
Al margen de la presentación del XX Torneo Amici dei Bambini, Matteo Gabbia, defensa del Milan, realizó unas declaraciones a los medios: “La última noche en la Liga de Campeones no fue fácil. Hablamos entre nosotros, nos enfrentamos y comprendimos que el único camino en este momento es trabajar, poner el máximo en lo que hacemos. La temporada aún es larga: está el campeonato, está la Copa de Italia, tenemos objetivos. Tenemos la obligación moral de darlo todo por nosotros y por los aficionados que siempre nos siguen. En consecuencia, debemos intentar llegar a ellos, hacerlo lo mejor posible. Nos proponemos hacerlo”.
¿Por qué es tan inconstante este Milán?
“Ciertamente sabemos que nuestra temporada no puede dejarnos satisfechos porque ha habido momentos en los que hemos hecho buenos partidos pero no siempre hemos conseguido tener la continuidad que se necesitaba. Hablamos entre nosotros, dijimos cosas que quedan entre nosotros, son conversaciones que deben quedar en nuestro vestuario, con el entrenador y el staff. Debemos intentar hacerlo lo mejor posible para la temporada, de la forma correcta y para los aficionados”.
¿Se disculpó Theo por la mala noche?
“Sí, desde luego. Inmediatamente después del partido pidió disculpas al grupo. Desde mi punto de vista, ni siquiera debería haberlo hecho, pero le conozco desde hace muchos años: sé lo mucho que le importa esta camiseta, el Milan, los aficionados, todo lo que es el mundo milanista. Así que no estaba contento, estaba decepcionado, estaba deprimido”.
“Es nuestro activo, es nuestro campeón, sabemos que tuvo una mala noche, pero como ha tenido en el pasado tendrá muchas más buenas noches que nos harán ganar puntos y trofeos. Todo nuestro apoyo está en Theo, en hacerle sentir bien, en hacerle entender que cometió un error en una ocasión que era importante, pero no hay nada que añadir. Lleva al Milan en el corazón y seguro que lo demostrará”.
¿Cómo consiguió ganar dos veces al Inter y luego tener dificultades contra equipos objetivamente menos fuertes, como el Dinamo de Zagreb y el Feyenoord?
“Creo que por muchos partidos que consideres más fáciles tienen sus dificultades, a veces también depende de nosotros. Es justo que también nos miremos en el espejo y asumamos nuestra responsabilidad. Yo in primis por ejemplo en Zagreb. Es normal que muchos partidos sean difíciles, que el resultado no siempre pueda ser magnífico. Es normal que en una temporada haya altibajos, nuestro objetivo es hacerlo lo mejor posible para que haya más subidas que bajadas”.
Cuando Conceiçao dice “entorno a cambiar”, ¿a qué se refiere? ¿También a la dinámica dentro del vestuario?
“No, no lo creo. Es muy sincero con nosotros sobre lo que tenemos que mejorar, nos lo ha dicho desde que llegó y nos lo sigue diciendo hoy. Las declaraciones que hace el entrenador hay que preguntárselas a él, yo sé lo que el entrenador quiere de nosotros e intentamos seguirle en todo momento”.
¿Hablaste con Ibra después de la derrota?
“Zlatan, como el club, siempre está a nuestro lado. Tanto cuando las cosas van bien como cuando van mal están ahí y hablan con nosotros, nos hacen entender su punto de vista. En este caso Zlatan habló con nosotros y obviamente no puedo decirte lo que nos dijo. Hay cosas que deben quedar entre nosotros. Sólo quería que entendieras que el apoyo de la sociedad siempre está ahí, tanto en lo bueno como en lo malo”.

UN DESASTROSO MERCADO EN 2024/25
No sería una tragedia, pero un fracaso seguro. Si los dos presupuestos consecutivos cerrados con el signo “+” permitirían al Milan, desde un punto de vista puramente financiero, vivir sin excesivos dramas un eventual fracaso en la clasificación para la próxima Liga de Campeones, desde un punto de vista deportivo, no alcanzar el objetivo tendría graves consecuencias.
No sólo porque a principios de temporada -tras el segundo puesto del año anterior- se había subido el listón con declaraciones públicas en las que incluso se hablaba del Scudetto, sino también porque el club invirtió mucho tanto en verano como, sobre todo, en enero para aspirar a acabar al menos entre los cuatro primeros. Por un lado, el Milan ha gastado unos 110 millones de euros en fichajes y préstamos, y por otro ha elevado considerablemente la masa salarial.
Por supuesto, al mismo tiempo se vendieron jugadores y aumentaron los ingresos comerciales, pero el hecho de que Santiago Giménez fuera comprado por 28,5 millones más primas en los últimos días del mercado de fichajes, marcando un nuevo récord de gasto en la era RedBird, es significativo de hasta qué punto las ambiciones del club no pueden tolerar una temporada fuera de la Europa que cuenta.
La continuidad en el crecimiento de los ingresos y, en consecuencia, de las inversiones difícilmente puede prescindir de la Liga de Campeones, sobre todo si uno se ha llevado la mano a la cartera para asegurarla. En algunos casos bien (Fofana, Pavlovic, Giménez y Bondo, por su nivel o edad, son una base sólida para el futuro), en otros un poco menos: en enero, el Milan se despidió de Álvaro Morata tras apenas cinco meses y medio en el club rossonero y, de no haberse lesionado, quizá Emerson Royal tampoco estaría hoy en el Milan.
Hablamos de 27 millones gastados en verano por los dos tapados más importantes salarios (unos 5 millones anuales por Morata, 2,5 por el brasileño). Abraham, Joao Félix, Walker y Sottil, en cambio, llegaron cedidos. Los tres primeros han contribuido a elevar fuertemente el tope salarial. Y si para Walker y Sottil la decisión de continuar juntos depende básicamente del AC Milan, de momento el futuro de Abraham y Joao Félix está en manos de los clubes que poseen sus insignias, el Roma y el Chelsea.
Si no se quedaran en Milán, el gasto del oneroso préstamo y su salario sólo podrían justificarse con la consecución de resultados. Lo cual, tras la eliminación de la Liga de Campeones, a estas alturas sólo sería aceptable con el cuarto puesto, sin olvidar la Copa Italia, en la que los rossoneri ya están en semifinales y esperan al ganador entre Lazio e Inter.
La situación, en definitiva, aún es remediable, teniendo en cuenta que ya se ha añadido un trofeo a la vitrina -el primero de RedBird-, la Supercopa de Italia. Que aportó a las arcas más o menos la misma cantidad de dinero perdida por no pasar a octavos de final de la Liga de Campeones. Las cuentas cuadrarían menos si las cosas no se asentaran en la liga.