San Siro ahora tiene la atención de todos los aficionados al fútbol italianos y no solo. Cuando el Ayuntamiento apruebe la resolución de venta a los clubes, como parece ya un hecho, surgirán preguntas. ¿Se derribará el Meazza? ¿En qué plazo? ¿Alguien intentará bloquear el proceso? El nuevo estadio suscita otras curiosidades. ¿Cuándo se construirá? ¿Cuándo se verá el proyecto? Paso a paso, las respuestas sobre los plazos de los dos estadios de Milán.
La venta al Inter y al Milan deberá completarse antes del 10 de noviembre, fecha en la que deberá formalizarse la escritura pública. En resumen, los próximos 40 días servirán para obtener el visto bueno de los bancos y completar los trámites de la escritura. El 10 de noviembre es la fecha límite, ya que en esa fecha entrará en vigor la restricción sobre el segundo anillo decidida por la Superintendencia de la Ciudad Metropolitana de Milán. Si ese día el Meazza es de propiedad pública, ya no podrá ser demolido.
El próximo año se jugará en dos planos paralelos. El Milan y el Inter seguirán jugando en San Siro, que también acogerá la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero de 2026. Por otra parte, habrá que seguir dos novedades. Manica y «Foster+Partners», los dos estudios de arquitectura de renombre mundial elegidos por el Inter y el Milan, elaborarán el proyecto del nuevo estadio, que por el momento aún no se ha puesto en marcha.
En los próximos meses se decidirán la forma, las características y las particularidades del nuevo recinto, con capacidad para 71 500 espectadores. El proyecto deberá ser aprobado por una conferencia de servicios, en la que participarán el Ayuntamiento, la Región, la Agencia Regional de Protección Ambiental y otros organismos. No es un procedimiento trivial. Los opositores, que quieren que San Siro siga siendo la sede del fútbol en Milán, presentarán recursos durante el mismo periodo. Según las previsiones, se presentarán numerosos recursos, que comenzarán de inmediato. El partido del estadio se trasladará a los tribunales.
Las obras del nuevo estadio, que se construirá en la zona de aparcamientos del actual Meazza, comenzarán en la primera mitad de 2027. Cerca del Meazza se abrirá una gran obra, que afectará al túnel Patroclo, construido detrás de San Siro y que, según los planes, será trasladado. Los aficionados aparcarán, obviamente, en otro lugar y, durante algunos años, coexistirán dos estadios. Uno en funcionamiento y otro en construcción.
La bola de cristal con los estadios no funciona: es demasiado difícil predecir el futuro. Sin embargo, una hipótesis razonable, según los cálculos del Inter y el Milan, prevé la inauguración de las nuevas instalaciones en 2031, tras cuatro años de obras. Durante unos meses, Milán tendría dos estadios, uno antiguo y otro moderno, mirándose cara a cara día y noche. El pasado y el futuro en la misma plaza.
Sin embargo, San Siro será desmantelado, es decir, demolido en gran parte, con una rapidez razonable. Digamos que en los primeros 12 meses desde la construcción del estadio. «La demolición se lleva a cabo con máquinas mecánicas», explicó a La Gazzetta Roberto Spagnolo, coordinador único del proyecto de construcción del nuevo estadio del Atalanta.
«En una primera fase, se eliminan los elementos ajenos al hormigón, como cristales, barreras, barandillas y puertas. A continuación, se derriba la estructura con unas tenazas gigantes. Al final, se adelgaza el hormigón y se separa del hierro de construcción». La demolición comenzaría por el techo y continuaría descendiendo. Primero se eliminaría el tercer anillo, luego el segundo y luego el primero, en una gran obra. Quedaría en pie la esquina sureste del estadio, con parte de la tribuna naranja y parte de la Curva Sud.
Una cuestión, al margen, queda pendiente. Italia acogerá la Eurocopa 2032 junto con Turquía y en los próximos meses se decidirán los estadios que albergarán el campeonato europeo. Italia solo tiene un estadio que cumple al 100 % con los requisitos del evento: el Juventus Stadium de Turín. San Siro no cumple con los requisitos de la UEFA, pero el nuevo estadio, obviamente, sí lo haría. Entre todos los que observaban de lejos el Consejo Municipal, los ojos de Cerefin eran de los más atentos.