Fofana y Abraham también habían aterrizado en Milán. El defensa serbio alternó momentos emocionantes con periodos de bajón, entrando y saliendo de la titularidad un poco como el resto de centrales de la plantilla. Fofana, tras una primera parte de temporada positiva, pareció decaer, sobre todo desde el punto de vista físico. Mientras que Abraham, cedido por el Roma, ha costado el sacrificio (momentáneo) de Saelemaekers, que se ha impuesto más en la capital que el inglés a la sombra del Duomo.

Que la sesión anterior no había sido satisfactoria y que, de hecho, no había completado la tan anunciada labor de completar la plantilla lo confirmó el mercado de enero. De Walker y Giménez ya hemos hablado, pero el Milan añadió, el último día, los préstamos de Joao Félix y Sottil, así como la compra definitiva de Bondo.

El astro portugués, el hombre de calidad que podría haber iluminado el juego del Conceiçao, brilló en la tarde de su debut, para ir apagándose poco a poco y acabar en el banquillo. “Si se llega a un acuerdo con el Chelsea en verano, Joao Félix jugará en el Galatasaray la próxima temporada”, anunció en los últimos días su agente, Jorge Mendes. Su aventura en el Milan ya está llegando a su fin. Mientras que Sottil ha jugado con el cuentagotas y Bondo sólo ha encontrado hueco en los últimos partidos.

Los resultados, como se ha dicho, no han recompensado los esfuerzos. Y si, en la clasificación, el Milan está ahora llamado a una complicada remontada, desde el punto de vista económico, hay que señalar que la masa salarial ha aumentado desde la temporada pasada. Ciertamente, el mercado de enero -por caro que fuera- se diseñó y ejecutó, entre compras y cesiones, manteniendo casi invariable el coste de las amortizaciones y los salarios. Pero es inútil negar que el entusiasmo y la ilusión derivados de las huelgas de principios de febrero se esfumaron en un santiamén -apenas dos semanas después- debido a la decepción de la Liga de Campeones.

La eliminación en la eliminatoria ante el Feyenoord -también por la forma en que llegó- fue un mazazo que luego llevó casi por inercia a las tres derrotas consecutivas ante Torino, Bolonia y Lazio, haciendo aflorar todos los problemas. Desde Giménez que lucha y no marca hasta Joao Félix, un pez fuera del agua, pasando por el cansado Fofana o Pavlovic de nuevo en el banquillo. Y así un largo etcétera. La pregunta básica, sin embargo, sigue siendo una: ¿se equivocaron las compras o está pasando algo más?

Cuatro jugadores de Sergio Conceiçao están en el Milan de forma temporal y, en vísperas del verano, ya se ha empezado a hablar de posibles confirmaciones. Uno de ellos se quedará con toda seguridad: Kyle Walker será recomprado al Manchester City por 5 millones de euros, en vista de la calidad y la experiencia que ha aportado desde su llegada en un puesto que parecía maldito.

Suerte contraria, sin embargo, para Joao Félix, del Chelsea, que no tiene cláusula en su contrato de cesión y no ha impresionado: su agente, Jorge Mendes, ya habla de Turquía y del Galatasaray… Queda por saber el futuro de Riccardo Sottil, del Fiorentina, que probablemente jugará contra el Milan en estas nueve últimas jornadas de la Serie A: a día de hoy, los 10 millones de euros fijados para su rescate parecen muchos. Cerramos con Tammy Abraham: la situación debe discutirse con el Roma, pero también implica a Alexis Saelemaekers y la plaza es difícil de encontrar, dado el elevado salario que percibe el inglés.