
El Milan quiere empezar con Max. Aunque Max, es decir Allegri, no estará en el banquillo porque está sancionado por la expulsión que sufrió durante la final de la Copa de Italia 2023-24, ganada con la Juventus contra el Atalanta. En su lugar, dará instrucciones a los rossoneri el fiel Marco Landucci, que lleva trabajando con el técnico de Livorno desde su etapa en el Grosseto: gracias a los 20 años que llevan trabajando codo con codo, casi no necesitan hablarse, ya que se conocen muy bien y ven el fútbol de la misma manera.
Por eso, el exentrenador de la Juve, que se sentará en un palco VIP de la tribuna, tiene confianza de cara al inicio de su segunda etapa en el Milan. La misma confianza la tiene la afición del Diablo, que esta noche llenará San Siro como si se enfrentara a un grande que juega en la Champions. Y no, con todo respeto, el Bari, al inicio del campeonato de la Serie B y en agosto de 1987 en el campo para el bautismo en San Siro del primer Milan de Arrigo Sacchi. De acuerdo con los bajos precios de las entradas y el elevado número de turistas amantes del fútbol, pero los más de 66 000 espectadores que se esperan en el Meazza se explican sobre todo por la llegada al banquillo de Allegri, un «golpe maestro» que por sí solo ha devuelto la confianza y el entusiasmo a la afición del Diablo.
La Curva Sud permanecerá en silencio, pero la afición rossonera, que la temporada pasada ganó… el scudetto del tifo (71 544 espectadores por partido, un récord), no se rinde y ahora espera que esta temporada sea diferente a la anterior. La palabra «scudetto» sigue siendo tabú en Milanello, pero para la gente, con Allegri en el banquillo, soñar ya no está prohibido. Aunque el objetivo del club es otro, concretamente «ocupar uno de los cuatro primeros puestos finales». Como señaló ayer Allegri, que luego añadió en Mediaset y Milan TV: «Máxima atención contra el Bari y luego el sábado contra el Cremonese para el debut en la Serie A: a partir de ahora no podemos cometer más errores ni bromear». Claro, ¿no?
Entre los grandes, el Milan es el primero en jugar un partido oficial en la temporada 2025-26; el único que comienza en los dieciseisavos de final de la Copa de Italia y no participa en las copas europeas. Los rossoneri vienen de una pretemporada que ha devuelto un poco de entusiasmo y, en los últimos días, la plantilla está casi completa. La joya de la corona es el Balón de Oro Modric y, aunque falta un delantero que se alterne con Giménez, lo más difícil ya está hecho.
Esta noche, antes del pitido inicial, se presentarán los nuevos fichajes, pero el ambiente festivo no debe contagiar al equipo. Max ha sido claro al respecto: «Lo que cuenta son los puntos y la victoria, porque hay que intentar avanzar en la Copa de Italia para llegar a la final en mayo. Es uno de nuestros tres objetivos, ya que este año no participaremos en la Champions. Hay que saber jugar un partido responsable y ordenado, con gran técnica y, sobre todo, con mucho respeto por el Bari, que es un equipo bien organizado, con un buen entrenador como Fabio Caserta y que ha hecho una pretemporada con buenos resultados».
El Milan domina el historial frente al Bari: en 74 enfrentamientos todas las competiciones, los rossoneri suman 49 victorias, 12 empates y solo 13 derrotas. En Copa Italia específicamente, Milan está invicto frente al Bari en sus ocho encuentros previos: cinco triunfos y tres empates, además de mantener la portería a cero en los últimos cuatro. Su último enfrentamiento en esta competición se dio en enero de 2011, con victoria milanista 3-0 en octavos de final.


Parece que solo Ricci saldrá como titular en todos los fichajes realizados esta temporada, donde la única duda parece ser si saldrá Bartesaghi como volante izquierdo o será Estupinan, De Winter y ojo al central de la cantera Valeri Vladimirov (17 años, 1,90 de estatura), según el resultado veremos el debut en partido oficial del resto, sobre todo de Jashari y de Modric.
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