El Milan no pierde, pero se vuelve a ver lo mismo sucedido ante el Pisa y en otros empates, hoy es más grave si cabe porque pasaron de ganar 0-2 a acabar 2-2 y pudieron haber perdido claramente: mala decisión de Allegri de poner a Estupiñán de inicio (el peor hoy), pero muy bajas notas para Nkunku y por las ocasiones falladas por Pulisic y sobre todo por Saelemaekers… otros dos puntos que se escapan hoy.
PRIMERA PARTE
El partido en el Tardini comenzó con un Parma decidido a tomar la iniciativa, intentando construir juego desde atrás y sostener la posesión. Sin embargo, el primer golpe llegó da la parte del Milan casi de manera inesperada. A los 12 minutos, Saelemaekers sorprendió a todos con un disparo desde el borde del área. La trayectoria no parecía imposible, pero Suzuki, portero del Parma, no logró reaccionar con la rapidez adecuada, permitiendo que el balón se colara y poniendo así el 0-1 en el marcador.
El Parma intentó reaccionar y, poco después, Cutrone llegó a marcar un gol que habría supuesto el empate. Sin embargo, la acción fue anulada de inmediato por fuera de juego claro del ex-delantero rossonero. La jugada sirvió para encender un estadio que hasta ese momento había visto más posesión que profundidad por parte del equipo local.
El Milan, por su parte, mantuvo la calma y empezó a jugar con mayor confianza, buscando explotar los espacios. Al minuto 20 llegó una de las acciones clave del primer tiempo: Saelemaekers, nuevamente protagonista, cayó dentro del área después de un contacto con Ndiaye. El árbitro inicialmente señaló el punto de penalti y, tras una revisión en el VAR, confirmó su decisión. Desde los once metros, Rafael Leao fue completamente frío y certero: disparo cruzado, imposible para Suzuki, y 2-0 para el Milan.
Con el doble ventaja, el equipo de Allegri pasó a controlar la dinámica del encuentro. Movió el balón, ralentizó el ritmo y buscó reducir riesgos, mientras el Parma trataba de rearmarse para no desmoronarse mentalmente. Aun así, los locales tuvieron una oportunidad muy clara para reabrir el partido: Delprato, en una acción dentro del área pequeña, forzó una intervención complicada de Maignan, quien resolvió la situación con seguridad.
Parecía que el partido se iría al descanso con una ventaja cómoda para el Milan, pero en el tiempo añadido llegó el golpe que devolvió vida al Parma. Bernabé aprovechó un balón cercano al área y soltó un potente zurdazo directo al ángulo, imposible incluso para un guardameta de élite como Maignan. Una acción de pura técnica individual que dejó el marcador en 1-2 antes del entretiempo.
Así, el Milan se fue al vestuario con ventaja, pero con la sensación clara de que el partido no estaba cerrado. El gol del Parma cambió el estado anímico del encuentro y prometía una segunda parte mucho más disputada y abierta.

SEGUNDA PARTE
La segunda parte en el Tardini comenzó con el Milan todavía por delante en el marcador, pero el guion del partido cambió por completo. El Parma salió del descanso con una actitud mucho más agresiva, gracias también al ajuste táctico realizado por el entrenador: Ndiaye, en grandes dificultades en la primera mitad, dejó su lugar a Troilo, lo que permitió al equipo local ganar más equilibrio en el medio campo y mayor presencia física en las segundas jugadas.
El Milan, que había dominado con autoridad la primera parte, empezó a sufrir. El Parma comenzó a cargar el área con centros, especialmente aprovechando las largas y potentes saques de banda de Valenti, que se convirtieron en una auténtica arma ofensiva. De esas jugadas nacieron varias ocasiones claras, casi todas con Delprato como protagonista. En el minuto 52, Maignan tuvo que salvar al Milan con una parada decisiva en el primer palo. Tres minutos más tarde, Bernabé desaprovechó una oportunidad disparando demasiado alto desde dentro del área. El viento del partido había cambiado.
El aviso más serio llegó al minuto 61, cuando Pellegrino conectó una volea que se estrelló en el poste. Era el segundo gran aviso consecutivo, y el Milan no supo reaccionar. Finalmente, al minuto 62, el Parma obtuvo su merecida recompensa: Delprato, capitán y alma del equipo, aprovechó un balón suelto y empujó el gol del empate, haciendo estallar al Tardini. 2-2, partido completamente reabierto.
El Milan intentó reorganizarse con los cambios. Entraron Loftus-Cheek, Pulisic y Bartesaghi, pero el equipo rossonero entró en un tramo caótico, de ritmo descontrolado y poca claridad. Aun así, dispuso de varias oportunidades clarísimas para recuperar la ventaja: primero Pulisic desperdició una ocasión inmejorable para el 2-3, luego Saelemaekers, increíblemente, falló a puerta vacía lo que habría sido el gol del partido. Para añadir dramatismo, antes de esa jugada, Maignan había salvado de manera milagrosa una falta directa de Hernani, manteniendo vivo al Milan en uno de los momentos más complicados del encuentro.
El tramo final fue un ida y vuelta frenético, lleno de imprecisiones, nerviosismo y cansancio. El Milan tuvo una última oportunidad con un remate forzado de Fofana dentro del área, pero el balón salió desviado. Con el paso de los minutos, la sensación era clara: el Milan había perdido el control emocional y mental del partido. El Parma, por el contrario, creció con cada acción, empujado por su estadio y por la convicción de haber remontado un partido que parecía perdido.
Finalmente, tras cinco minutos de tiempo añadido, el árbitro señaló el final. El Milan terminó amarrando solo un empate, después de haber ido ganando 0-2 en el primer tiempo. Los rossoneri dejaron escapar dos puntos que parecían asegurados, mostrando dificultades en la gestión de la ventaja, en la intensidad y en la concentración defensiva. El Parma, por su parte, firmó una reacción ejemplar, llena de orgullo y convicción, consiguiendo un punto que parecía imposible.
MI OPINIÓN
Aparte del mal resultado (de 0-2 a empatar), la mala segunda parte del Milan que pocas veces esta temporada hemos visto algo así, pero sobre todo la penosísimas prestaciones de Estupiñán (los dos goles del Parma han venido por su banda y de sus malos marcajes) pero también la nula prestación de Nkunku que solo dio el pase a Saelemaekers para el 0-1 para luego desaparecer…
La única buena noticia de hoy es la vuelta a los campos de Pulisic (que falló un 2-3 increíble solo ante el portero), pero mucho tendrá que explicar Allegri de por qué Bartesaghi perdió su puesto de ala izquierdo para poner al ecuatoriano que ni se ha integrado en Italia ni lo va a hacer, menos aún cuando no sabe defender…
Saelemaekers una pena por el buen partido que había hecho, pero fallar tantas ocasiones delante de la portería le pesarán bastante en los votos de mañana y es cuanto menos curioso la diferencia en defensa de cuando juega De Winter a cuando lo hace Tomori… también las pocas ocasiones que veremos a partir de ahora a Jashari que se quedará chupando banquillo largo rato hasta enero que se marcha cedido, más si cabe ahora que vuelve Rabiot…
El 3-5-2 empieza a mostrar ciertas flaquezas que en ciertos partidos debería mutar a otra cosa, pero demasiado arriba está el equipo sin tener delanteros y encajando pocos goles, pero dejándose demasiados puntos con los pequeños, pero gana a los grandes… el mundo al revés…