
Un trofeo más en la vitrina y… más. Puede que la Coppa Italia no tenga el atractivo de la Liga de Campeones o del Scudetto, pero para el Milan representa hoy el único objetivo realista que le queda. Con no menos de tres razones válidas para aspirar a levantarla, además del evidente laurel deportivo, que se desprende en primer lugar de las semifinales contra el Inter (y huelga decirlo, los derbis nunca son partidos como los demás).
La primera: de momento, el Diavolo estaría fuera de las copas internacionales la próxima temporada, pero ganar la Coppa Italia le da derecho a participar en la Europa League. La segunda: incluso el mero hecho de llegar a la final de Roma podría bastar para participar en la próxima Supercopa de Italia (más sobre esto más adelante…). La tercera: puede ser una fuente de ingresos.
Por supuesto, el premio en metálico no es tan cuantioso como el de otros eventos, pero aún así representaría un buen ahorro adicional, especialmente para un Milan que ahora está lejos de la zona Champions en el campeonato. Haciendo un cálculo rápido, ganar la Coppa Italia aportaría a las arcas rossoneras un mínimo de 11-12 millones de euros.
El Milán ya ha cobrado cerca de 3 millones -sólo en premios- al alcanzar las semifinales. A esta cifra habría que añadir la taquilla de los partidos ya disputados en San Siro contra el Sassuolo y el Roma, más la del encuentro en casa contra el Inter del 2 de abril. Llegar a la final daría otros 2 millones, que pueden aumentar a 4,6 en caso de ganar el trofeo. Todo se reduce al doble derbi de semifinales. En Milán, ganar a sus rivales no salva una temporada, pero en definitiva, si tras los éxitos en la ida en la liga y en Riad en la Supercopa, llegara también el pase de ronda a costa de los nerazzurri en la Coppa Italia, para los aficionados del Diavolo sería algo más que un consuelo.
Pero como se ha dicho, la Coppa Italia también puede ser la vía más accesible a Europa. Los volúmenes de la Europa League están lejos de los de la Liga de Campeones, pero mejor que nada… Mejor más bien. Participar garantiza unos 4,3 millones, que pueden crecer con los premios por los partidos individuales (450 mil euros por cada victoria y 150 mil por cada empate en la fase de grupos única), la colocación en la clasificación (600 mil euros por las ocho primeras posiciones, 300 mil por el acceso a los playoffs) y, obviamente, el avance de ronda, hasta un máximo de unos 21,5 millones más en caso de éxito final.
Además de la Europa League, la Coppa Italia es ahora el único medio de que dispone el Milan para aspirar a participar en la próxima Supercopa de Italia. El segundo puesto del campeonato, de hecho, está a 16 puntos. Así pues, para defender como vigente campeón el título conquistado en enero en Riad, en uno de los pocos momentos felices de la presente temporada, los rossoneri deberían llegar al menos a la final de Roma, el 14 de mayo. Y aquí se abre un capítulo aparte, porque la fórmula de la próxima Supercopa aún no es segura: podría permanecer con cuatro equipos -como en las dos últimas ediciones- o limitarse a dos (el campeón italiano contra el ganador de la Coppa Italia) -como antes de 2024-.
En el segundo caso, sería necesario ganar la final en el Estadio Olímpico. Tampoco se sabe aún con certeza el lugar donde se celebrará el trofeo (¿Arabia Saudí u otro lugar?), los ingresos para los participantes y la dotación económica del premio. En Riad, el Milan se llevó unos 11 millones al ganar la Supercopa.
Evidentemente, si volviéramos a la fórmula con dos equipos, el premio en metálico sería menor. En cualquier caso, la mera participación garantiza más o menos 2,5 millones en el formato de cuatro equipos y 3 en el de dos. Además, por supuesto, de la posibilidad de ganar otro título. Por cierto, el Milan no levanta dos trofeos en un mismo año desde 2007/08. Entonces fueron la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, hoy podrían ser la Supercopa de Italia y la Copa Italia. En una temporada negra, sería maná del cielo.