Ni un remate a puerta

En el Milán de la desilusión constante, era probablemente inevitable encontrarse con el plato vacío tras el banquete real de Udine. Donde todo había funcionado tan bien como para permitir al equipo producir cuatro goles que incluso podrían haber sido más. Cuatro goles como sólo había ocurrido una vez más en esta liga, por cuatro goleadores diferentes como ocurre en las grandes orquestas.

De cuatro a cero, sin embargo, no es una desaceleración: es clavarse a 130 en la autopista por el carril rápido y es otra bofetada en la cara de un departamento que no conoce la paz a pesar de que el club le metió mano con fuerza en enero. Aun así, el Milan se las arregla para jugar partidos en los que se ve poco o nada en la delantera.

Impresiona alinear los nombres. De derecha a izquierda: Pulisic, Giménez, Leao, Joao Félix. En teoría, todo estaría ahí: juego, sentido del gol, imprevisibilidad, técnica, visión de juego, músculo. Luego, sin embargo, está la práctica. Y la práctica dice que demasiadas veces a lo largo de este desgraciado año el Diavolo ha terminado los partidos sin dejar huella en la fase ofensiva.

Una cosa por encima de todo, tras el pitido final del Milan-Atalanta: en el marcador de los rossoneri queda la miseria de un (1) tiro a puerta. Pero eso es sólo para las estadísticas, porque fue un tiro rebotado que se posó suave y dócilmente en los brazos de Carnesecchi. En resumen, los rossoneri nunca enmarcaron la red. Lo intentaron, claro. Jovic realizó una jugada fantástica en la primera parte, convirtiendo a Bellanova en una farola, pero luego envió fuera ese zurdazo con toda la portería por delante.

En la segunda parte, Leao se liberó bien, pero también él falló un disparo con la zurda desde una posición atractiva. Pulisic, por su parte, no se dejó ver en absoluto, entre los dobles marcajes de Bérgamo y un evidente cansancio subyacente. Por lo demás, no siempre se pueden esperar medios milagros de Abraham, que quizá se esté reservando otra hazaña para el derbi del miércoles.

En cuanto a Joao Félix, la situación es clara, dolorosa e inequívoca: una apuesta desgraciadamente perdida, un tipo en busca de escaparate y redención que acabó eclipsándose en parte por su propia culpa pero en parte por culpa de un equipo incapaz de apoyar a los hombres ofensivos como debería.

Que se lo pregunten a Giménez, que esta noche ha recuperado algunos minutos tras su lesión pero que, en general, ha salido demasiado pronto. Hay quien argumenta que es suficientemente bueno para la liga holandesa (traducido: no está a la altura de la Serie A), pero una parte del argumento esgrimido para Félix también se aplica a él. Es difícil dar lo mejor de uno mismo cuando el equipo no le pone en condiciones de hacerlo. Mañana en la Copa Italia, tras el 1-1 de la ida, la clasificación depende de los goles: hay que reencontrarse con el Milan de Udine.

¿QUIÉN DEBE JUGAR EN ATAQUE MAÑANA?

Dentro o fuera. El Milan, tras la derrota en casa a manos del Atalanta que comprometió casi definitivamente sus esperanzas de jugar en la Europa que cuenta la próxima temporada, se prepara para enfrentarse al Inter en el desafío válido por la vuelta de las semifinales de la Copa Italia, así como por el quinto derby de la temporada en este 2024/25. Se trata de un partido crucial que puede devolver al Milan la posibilidad de ganar un trofeo que falta en sus vitrinas desde hace nada menos que 23 años, además de darle la posibilidad más rápida y concreta de jugar al menos la Europa League la próxima temporada.

El mejor Milan será necesario para alcanzar la final y mantener inmaculado su récord en los derbis de esta temporada, en los que los rossoneri aún no han sufrido ninguna derrota (dos victorias, incluido el triunfo en la Supercopa de Italia, y dos empates, entre ellos el de la ida de estas semifinales). El técnico Sergio Conceicao tendrá dos armas más a su disposición para el encuentro con los Nerazzurri de Inzaghi, ya que tanto Ruben Loftus-Cheek como Kyle Walker participaron en la sesión completa con el grupo durante el entrenamiento de hoy en Milanello.

El único jugador no disponible sigue siendo Emerson Royal, que se encuentra en pleno programa de recuperación de su lesión. Los dos ingleses se han recuperado, pues, de un ataque de apendicitis y de una fractura de codo, respectivamente. Diferentes posibilidades de jugar desde el 1′, con el ex-lateral del City probablemente como titular.

Conceicao está estudiando la mejor formación posible para jugar contra el Inter y, con toda probabilidad, volverá a apostar por la defensa de tres. Por delante de Maignan, espacio de nuevo para Tomori y Gabbia, con Thiaw listo para ocupar el lugar de Pavlovic en la retaguardia rossonera. En el centro del campo, Fofana y Reijnders se confirman en el medio, con Theo en la banda izquierda y una papeleta por despejar entre Jiménez (para un Milan más ofensivo) y Walker (para aportar más equilibrio).

En ataque, no hay dudas con Pulisic y Leao en las bandas, mientras que la incógnita sigue siendo el puesto de 9: Jovic fue titular ante el Atalanta para dejar paso a Abraham en el choque copero, pero aportó respuestas importantes en todos los aspectos. El inglés de origen romaní calienta motores y tiene excelentes sensaciones contra los nerazzurri -léase Supercopa y partido de ida-, mientras que Santiago Giménez está totalmente recuperado del golpe sufrido contra el Fiorentina, pero parece haber descendido en las jerarquías del gusto del técnico portugués. El delantero mexicano será un arma oportuna en los partidos en curso.