
Allegri, ni hablar, lo diría así: ‘Empecemos con diez’. Como diciendo: no hablemos de sistemas de juego. Esos diez, sin embargo, se pueden alinear de muchas maneras, y Max, entre Singapur y Hong Kong, puso a tres de ellos en fila delante de Maignan: una defensa de tres hombres (que luego, con Saelemaekers y Bartesaghi, se convirtió en una defensa de cinco). Milan, como los barcos de la America’s Cup que maniobran antes de la línea de salida, trasluchó antes de la salida: se esperaba con un 4-3-3 lineal, se presentó en una versión alternativa.
¿Elección definitiva? Calma… Es imposible predecir hoy cómo será el Milan en septiembre: es una ecuación con seis-siete-ocho incógnitas. ¿Llegará Jashari? ¿Quién será el delantero centro? ¿Cómo serán los jugadores clave? Alguna certeza, sin embargo, hay. La defensa de tres se ha convertido en algo más que una alternativa: ahora es la primera opción para el Milan 2025-26, luego ya veremos. Lo más probable es que Allegri la varíe durante la temporada, en función del tiempo, las lesiones, los rivales, la condición.
La apuesta por el 3-5-2 ha traído consecuencias. Los centrales defensivos han ganado una casilla en el campo y tarde o temprano habrá que plantearse un refuerzo en esa posición: es imposible afrontar una temporada con sólo cuatro centrales. Saelemaekers fue inmediatamente desplegado en un papel diferente, más defensivo de lo habitual, y en esta versión promete ser crucial. Estupinan, por su parte, ha ganado 20 metros de campo: tendrá a Pavlovic a su espalda y podrá atacar con más libertad.
La gran pregunta es cómo jugará el Milan cuando tenga un delantero centro, ya sea Giménez o un gran fichaje de verano. Leao no podrá jugar como delantero en la fase sin posesión y esta es la gran variable: el Milan tendrá que defender de forma ligeramente diferente. Sobre el papel, la evolución natural es un 3-4-3 (o 3-4-2-1, cambia poco o nada) con dos jugadores entre Saelemaekers, Pulisic y Leao más un delantero.
En algunos partidos, probablemente se pueda hacer. En otros, Allegri buscará el equilibrio de otra manera y añadirá un centrocampista. Max es un capitán de instintos y en sus mejores años ganó muchos partidos con cambios: puede gustar o no su táctica, pero siempre ha tenido el talento de leer el viento.

VLAHOVIC O GONÇALO RAMOS PARA EL ATAQUE
Ahí está esa foto, tomada en el Mundial de Clubes. Luka Modric y Gonçalo Ramos dándose la mano, al margen del partido entre el Real Madrid y el PSG. Quién sabe, podría ser un adiós. Gonçalo Ramos está entre las opciones del Milan para el verano: es un número 9 top y la temporada pasada el PSG eligió un camino diferente, el ataque ligero con Dembélé, Doué, Kvaratskhelia. A partir de ahí, como se vio, no hay vuelta atrás.
El PSG pagó 65 millones y desde luego no puede malvenderlo, aunque Ramos viene de una temporada con sólo 12 partidos como titular en la Ligue 1 y uno en la Liga de Campeones: ha sido suplente, aunque de calidad. Los números avalan: 19 goles en la temporada entre Liga y Copa, muchos si los comparamos con los minutos disponibles, algo más de 1.800.
Un gol por partido, si tenemos en cuenta la recuperación. Es normal que el Psg tenga ahora la intención de venderlo -y en su defecto, razonar sobre la posibilidad de quedárselo-, pero en caso de oferta interesante, puede abrir el diálogo. El Milan no puede llevárselo a esos precios y la hipótesis evaluada en Casa Milan es más bien la de un préstamo. ¿Cuándo puede producirse esa operación? En agosto.
El Milan tiene un aliado en esta historia: Jorge Mendes. El agente portugués acaba de cerrar el acuerdo de Estupinan con el Milan y las relaciones, incluso después de los altibajos con Conceiçao y Joao Félix, son buenas, mejores que en el pasado. Por eso también una opción que era imposible en julio puede ser viable en agosto. El Milan no tiene prisa: sabe que tiene que conseguir un nueve, pero conoce las leyes del mercado.
Gonçalo Ramos, en definitiva, es una de las opciones valoradas por el Milan para el puesto de delantero centro, una de las opciones de primer nivel si se tiene en cuenta el nivel del jugador. Allegri ha gastado más que palabras para Dusan Vlahovic y es una opción fuerte, la más actual en la mente del entrenador.
Ambos tienen el problema del coste de la operación -Vlahovic más vinculado al contrato, Ramos por ahora vinculado a la ficha-, pero regularmente llegan a las dos cifras. Y más allá de los experimentos con el delantero Leao, más allá de la espera de Santiago Giménez, Allegri está acostumbrado al 9. Vlahovic y Ramos, como un Bonifacio sano, serían buenos herederos de la tradición.