
El Bolonia nunca había perdido una final y después de cincuenta y un años vuelven a ganar su tercera Copa de Italia en su historia ante un ridículo Milan que no tuvo ninguna opción de llegar siquiera a la prórroga, además se quedan fuera de toda competición europea cuando quedan tan solo dos jornadas de liga… muchos ahora hubieran preferido no haber ganado la Supercopa de Italia, en una de las peores temporadas del último lustro para el club rossonero.
Muchas felicidades al Bolonia que sin duda es el equipo revelación y es el claro ejemplo de como se hacen las cosas a pesar de perder jugadores importantes y su entrenador: todo lo contrario de lo que ha hecho el Milan esta temporada… y lo que nos queda por aguantar…
PRIMERA PARTE
El primer tiempo en el Estadio Olímpico estuvo marcado por una alta intensidad, múltiples ocasiones de gol y algunos momentos de tensión. El partido comenzó a las 21:02 con el saque inicial a cargo del Milan, que vistió su tradicional camiseta rossonera, mientras que el Bologna salió al campo con uniforme blanco con una banda horizontal rossoblù. El ambiente estuvo animado desde el inicio, con la cantante Chiara Galiazzo interpretando el himno nacional, y la presencia estelar de Roberto Baggio, quien llevó al campo la Copa Italia como parte del espectáculo previo.
Desde los primeros minutos, ambos equipos mostraron intenciones ofensivas. A los 4 minutos, Rafael Leao generó una gran jugada por la banda izquierda que culminó con una ocasión clara para Jimenez, quien lamentablemente la desperdició enviando el balón por encima del travesaño. Poco después, el Bologna reaccionó con velocidad, generando peligro en el área milanista, aunque el portero Maignan logró anticiparse a Orsolini para evitar el gol.
A lo largo del primer cuarto de hora, hubo varias jugadas de peligro para ambos lados. El Bologna demostró solidez en ataque con acciones de Orsolini y Ferguson, mientras que el Milan respondió con una doble ocasión increíble al minuto 11, cuando Skorupski, portero del Bologna, evitó una posible autogol y luego atajó el remate posterior.
A medida que avanzaban los minutos, la intensidad seguía alta. Leao fue víctima de varias faltas, entre ellas una de Freuler cerca del área que generó una buena oportunidad a balón parado para los rossoneri. Al minuto 14, Pulisic fue derribado por Holm, quedando dolorido en el suelo. Ndoye y Orsolini siguieron siendo los hombres más peligrosos del Bologna, mientras que Tomori y Miranda se destacaban en defensa para el Milan.
El ritmo bajó ligeramente después del minuto 15, pero el peligro seguía latente. En el minuto 20, se destacó la presencia del tenista Jannik Sinner en las gradas, reconocido fanático del Milan, quien se encuentra en Roma participando en los Internazionali d’Italia.
El juego continuó con acciones rápidas y algunas pérdidas peligrosas de balón, como una de Fofana al minuto 34 que tuvo que corregir con una falta sobre Castro. Poco después, Ferguson lo intentó con un disparo desde fuera del área que se fue alto. En términos estadísticos, hasta el minuto 31, el Bologna había generado una gran ocasión y cuatro tiros al arco frente a dos del Milan.
Las tarjetas amarillas también hicieron su aparición. Tomori fue el primer amonestado por una entrada tardía sobre Ndoye (minuto 38), seguido por Ferguson al minuto 43 tras una dura falta sobre Leao. Pulisic también fue amonestado por protestar una falta cobrada en su contra durante el tiempo de descuento.
El primer tiempo concluyó tras dos minutos de adición, dejando una sensación de paridad y expectativa para la segunda mitad. Milan y Bologna mostraron fortalezas y errores, pero sobre todo ofrecieron un espectáculo vibrante con mucha acción, polémicas arbitrales y emociones al límite.

SEGUNDA PARTE
La segunda mitad del encuentro en el Estadio Olímpico arrancó a las 22:09 con ambos equipos sin cambios respecto al primer tiempo. Sin embargo, la estabilidad inicial duró poco: a los 52 minutos llegó el momento decisivo del partido. Una jugada rápida del Bologna terminó en gol de Ndoye. Todo comenzó con un pase vertical de Fabbian para Orsolini, que fue frenado por Theo Hernández, pero el rebote favoreció a Ndoye, quien controló y remató con fuerza, venciendo a Maignan y desatando la euforia entre los aficionados del Bologna.
Ese tanto cambió la dinámica del partido por completo. El Milan trató de reaccionar de inmediato, con una chilena de Leao que salió por encima del travesaño (minuto 55). Sin embargo, a pesar de la voluntad, los rossoneri no lograban generar peligro claro. Skorupski, el portero del Bologna, fue clave anticipándose en varias ocasiones, especialmente en salidas rápidas para frenar los intentos de Leao y Pulisic.
El entrenador del Milan movió el banquillo al minuto 62, introduciendo a Joao Félix, Walker y Giménez en lugar de Tomori, Jimenez y Jovic. La idea era aportar mayor creatividad y dinamismo, pero el Bologna respondió inteligentemente cerrando espacios y reforzando la defensa. Más adelante, también entraron Chukwueze y Abraham en lugar de Fofana y Pulisic (minuto 88), aunque sin resultados concretos.
A lo largo de los últimos 30 minutos, el Milan se vio atrapado, sin ideas claras y con escasa profundidad ofensiva. La posesión era estéril: los jugadores llegaban a tocar hacia atrás y, en más de una ocasión, se vieron forzados a devolver el balón al portero Maignan para reiniciar la jugada. Incluso los balones largos se convertían en su único recurso, y Joao Félix apenas logró forzar un tiro de esquina sin consecuencias.
Por su parte, el Bologna supo gestionar el resultado con inteligencia. El técnico Vincenzo Italiano realizó múltiples cambios, refrescando el mediocampo y el ataque: salieron Fabbian, Orsolini, Castro, Ndoye y Holm, ingresando Pobega, Casale, Dallinga, Odgaard y Calabria. El objetivo era claro: aguantar, cortar el ritmo y asegurar el trofeo.
En los minutos finales, el juego se detuvo un par de veces para atender a jugadores lesionados, lo que llevó al árbitro a añadir seis minutos de tiempo extra. En ese tramo, el Bologna incluso estuvo cerca de marcar un segundo gol, con un disparo de Odgaard que fue contenido por Maignan.
Finalmente, a las 23:00, sonó el pitido final. El Bologna se consagró campeón de la Copa Italia, firmando una victoria histórica frente al Milan. Un equipo compacto, organizado y efectivo, que supo golpear en el momento justo y resistir con firmeza. Por el contrario, el Milan mostró carencias creativas y no encontró respuestas ofensivas a lo largo del segundo tiempo.
Este triunfo representa un hito para el Bologna, que rompe años de sequía y vuelve a saborear la gloria en el fútbol italiano. Para el Milan, será tiempo de reflexión y autocrítica tras dejar escapar una oportunidad valiosa de sumar un título.
MI OPINIÓN
Aquí está el resultado de poner a auténticos inútiles como directivos del Milan y una penosa campaña de fichajes, donde ninguno ha servido absolutamente de nada, dinero perdido para obtener un penoso título a costa de perder centenares de millones de euros, desde la última época de Berlusconi que no se accedía a ninguna competición europea, peor si cabe cuando tienes dinero y haces estos movimientos.
Aparte de hacer el tremendo ridículo del equipo en este partido que no crearon ni una sola ocasión clara de peligro más allá de lo poquito visto en la primera parte, los cambios de Conceiçao en el 87′ fueron también muy útiles si… sin duda de los peores entrenadores que han pasado por el club.
Empiezo a pensar que no volveré a ver a este equipo ganando la Champions al menos mientras siga vivo… no mientras gente como Furlani, Ibrahimovic, Cardinale y tantos otros sigan estando al mando de este club, nos quejábamos de la época de Yonghong Li, cuando llegó Pioli… pero qué felices éramos en esos momentos comparado con ahora…